1. Introducción
2. Origen
3. Taxonomía y morfología
4. Importancia económica y distribución geográfica
5. Requerimientos edafoclimáticos
6. Material vegetal
7. Manejo del cultivo
8. Plagas
9. Enfermedades
10. Valor nutricional
11. Bibliografía
1. Introducción
Los cultivos de leguminosas para la alimentación humana y animal tienen grandes beneficios para el medio ambiente, por constituir una alternativa de rotación en la planificación de los cultivos, por ser una fuente de nitrógeno para el suelo, reduciendo así el impacto que los fertilizantes químicos nitrogenados tienen en los ecosistemas y, por constituir una valiosa fuente de proteínas vegetales. Pero las mermas que sufren debido a los factores bióticos, como enfermedades o plagas, y abióticos, como el estrés hídrico o carencia de macroelementos, hacen que sean minoritarios en España y Europa. Por eso, es necesario la investigación y mejorar las especies existentes, para que su cultivo se extienda más, ya que nos ayudarían a que la agricultura del futuro fuera más sostenible.
2. Origen del trébol
El trébol (Trifolium spp.) es originario del mediterráneo. Está presente en regiones templadas de todo el mundo, aunque también está muy extendido su cultivo en zonas subtropicales como México, India o el Caribe. En América se introdujo en el siglo XVI por los colones europeos que siguió su expansión por Canadá, Australia y Japón hasta Sudáfrica. En el siglo XX se comenzó a realizar un proceso de mejora del cultivo para obtener mayores rendimientos en siembras pastorales de otoño (Geilfus, 1994).
3. Taxonomía y morfología del trébol
El trébol (Trifolium spp.) se clasifica taxonómicamente de la siguiente manera:
Reino: Plantae
División: Magnoliophita
Clase: Magnoliopsida
Familia: Fabaceae
Género: Trifolium
Es una planta herbácea anual o perenne de vida corta perteneciente a una de las familias más heterogéneas y cosmopolita que existe en el reino vegetal, la familia de las Fabaceae o leguminosas. Es una de las especies forrajeras más importantes de las zonas templadas de todo el mundo, que produce gran cantidad de forraje de altísima calidad. Se propaga por semillas y estolones, siendo estos últimos de forma radial sobre la superficie del suelo y que están formados por entrenudos, que dan lugar al crecimiento lateral de la planta, y por nudos, que dan lugar a las hojas y raíces (Andia y Argote, 2006). Con frecuencia, los estolones quedan enterrados en el suelo por la acción de los animales o lombrices y los nudos presentes en estos pueden desarrollar nuevas plantas persistentes bajo condiciones de pastoreo frecuente e intenso.
3.1 Hoja
Las hojas son palmaticompuestas (todos sus foliolos surgen del ápice del peciolo común) formadas por un eje o raquis, de donde salen los foliolos. Son pecioladas y trifoliadas cuyos foliolos son ovalados, con presencia de una mancha blanca en el haz y sin vellosidad alguna, aunque algunas especies como el trébol rosado (Trifolium pratense L.) presenta abundantes y finos vellos en sus hojas.
3.2 Tallo del trébol
Los tallos son herbáceos, macizos y estoloníferos ya que son enraizantes en los nudos. En el caso del trébol rosado (Trifolium pratense L.) su tallo es hueco y alcanza los 40 u 80 cm de largo.
3.3 Flor del trébol
Las flores son hermafroditas, amariposadas y zigomorfas (bilabiado que presenta un solo plano de simetría). Su cáliz tiene los sépalos soldados (gamosépalo) y su corola está formada por cinco pétalos de color blanco o blanco-rosado. En el interior de la quilla se encuentran los órganos sexuales, el androceo y el gineceo. El androceo está formado por diez estambres, generalmente formando un tubo, y el gineceo está formado por un ovario súpero y unicarpelar. Normalmente, las flores no se sitúan de forma aislada sino en inflorescencias en capítulo (flores sentadas directamente sobre un receptáculo corto del eje floral) de forma globular y de unos 2 cm de ancho, que pueden llegar a contener de 50 a 200 flores (Muslera y Ratera, 1984).
