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REDES DE EMPRESAS Y COOPERATIVAS AGRARIAS DE COMERCIALIZACIÓN (1ª parte)

Resumen
1. Introducción
2. La Red De Empresas
3. El Poder De Negociación En Los Agricultores
4. Las Cooperativas Agrarias De Comercialización
5. Nudos Y Arcos En La Cooperativas De Comercialización
6. La Renta Residual

7. La Selección Adversa Y El Azar Moral
8. Nivel De La Actividad De La Cooperativa
9. Cooperativas De Segundo Grado
10. Diversificación Y Especialización
11. Consideraciones Finales
12. Bibliografía
Anexo. Las Cooperativas De Comercialización En El Sector Oleícola

 
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RESUMEN

La red de empresas es un fenómeno que se ha empezado a estudiar a partir de los años ochenta. Se trata de un grupo de empresas que colaboran entre sí en lugar de que su relación se realice a través del mercado. Es un concepto que todavía no ha sido estudiado en profundidad no habiéndose establecido una tipología precisa dada la abundancia de variantes, así como la rápida evolución que se está produciendo a lo largo del tiempo.

Una base que ayuda a explicar la existencia de las redes de empresas es la teoría de los costes de transacción, iniciada en 1937 por un artículo pionero de Ronald Coase, en el cual plantea a la “empresa” como una alternativa al “mercado” en la coordinación de la asignación de recursos. Williamson en los años setenta amplía las dos alternativas con otra intermedia entre ambas que denomina “contratos” o “formas híbridas”. La red de empresas es un caso especial de forma híbrida.

El presente trabajo se centra en el análisis de las cooperativas agrarias de comercialización. Los agricultores miembros siguen teniendo su personalidad económica y jurídica pero entre ellos han constituido una nueva empresa de la que son propietarios y con la que se establecen vínculos, sobre todo de tipo comercial.

Se trata por tanto de un caso de red de empresas (forma híbrida) con características especiales. El empresario de la empresa cooperativa es el conjunto de los agricultores miembros, es decir el conjunto de los suministradores de uno de los recursos (el producto agrario); los agricultores miembros, como empresarios, se quedan con la “renta residual”.

Las cooperativas de comercialización tienen unas estructuras y un funcionamiento que han sido creados por las empresas participantes en la misma, por lo que varían notablemente según los distintos casos, en función de los condicionamientos productivos e institucionales. En ellas se plantean problemas especiales en cuanto a eficiencia, oportunismo, selección adversa, azar moral, derechos de propiedad, etc

1. INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se procede a analizar la participación de los agricultores en cooperativas para la comercialización de sus productos, como un caso particular de “red de empresas”, concepto que se ha empezado a estudiar a partir de los años ochenta, utilizando principalmente la observación. Se procede a describir las características de funcionamiento de las redes de empresas utilizando algunas aportaciones recientes de la teoría económica como los costes de transacción y la teoría de la agencia y a analizar las características especiales de las cooperativas de primer grado y de segundo grado. Se finaliza el trabajo con unas consideraciones finales.

2. LA RED DE EMPRESAS

Por red de empresas se entiende un grupo de empresas que colaboran entre sí en lugar de que su relación se realice a través del mercado o bien un grupo de empresas o de organizaciones que coordinan sus actividades productivas (Bidault, 1993); admite muchas variantes que van desde una red con relaciones muy intensas que determinan una fuerte integración de las empresas hasta una situación en la cual las relaciones son más débiles. Es un concepto que todavía no ha sido estudiado en profundidad, no habiéndose establecido una tipología precisa dada la abundancia de variantes, así como la rápida evolución que se está produciendo a lo largo del tiempo.

