Comercio exterior de las hortalizas mexicanas

1. Introducción
2. Situación actual
3. Perspectivas de futuro

1. Introducción

SAGARPA clasifica la producción agrícola nacional en 13 grupos diferentes, de los cuales 8 corresponden a alimentos. Entre éstos se encuentran las hortalizas, cuyo crecimiento, producción e importancia han ido aumentando en los últimos años. Las inversiones en este sector, así como las mejoras tecnológicas se van viendo reflejadas en un aumento del valor de estos productos. A este respecto, la comercialización de éstos refleja que el valor de sus exportaciones supera al de sus importaciones. Por ello, el presente artículo intenta mostrar una visión sobre la situación del comercio de las hortalizas de México con el exterior.

Campos de maíz en Sinalona, México

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2. Situación actual

Actualmente México se posiciona como uno de los principales productores y exportadores de hortalizas a nivel mundial. En producción, ocupa el 2° lugar en chile y maíz verde, 4° en espárrago, 6° en coliflor, 7° en calabaza y 10° tanto en tomate como en cebolla. En el caso de las exportaciones, ocupa el primer puesto en chile y tomate, 4º en cebolla y 7º en ajo. De este modo, estamos situados dentro de las primeras posiciones en el ranking mundial, lo cual representa una garantía frente a los retos del mercado exterior. El principal destino de las exportaciones nacionales de los productos agrícolas es Estados Unidos, el cual realiza las mayores importaciones en el mundo, donde la participación de los cultivos mexicanos es mayoritaria (tabla 1).

Tabla 1. Porcentaje de participación de las hortalizas mexicanas en el mercado de Estados Unidos. Datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

Antes de abordar la actualidad, es necesario hacer una breve reseña sobre el pasado más reciente en materia de tratados comerciales. Obviamente, nos referimos a la relación existente entre nuestro país y Estados Unidos. Con el nuevo gobierno norteamericano, encabezado por Donald Trump, cambiaron las políticas del país. Una de las primeras amenazas por parte de Trump fue la cancelación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), situación que en un principio resultaba muy preocupante para México. Sin embargo, en la actualidad no parece que dicha amenaza vaya a cumplirse. De hecho, esta situación ha servido para reflexionar sobre la posición comercial del país a nivel mundial y, por tanto, replantearnos otras alternativas de negocio, intentando ser más profesionales y competitivos en términos comerciales, buscando destinos que antes eran impensables.

La realidad es que en el pasado nos encontrábamos en una situación muy cómoda, ya que el 80% de toda la producción del sector agroalimentario nacional se exportaba al país vecino del norte. Los productores de hortalizas, especialmente los tomateros, declaran: “estábamos muy a gusto porque todo lo que producíamos lo vendíamos”. Lo cierto es que hace mucho tiempo que se produjo la apertura comercial de los productos hortofrutícolas mexicanos al mundo, pero nunca se planteó seriamente una revisión de los tratados vigentes o reapertura de los que expiraban. Sencillamente, “nos acomodamos”.

Según el vicepresidente de Comercio Exterior del CNA, el TLCAN está lejos de cancelarse, más bien todo lo contrario, con la necesidad de hacer algunas revisiones porque hay capítulos de hace 25 años y en este tiempo la metodología de comercio ha cambiado bastante. A esto hay que añadir que se han abierto (y se siguen abriendo) nuevos tratados de negocio con otros países por todo el mundo, lo que reportará importantes beneficios al sector.

Según datos de SAGARPA, en 2017 el valor nacional de ventas al exterior de los productos agroalimentarios fue de 32,583 millones de dólares, de los cuales 14,027 millones correspondieron a los cultivos hortícolas (43.1%). Además, el 67.7% del total de las divisas procedentes de ventas al exterior de los productos de mayor valor comercial concentran a 20 productos, entre los que se encuentra el tomate, que representa más del 24%, con un valor de 1,777 millones de dólares (generados en 2017).

3. Perspectivas de futuro

Las alternativas de comercio para el futuro son ilusionantes, pero no podemos olvidar la producción de hortalizas para el mercado interior, ya que hay más de 120 millones de habitantes en nuestro país que comen a diario, siendo por tanto, un sector a tener en cuenta. De este modo, hay que dar un impulso a la ampliación del mercado interno, además de potenciar y diversificar la oferta a los mercados de exportación.