3.4 Fruto del trébol
Sus frutos son legumbres, nombre con que se designa a las semillas encerradas en una vaina. Son pequeños, aovados y con 3 o 4 semillas en su interior.
3.5 Semilla del trébol
Sus semillas son ovoides, de superficie lisa y con tamaños que oscilan entre 1 y 1,2mm de largo y 0,9 y 1,1 de ancho. Su color varía desde amarillo brillante hasta castaño claro. Dentro de la semilla no existe un endospermo sino dos cotiledones (hojas embrionarias, que contienen almidón y proteínas) unidos al eje central. Esta recubierta por una cubierta seminal, rica en suberina, formando una capa gruesa e impermeable.
3.6 Sistema radicular del trébol
Su sistema radicular está dividido en dos partes: una raíz principal central, pivotante, lignificada, penetrante y profunda, y un sistema secundario formado por un conjunto ramificado de raíces, bastante lignificado, pero menos grueso que la raíz principal que presenta raíces adventicias estoloníferas.
4. Importancia económica y distribución económica del trébol
Los forrajes constituyen una parte muy importante de la alimentación animal, que pueden consumirse en fresco, mediante el pastoreo, o en seco tras la siega y extracción del agua mediante métodos naturales, como el henificado, o con métodos de aporte de calor, deshidratado.
A nivel mundial, España se sitúa en segundo lugar a nivel de exportaciones de forrajes desecados tras E.E.U.U. Según datos de Datacomex, se estima que España ha exportado 1,1 millones de toneladas de forrajes desecados, en el 2015. El 56% de las exportaciones han tenido como destino principal los Emiratos Árabes, aunque China, países del norte de África y la Unión Europea son también mercados destino de nuestras exportaciones.
A pesar de que, en la campaña de 2019, según datos del MAPA, se redujeron entorno a un 10% las comercializaciones de estos cultivos, España sigue liderando las exportaciones de Europa, siendo el principal productor de cultivos forrajeros cuyas principales comunidades autónomas productoras son Aragón, Castilla y León, Galicia, Cataluña, Andalucía, Castilla-la Mancha y Baleares.
Entre los cultivos de leguminosas cultivadas en España se encuentra el trébol, que es una de las especies forrajeras más importantes de los climas mediterráneos y templados. Es considerada en todo el mundo como una especie de alto valor nutricional en sistemas pastoriles, que puede ser consumido en verde o henificado.
La demanda del trébol ha evolucionado hacia especies de hoja grande, tipo ladino, y de hoja intermedia, aunque los primeros tienen baja densidad de estolones y poca persistencia.
5. Requerimientos edafoclimáticos del trébol
El trébol (Trifolium spp.) es una planta que se adaptada bien a diferentes condiciones climáticas, siempre y cuando el régimen de lluvias sea regular y que los suelos no sean ni demasiado salinos ni demasiado alcalinos.
5.1 Temperatura
La temperatura óptima para su crecimiento ronda los 24ºC, aunque soporta rango de temperatura amplios, entre 35ºC y 7ºC, pero su crecimiento se ve reducido sustancialmente.
5.2 Luminosidad
Para su crecimiento óptimo requiere gran intensidad de luz y están menos adaptadas a condiciones de sombra que las gramíneas, de modo que, en climas mediterráneos al ser alta la cantidad de luz abundan más las leguminosas frente a las gramíneas.
5.3 Suelo
En suelos arcillosos-calizos es dónde mejor desarrollo tiene precisando riegos periódicos o permanentes durante todo su ciclo. Los suelos excesivamente arcillosos y compactos no son favorables para su desarrollo, al igual que los terrenos excesivamente húmedos al dar lugar a putrefacciones en sus raíces. Su óptimo de crecimiento lo obtiene en suelos con un pH de 5 a 7,5 y con un buen drenaje. No es tolerante a suelos con alta salinidad o alcalinidad y es sensible a las sequías (Hutchinson, 1995).