El concepto de red de empresas se refiere fundamentalmente a relaciones de tipo comercial, pero pueden incluir también relaciones de otro tipo como por ejemplo de otras actividades (producción, transporte de productos, marcas colectivas, denominaciones de origen, I+D, intercambio de informaciones técnicas, etc.); pueden existir redes de empresas que se basen únicamente en estas últimas actividades y en las que no existan relaciones comerciales. Por otra parte es posible que una empresa pertenezca a distintas redes, pero en general a redes que se basen en relaciones de distinto tipo. También es frecuente que las empresas acudan al mercado para determinados bienes y servicios, incluso para bienes y servicios objeto principal de la red, lo cual puede suceder como excepción o en el caso en el cual las relaciones son débiles.

Una base que ayuda a explicar la existencia de las redes de empresas es la teoría de los costes de transacción, iniciada en 1937 por Ronald Coase en un artículo pionero. La existencia de los costes de transacción, afirma Coase, es la causa de la existencia de las empresas. En la teoría neoclásica se considera que el mecanismo de precios actúa como instrumento coordinador de la asignación de recursos. Pero Coase afirma que existe un coste de transacción ("coste por la utilización del mecanismo de precios") derivado de la necesidad de negociar y cerrar un contrato individual para cada transacción.

En lugar de comprar un producto en el mercado, el comprador puede decidir producirlo él mismo, con lo cual se ahorra los costes de acudir al mercado; el comprador crea una "empresa", es decir una entidad que se ocupa de la producción de un bien a partir de la dirección de determinados recursos. El comprador de un producto se plantea la alternativa entre "comprar" o "producir" (to buy or to make), dependiendo en cada caso de los costes de ambas actividades. En contraposición a los costes de transacción externos, nos encontramos con los costes de transacción internos o costes de administración dentro de la empresa ("costes de governance")




La empresa (jerarquía) se plantea por tanto como una alternativa al mercado en la coordinación de los recursos de la economía y pasa a ser considerada como "un sistema de relaciones que aparece cuando la dirección de recursos depende de un empresario".
La alternativa entre comprar o producir se refiere a los inputs pero se puede ampliar al caso de los outputs para los cuales la alternativa se plantea en términos de vender el producto terminado o sin terminar. También aquí la elección depende de la comparación entre costes de transacción y costes de administración o governance.

Williamson (1975 y 1985) amplía las dos alternativas de comprar o vender con una alternativa intermedia que define con el término "contratos" o "formas híbridas". En esta tercera alternativa la empresa compradora y la empresa vendedora establecen, para el suministro de un producto un acuerdo o colaboración sobre las condiciones de la transacción (precio, calidad, fecha de entrega, etc). Esta forma de transacción es cada vez más frecuente sobre todo para productos y servicios intermedios, aunque también se da frecuentemente en productos y servicios de consumo.

La red de empresas de carácter comercial, que es la que se considera en el presente trabajo, puede considerarse como un caso de "forma híbrida" en la que intervienen un conjunto de empresas.
Las redes de empresas pueden funcionar sin la existencia de contratos escritos, rigiéndose las relaciones en base a la confianza y a la experiencia de trabajar conjuntamente. En comparación con el mercado, en la red de empresas desaparece el anonimato, igual que ocurre en general con los contratos aislados entre empresas.

La pertenencia a una red da lugar sin duda a una pérdida de la iniciativa por parte de la empresa ya que debe aceptar unas normas comunes de funcionamiento, llegando a no existir una línea clara de separación entre empresas; además los resultados relativos a competitividad se miden a nivel de la red en su conjunto. En algunos casos existe el problema derivado del choque entre las formas de comportamiento ("rutinas" o "cultura") de las empresas que forman la red, que son fruto de la experiencia y del "aprendizaje colectivo" de cada empresa.