Un aspecto muy positivo es que todos los acuerdos que tiene México actualmente, a excepción del TLCAN, son aperturas. A continuación, vamos a destacar las principales acciones que se llevan a cabo para conseguir el objetivo de un comercio exterior fuerte, consolidado y diversificado. Son las siguientes:

- Mantener y mejorar el TLCAN.

Es necesario renovar, además de actualizar dicho tratado, ya que hay condiciones que han quedado obsoletas con el paso de los años. Además, las exigencias comerciales de los clientes han cambiado también.

Un aspecto muy importante que debe tenerse en cuenta es el esperado incremento en la importación de hortalizas por parte de la población estadounidense en la próxima década debido a la tendencia en la mejora de la salud y la nutrición. De este modo, la concienciación de la población sobre los beneficios de frutas y hortalizas, provocará un aumento en la demanda de consumo. Esto supone una gran oportunidad para los productores hortícolas de México de abastecer a este importante mercado en crecimiento.

- Mantener y mejorar el TLCUEM (entre México y la Unión Europea).

Este tratado tiene la cláusula “Sunset”, que supone la revisión del acuerdo cada cinco años para continuar o cancelarlo. Actualmente se está haciendo una revisión exhaustiva de dicho tratado.

El comercio con la Unión Europea supone una gran oportunidad de negocio para el país, así como un aliciente productivo y económico para los agricultores mexicanos.

- Ampliar países de destino y desarrollar la relación comercial.

Las condiciones están cambiando, añadiéndose nuevos posibilidades de negocio, como son los mercados de Europa, Asia y Sudamérica.

En el caso de Europa, el TLCUEM se trata de un tema de negociación comercial que debe reportar beneficios a nuestro país. Es importante resaltar la ampliación de acuerdos comerciales con países de Sudamérica como Brasil, Argentina y Uruguay. También hay que destacar la zona asiática, principalmente Corea del Sur, China y Japón.

A pesar de todas estas oportunidades comerciales, el sector hortofrutícola se enfrenta a una serie de desafíos que se pueden presentar, entre los que destacan:

• Los problemas propios del manejo agrícola que ocasionan mermas productivas en los cultivos (ciclos anuales, fertirriego, tecnología, plagas y enfermedades, etc).

• Los problemas fitosanitarios, en una situación donde los alimentos deben tener unas condiciones de inocuidad indudable.

• Los problemas derivados de las normas y exigencias impuestas por los clientes, tales como higiene, buen estado, salubridad, calidad, etc.

• Los problemas surgidos en el proceso de negociación comercial, donde se tratan una serie de condiciones que a veces resultan demasiado exigentes.

No podemos olvidar que para la exportación de algún producto se debe contar con la certificación correspondiente que garantice la calidad y garantía de dicho alimento. A veces, esto no resulta fácil, ya que existen una serie de requisitos que deben ser superados.

Visto todo lo anterior, podemos pensar que las expectativas futuras que se abren a las hortalizas del país son alentadoras, ya que para el vicepresidente de Comercio Exterior del CNA: “el sector hortofrutícola es uno de los grandes ganadores del campo mexicano y uno de los mejores ejemplos de diversificación de mercados, es quien está rompiendo los récords de exportación, está generando más divisas que el turismo, las remesas mismas o las exportaciones de petróleo. El sector hortofrutícola es uno de los que se han adaptado más rápido al cambio, probablemente impuesto por los mercados y las tendencias”.

Para concluir, es necesario mencionar a las pequeñas empresas agrícolas porque, a pesar de que las oportunidades potenciales de comercio exterior que se presentan son excelentes, los pequeños agricultores se enfrentan en su día a día a una serie de problemas, tanto económicos como derivados del cultivo, que dificultan mucho su objetivo principal. Los primeros se deben a la imposibilidad de poder invertir en sus explotaciones porque las condiciones de financiación son complicadas o inaccesibles. Los segundos derivan de la falta de producción como consecuencia de una tecnología mediocre, el cultivo de un solo ciclo anual, el ataque de nuevas plagas y enfermedades, la falta de diversidad de productos, etc.

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