6. Material vegetal del trébol
El género Trifolium spp. contiene más de 300 especies conocidas, pero apenas 25 especies son las que usualmente son cultivadas. Entre las especies más utilizadas se encuentra el Trifolium repens (Trébol blanco), Trifolium pratense L. (Trébol violeta o rojo), Trifolium incarnatum L. (Trébol encarnado), Trifolium subterraneum(Trébol subterráneo) o el Trifolium alexandrinum (Trébol Bersin).
El trébol blanco (Trifolium repens) es el más empleado en las praderas permanentes destinadas a pastoreo, en zonas húmedas. Es muy tolerante al frío y nada a la sequía. Sus densidades de siembra oscilan entorno a los 5 kg/ha. Aunque presenta una alta digestibilidad, genera un alto peligro de empaste o meteorismo espumoso (distensión anormal del rumen por acumulación de gases por la fermentación microbiana) para los rumiantes, por lo que se suele mezclar con gramíneas para evitar este problema en los animales. Dentro de los tréboles blancos que existen se diferencian varios tipos según el tamaño de la hoja y específicamente de los foliolos, existiendo tres tipos: los de hoja grande, mediana y pequeña.
El trébol blanco de hoja grande tiene un crecimiento erecto (ladino), con un pecíolo largo y estolones largos y aéreos. No es nada tolerante al déficit hídrico, pero si al pastoreo intenso y frecuente, por lo que, es apto para bovinos de leche.
El trébol blanco de hoja mediana tiene un crecimiento semi-erecto, con pecíolo largo y estolones cortos y poco ramificados. Tiene baja tolerancia al déficit hídrico y está adaptado al pastoreo laxo y frecuente, lo que lo hace apto para bovinos de carne y leche.
El trébol blanco de hoja pequeña tiene un crecimiento rastrero, con pecíolo corto y estolones muy ramificados. Es tolerante a períodos prolongados de sequía y a pastoreo intenso y frecuente, lo que lo hace apto para ovinos y camélidos.
Los tréboles blancos de hoja grande son más productivos y más adecuados para el ganado bovino que los de hoja pequeña.
El trébol violeta o rojo (Trifolium pratense L.) tiene raíces profundas de unos 0,6 a 0,8 cm y con hojas trifoliadas ovales o elípticas cubiertas con abundante vello fino y, con un par de hojas opuestas cerca de la cabezuela de la flor que es característica de esta especie. Su tallo suele ser hueco y con medidas que van desde 50 a 70 cm. Sus vainas son pequeñas y cortas. Tiene buena tolerancia a períodos de estrés hídrico y es muy resistente a al frío. Comparado con el trébol blanco tiene menor persistencia, de unos 3 años, y su rendimiento comienza a descender al 2º año en las paraderas, y menor resistencia al pastoreo, pero mayor productividad en períodos estivales. Se suele sembrar en febrero-marzo y en septiembre-octubre, siendo sus dosis de siembra entre 15 y 25 kg/ha.
El trébol encarnado (Trifolium incarnatum L.) tiene la cabezuela de la flor más alargada y por debajo de ella solo se inserta una hoja, que se sitúa a más distancia de la espiga que la del trébol rojo. Su cultivo es corto, no más de 1 año, y su semilla menos costosa que la del trébol rojo.
El trébol subterráneo (Trifolium subterraneum) se suele emplear en zonas secas de pastoreo al ser tolerante a la sequía estival. Tiene un buen crecimiento en invierno, aunque no es tolerante al frío intenso. Tiene gran tolerancia al pastoreo intenso y gran capacidad de autosiembra.