Las redes pueden estar constituidas por grandes empresas; por pequeñas empresas; por grandes y pequeñas empresas; por empresas del mismo sector o por empresas de distintos sectores; pueden basarse en relaciones horizontales, verticales o transversales; pueden estar constituidas por empresas competidoras o empresas complementarias; pueden estar constituidas por empresas del territorio o de territorios o países distintos.
Una de las redes más características es la constituida por una "empresa principal" que suele ser la emisora de órdenes y una serie de empresas contratantes, caso que suele recibir la denominación de “empresa red”. El caso más típico es el de la empresa de producción de automóviles con una empresa principal o empresa madre y las empresas suministradoras de componentes, pero también se da en muchos otros sectores de la economía. En este caso se ha pasado de la jerarquía a la red (forma híbrida).

Como tipo especial de red de empresas podemos señalar el sistema de "franquicia" según el cual una empresa principal que posee una marca, un sistema de producción o un determinado tipo de producto, permite su utilización por parte de una serie de distribuidores. Se trata de un sistema que ha proliferado notablemente en los últimos años en gran número de sectores.
Otro tipo de red es el de una empresa que suministra un determinado servicio a un conjunto de empresas sin que exista una posición dominante de aquélla, que muchas veces tiene menos volumen de ventas que sus clientes. Es el caso de servicios de asesoramiento fiscal, de servicios contables, de publicidad, de ingeniería, de servicios de informática, de limpieza industrial, etc. Aparte de las redes de servicios a las empresas existen las redes de servicios al consumidor.

Suelen incluirse como caso especial de red de empresas los “distritos industriales”, analizados sobre todo en Italia, que están constituidos por pequeñas y medianas empresas especializadas en una determinada actividad y que están localizadas geográficamente. Suelen coexistir empresas dedicadas a una sola fase de la producción con empresas integradas verticalmente; existen además empresas de servicios que atienden a las necesidades de las anteriores.

Para los análisis de redes de empresas es necesario considerar los siguientes puntos (Lorenzoni, 1992):

3. EL PODER DE NEGOCIACIÓN EN LOS AGRICULTORES

Haciendo un poco de historia, recordemos que antiguamente (hace 100 años o menos) el agricultor era quien suministraba a la población los productos alimentarios sin transformar o bien ya transformados (era el caso de vino, aceite, queso, mantequilla, etc) que vendían en los mercados locales o que vendían en mercados más lejanos. La industria alimentaria y el comercio, en general de carácter artesanal, actuaban como complemento de la agricultura. Pero a partir de un cierto momento las pequeñas industrias son sustituidas por grandes empresas y posteriormente también evolucionan en el mismo sentido los comerciantes y transportistas de manera que parte de las funciones de comercialización e industrialización son abandonadas por la agricultura a favor de estas grandes empresas (Davis y Goldberg, 1957; Caldentey, 1998).

En agricultura, aunque hay una tendencia a disminuir el número de explotaciones y a aumentar la dimensión media (por lo menos en la mayor parte de los países europeos), siguen dominando las pequeñas y medianas empresas. En la mayor parte de los casos las pequeñas y medianas empresas agrarias tienen un poder de negociación escaso frente a las grandes empresas de la industria y del comercio y desde hace tiempo se habla de la crisis de la agricultura tradicional la cual se mantiene en muchos casos, sobre todo en los países desarrollados, gracias a fuertes subvenciones de los gobiernos.

Una forma de solucionar este problema es la constitución de grandes organizaciones de agricultores para la venta de sus productos. En este sentido se ha intentado en España, por medio de varias leyes ( Ley de contratación de productos agrarios de 1982 y Leyes de Interprofesiones de 1994 y 1996), fomentar instituciones en las que los agricultores negocien de una forma colectiva.

Otra forma de solucionar este problema es la actuación del agricultor como suministrador de las grandes empresas formando parte de redes de empresas en las cuales existe una empresa principal dadora de órdenes como ocurre en las grandes empresas de automóviles; las empresas agrarias pasan en este caso a ser suministradores o subcontratantes de las industrias y en los últimos años también de las cadenas de distribución. El fuerte desarrollo de las cadenas de distribución ha determinado igualmente que también una gran parte de las industrias agrarias pasen a ser subcontratantes de estas últimas. Tanto en la fase de agricultor a industrial como de industrial a cadena de distribución podemos destacar que la alternativa mercado está siendo sustituida por la alternativa “contratos o formas híbridas”, según la terminología de Williamson. Uno de los casos más característicos de redes de empresas en el sistema agroalimentario se encuentra en el subsector de los pollos, en el cual el mercado casi ha desaparecido salvo en la última fase de la venta al consumidor; en el resto del canal la mayor parte de las transacciones se realizan por medio de contratos y/o redes de empresas.