Otro trébol perteneciente a la familia Melilotus spp., el trébol de olor blanco o melilotus blanco, está teniendo un uso extendido para pastoreo, por su alta calidad forrajera. Es una leguminosa herbácea anual o bianual que comprende alrededor de 20 especies y está muy difundida en las zonas templadas de todo el mundo, desde Canadá hasta Argentina. Puede competir con las especies autóctonas al poder convertirse en una especie invasora. Contiene cumarina (es un anticoagulante de la familia de las benzoparinas), sustancia que le da el olor característico a este trébol. Tiene la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico mediante la simbiosis con la bacteria Sinorhizobium meliloti, pero su uso ha sido desplazado por otras especies forrajeras debido a los efectos nocivos que puede provocar al producirse el dicumarol (inhibe la síntesis de dependientes de la vitamina K en el hígado y causa el sangrado en el ganado bovino), cuando hay un deterioro en los procesos de henificación o ensilado, aunque esto no sucede en el pastoreo directo.
7. Manejo del cultivo del trébol
7.1 Sistemas de labranza
Para establecer un sistema de pastura existen varias formas:
7.1.1 Labranza convencional: se rotura el suelo para que quede mullido para la siembra de las semillas. Es un sistema que provoca mucha erosión y degradación del suelo, por lo que, en la actualidad, se tiende a usar otros sistemas más conservacionistas.
1º Barbecho químico: aplicación de herbicidas para el control de malas hierbas y así facilitar el establecimiento de las semillas forrajeras. Se debe realizar al menos con 45 días de antelación a las labores preparatorias del terreno o la siembra.
2º Incorporación de rastrojos: permite mejorar el estado nutricional del suelo al incorporar parte de los nutrientes extraídos por el cultivo, incorpora materia orgánica y aumenta la capacidad de retención de agua.
3º Arado con cincel o subsolador: son aperos que trabajan en profundidad sin inversión del suelo, lo que tiene un menor impacto en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.
4º Preparación de la cama de siembra
5º Paso de rodillo
7.1.2 Mínima labor: Se realiza un barbecho químico y el pase de un cultivador multifuncional, que realiza labores superficiales y reduce la pérdida de materia orgánica, lo que favorece que se mantengan las propiedades del suelo.
7.1.3 Cero labranzas: Se realiza un barbecho químico y no se aplica ninguna técnica de labranza, lo que permite que se conserve la cubierta orgánica y evita los procesos de roturación y degradación del suelo.7.1.4 Regeneración: Este sistema de labranza es semejante al anterior, pero aquí no se realiza barbecho químico, aunque si se aplica eventualmente algún herbicida para el control de las malas hierbas. Se suele realizar en aquellos suelos donde no es posible realizar o no son aptos para la labranza convencional. Además, tienen la ventaja de que son sistemas de producción de forraje más estables en el tiempo y menos costosos, pero las especies forrajeras deben tener un buen poder germinativo y vigor y que no queden descubiertas en el suelo.
7.2 Siembra del trébol
Una vez que el suelo está preparado para la siembra, es imprescindible decidir el sistema de sembrado de las semillas.
7.2.1 Siembra a voleo
La semilla se distribuye uniformemente en el suelo con sembradoras que después son introducidas en el perfil del suelo por las mismas ruedas de la sembradora. El inconveniente de este sistema de siembra es que existe una alta variabilidad de emergencia de las semillas, debido a obstáculos físicos o residuos vegetales existentes en el terreno que impiden el buen contacto de la semilla con el suelo.
7.2.2 Siembra en líneaLa semilla se distribuye a lo largo de una línea de siembra que facilita el aporte de fertilizantes como el fosforo, que al ser poco móvil y de baja solubilidad se facilita su absorción por parte de las plántulas emergentes. Sin embargo, el inconveniente de este tipo de siembra estriba en que como se depositan más de una semilla juntas esto provoca que se reduzca el desarrollo y viabilidad de la totalidad de las plántulas que emergen.
7.2.3 Fecha y densidad de siembra del trébolPuede sembrarse en otoño y en primavera, pero en otoño esta más expuestas a heladas y depredadores como las babosas, por lo que se recomienda, en climas templados, sembrar en primavera, desde principios de febrero hasta finales de abril.