La tercera posibilidad es la creación de redes de empresas propias de los agricultores y en este tema entran las cooperativas de comercialización.

4. LAS COOPERATIVAS AGRARIAS DE COMERCIALIZACIÓN

Nuestro análisis se centra en asociaciones o entidades constituidas por agricultores para comercializar en común sus productos. Se trata de entidades o asociaciones que, además de dedicarse a la venta de los productos de sus asociados, se ocupan de la comercialización en común, incluidas transformación y otras actividades de marketing (marcas, distribución, publicidad, promoción, etc). Se ha pasado del mercado a la red de empresas (forma híbrida)

Estas entidades suelen adoptar la forma económica de cooperativa, es decir que son entidades basadas en los conocidos principios de Rochdale (un hombre, un voto; reparto del excedente con base a las actividades de cada asociado, limitación al interés del capital invertido, limitación al capital invertido por cada asociado, etc)

La forma jurídica que adoptan suele ser la definida como cooperativa por las leyes existentes en cada país o región. Pero otras veces las entidades constituidas por agricultores para la comercialización de sus productos pueden adoptar formas jurídicas diferentes como ocurre en España con las Sociedades Agrarias de Transformación. En algunos casos también pueden adoptar la forma de sociedades mercantiles (sociedades anónimas y otras formas) o incluso pueden ser asociaciones informales sin ninguna forma jurídica.

Las cooperativas de comercialización de productos agrarios tienen una gran importancia en gran número de países, entre los cuales España. En algunos sectores la primera transformación de productos agrarios por cooperativas representa cuotas importantes del mercado, sobre todo en aceite, vino, algodón, etc, destacando la importancia reciente de algunos subsectores como por ejemplo frutas y hortalizas en fresco (Caldentey, 1995)
Una de las razones para la creación de cooperativas de agricultores para la comercialización es, como indicábamos anteriormente, la de adquirir poder de negociación frente a los compradores de sus productos.

Por otra parte y dado que las empresas agrarias no crecen horizontalmente o crecen muy poco, como se ha indicado antes, una forma de crecimiento es a través de la integración vertical hacia abajo, es decir absorbiendo fases de la comercialización. Algunas empresas agrarias pueden hacerlo individualmente pero en la mayor parte de los casos no tienen volumen suficiente de producto propio por lo que se reúnen en cooperativas.

Pero no se trata del caso sencillo de integración total hacia abajo en el cual una empresa absorbe dos o más fases del proceso de comercialización y la decisión corresponde a un solo empresario. En el caso de las cooperativas, las empresas agrarias siguen teniendo su propia personalidad económica y jurídica pero entre todas ellas han constituido una nueva empresa de la que son propietarios y con la que establecen vínculos sobre todo de tipo comercial. En efecto los agricultores miembros se comprometen a entregar sus productos a la cooperativa para su comercialización y ésta se compromete a recibirlos y a comercializarlos. Se trata por tanto de un caso especial de “red de empresas” en la cual hay una empresa comercializadora que realiza actividades de transformación y/o de marketing y una serie de empresas suministradoras de materias primas que, a su vez, son propietarias de aquélla.

La diferencia con una red constituida por una empresa comercializadora o transformadora privada y unos agricultores suministradores de materia prima es que en nuestro caso la crean los propios suministradores, aunque de una forma colectiva.

5. NUDOS Y ARCOS EN LA COOPERATIVAS DE COMERCIALIZACIÓN

En una cooperativa de comercialización de productos agrarios se pueden considerar los siguientes "nudos"

- Por una parte, los agricultores.