Para que la siembra sea exitosa y por igual, debe aplicarse una semilla de calidad y, a ser posible, mezclada con arena para una mejor y regular repartición. Además, se debe aportar riegos uniformes en tablares más pequeños que los empleados para el cereal asociado.
La densidad de siembra se encuentra entre 15 y 25 Kg/ha, siendo recomendable la menor densidad para los suelos fértiles y bien abonados, mientras que la máxima densidad se recomienda para los suelos pobres y arenosos.
La semilla debe sembrarse a poca profundidad, entre 0,1 y 0,5 cm, puesto que a más profundidad menor porcentaje de germinación, siendo su límite máximo los 8 cm donde no germina nada.
Como el trébol es una forrajera de crecimiento lento, se recomienda sembrarlo junto a un cereal de invierno (trigo o centeno) o de verano (avena o cebada), para su protección de los calores intensos o heladas, así como de la invasión por las malas hierbas. En cualquier caso, la siembra con estos cultivos asociativos debe ser tal que no prive al trébol de luz y aire suficiente para su correcto desarrollo. Un sembrado demasiado espeso o un abonado nitrogenado del cereal asociado podría producir un ahogamiento del trébol.
7.3 Riego
El riego debe ser abundante en la primera semana del cultivo, para mantener la humedad del suelo. Pasadas dos o tres semanas se aconseja regar 2 o 3 veces por semana y cuando el cultivo ya este establecido se aconseja regar una vez por semana. Un déficit de agua en la planta, por una excesiva traspiración, puede afectar a la digestibilidad de la materia seca del forraje por parte de los animales.
7.4 Fertilización del trébolEs poco tolerante a la salinidad, necesitando fuertes aportes de abonado fosfórico. En primavera es conveniente aportarle abonados ricos en potasio y en suelos alcalinos es conveniente realizar enmiendas con azufre, quelato de hierro o materia orgánica. La simbiosis que establece con bacterias rizosféricas tipo Rhizobium le proveen de una fuente de nitrógeno constante, aunque no se producirá esta simbiosis y, por tanto, la fijación de N atmosférico, en suelos ácidos con pH de 5.0.
7.5 RecolecciónEn la recolección del trébol (Trifolium spp.) podemos diferenciar dos fases: la siega y la henificación. El momento más adecuado para la siega es cuando está en flor. Después de la siega se deja al sol durante 3 o 4 días y, una vez que se haya reducido su volumen a la mitad, se voltea con la precaución de que no se desparrame demasiado. Al cabo de 2 o 3 días desde su volteo estará listo para su recogida y almacenaje.
7.6 AprovechamientoEl trébol es una planta que tradicionalmente se emplea para el pastoreo y el heno, pero en la actualidad, también se usa como abono verde para sistemas de rotación de cultivos y como infusión medicinal.
8. Plagas en el trébolEl taladro o barrenador de la raíz del trébol (Hylastinus obscurus) es la principal plaga del cultivo del trébol (Trifolium pratense). Es un coleóptero que produce importantes reducciones en la producción del trébol, llegando a niveles de infestación de hasta un 70 o 100%. Los adultos están presentes en el cultivo durante todo el año, aunque en verano suelen desaparecer entre 1 o 2 meses hasta la aparición de las nuevas generaciones en otoño y primavera. En invierno suelen estar en el interior de las raíces o enterrados en el suelo o en los rastrojos de la superficie y, en primavera es cuando emergen y se alimentan de las raíces. Los adultos suelen migra desde las raíces hasta tallos para emprender el vuelo en masa. Probablemente el apareamiento entre machos y hembras ocurre bajo tierra, por lo que, las hembras emergentes ya están fecundadas, y son las que realizan las galerías en las raíces y tallos del cultivo, donde efectuarán las puestas de los huevos. Las hembras permanecerán en las galerías hasta que emerjan las larvas para después ascender por los tallos e infectar nuevas plantas.