-Por otra parte, los órganos gestores de la cooperativa:

El órgano supremo de la cooperativa es normalmente la "asamblea general" de los socios, que suele convocarse una vez al año y en donde según el principio fundamental del cooperativismo, cada socio tiene un voto; la asamblea general toma las decisiones básicas. Además de la asamblea general, suele existir una "junta directiva", elegida por aquélla y que se reúne más frecuentemente tomando las decisiones de breve plazo. Pueden existir además otros órganos o comisiones para cumplir determinados fines, según sea establecido por la legislación o los estatutos de la cooperativa, por ejemplo, un órgano dedicado a la inspección de las cuentas o de su funcionamiento en general.

Las funciones de cada "nudo" varían según las cooperativas. En unos casos la cooperativa se limita a vender por cuenta de los agricultores, por lo que no necesita instalaciones o éstas se limitan a un almacén sin ningún tipo de maquinaria. En el extremo opuesto se encuentra el caso de la cooperativa que realiza toda la transformación o la manipulación del producto, en cuyo caso necesita la instalación industrial correspondiente. Otras veces el sistema de actuación consiste en que el agricultor lleva a cabo en su explotación una primera manipulación del producto, mientras que la cooperativa realiza una segunda manipulación y procede a la venta del producto.
En lo que se refiere a las relaciones entre "nudos", los aspectos más importantes están recogidos normalmente en los estatutos, en los cuales se establecen los objetivos de la sociedad, así como los derechos y obligaciones de los socios.

En el gráfico nº 1 se indica de una forma esquemática las relaciones entre agricultores y cooperativa (arcos). Los agricultores están obligados a la entrega del producto en las cantidades, calidades y periodos establecidos y la cooperativa está obligada a proceder a su comercialización y/o transformación y a la liquidación a aquellos.
A través de su participación en los órganos gestores de la cooperativa, en especial en la Asamblea General, también existen relaciones (arcos) entre los socios.

En muchos casos la cooperativa asume el papel de “empresa principal” que toma las decisiones estratégicas más importantes aunque de una forma colectiva. En otros casos el papel de la cooperativa queda limitado debido a que los agricultores miembros no están dispuestos a cederle muchas competencias.

Gráfico 1

6. LA RENTA RESIDUAL

Según un planteamiento ya clásico realizado por Alchian y Demsetz (1972), la empresa puede ser considerada como una coalición de propietarios de recursos (trabajo, manual e intelectual, y capital) para llevar a cabo una actividad económica, coalición que actúa en equipo. Los miembros de la coalición nombran a una o varias personas para que controlen el funcionamiento de la actividad a las cuales le conceden el derecho a la “renta residual” que queda después de pagar los inputs. Estas personas pueden ser uno o varios de los propietarios de los recursos, una o varias personas terceras o una mezcla de ambos o incluso otra empresa. Esta persona o estas personas suelen recibir el nombre de "empresario" y son considerados como el dueño o los dueños de la empresa.

En el caso de las cooperativas de comercialización, el empresario es el conjunto de agricultores miembros es decir de los suministradores de uno de los recursos: un producto agrario (o varios), que suele ser la materia prima más importante de la actividad económica emprendida. Los agricultores (empresas agrarias) entregan el producto a la cooperativa, la cual procede a su transformación y comercialización; los agricultores asimismo aportan el capital; el empresario (la cooperativa) realiza contratos con propietarios de otros recursos de trabajo y de capital. (En las cooperativas de trabajo asociado, por el contrario, el empresario está constituido por el conjunto de suministradores del factor trabajo. En las empresas mercantiles, el empresario está constituido por los aportadores del capital).

El empresario (la cooperativa) vende el producto elaborado y después de pagar todos los inputs (menos el producto agrario) se queda con la "renta residual", que se reparte entre los agricultores miembros.


 

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