El Apion apricans Herbst. es otro coleóptero que parasita algunas especies de leguminosas, entre ellas la alfalfa y el trébol (Trifolium spp.). Se caracteriza porque las flores y brotes tiernos aparecen destruidos por las mordeduras del adulto y la larva del coleóptero. Las hembras fecundas depositan sus huevos en las yemas terminales. Una vez que eclosionan los huevos, las larvas se alimentan de los brotes tiernos y flores hasta completar su desarrollo y transformarse en pupas alrededor de las flores. Los adultos que llegan a este estado en verano permanecen así hasta pasado el invierno, que reactivan su actividad para dañar al cultivo en la nueva campaña.
El insecto Sitona lineatus es otro coleóptero que parasita numerosas especies de leguminosas, entre las que se encuentran las habas y el trébol (Trifolium spp.). En invierno el adulto se encuentra bajo tierra y cuando llega la primavera entra en actividad, sale de la superficie del suelo y ataca a las hojas de las leguminosas produciendo mordeduras en forma de media luna. Las hembras fecundas realizan la puesta en las hojas que, una vez eclosionados los huevos, las larvas recién nacidas se dirigen a las raíces para alimentarse de los nódulos producidos por la asociación con bacterias del género Rhizobium. Los adultos de esta nueva generación aparecerán en los cultivos desde mayo hasta el final del verano donde repetirán de nuevo el ciclo. Los nuevos adultos formados en el otoño permanecerán bajo tierra hasta la llegada de la primavera siguiente.
8.2 Pulgones
Los pulgones Aphis craccivora Koch, Aphis fabae Scopoli (pulgón negro de las habas), Acyrtosiphon pisum pisum Harris (pulgón verde del guisante) y Myzus persicae Sulzer (pulgón verde del melocotonero) son insectos pertenecientes al orden Homoptera, que afectan a numerosas especies vegetales silvestres y cultivadas entre las que se encuentra el trébol (Trifolium spp.). Los órganos afectados por esta plaga (brotes, yemas apicales, frutos, etc.) se abarquillan y se vuelven de un color verde grisáceo en un primer estadio de la infección. Después, se van marchitando incluso se produce su muerte disminuyendo progresivamente la producción del cultivo. Las especies Aphis craccivora y Acyrtosiphon pisum pisum viven sobre las plantas de las leguminosas todo el año y se reproducen por hembras partenogenéticas (reproducción sexual donde se generan clones de la madre). Aphis fabae y Myzus persicae viven durante la primavera y parte del otoño en árboles y arbustos (hospedero primario). Durante el verano y parte del otoño viven en plantas herbáceas, entre las que se encuentran las leguminosas (hospedero secundario). Su reproducción es sexual, pero en climas templados como los de la Península Ibérica pueden reproducirse mediante partenogénesis todo el año. A las poblaciones de Aphis fabae les beneficia más las temperaturas cálidas, mientras que a Myzus persicae son las temperaturas suaves.
8.3 Arañas
El insecto tetranychus urticae Koch es un ácaro de la familia Tetranychidae que afecta a gran cantidad de vegetales silvestres y cultivados entre los cuales se encuentra el trébol (Trifolium spp.). Los primeros síntomas se encuentran en las hojas que aparecen puntos finos cloróticos en el haz, siendo en el envés dónde se sitúa el insecto que presenta unas manchas laterales y una longitud muy pequeña, entorno a unos 0,5 mm. Suele invernar como hembra adulta en la vegetación espontánea de los rastrojos de los cultivos de campañas anteriores o en las lindes de las parcelas. En primavera y con temperaturas elevadas es cuando empieza su actividad parasitaria que ayudada por el viento colonizan el cultivo. El número de generaciones que es capaz de producir es variable, pero les favorece mucho los veranos cálidos y secos. En cultivos bajo invernadero las generaciones de suceden ininterrumpidamente. La aplicación de herbicidas en los lindes y rastrojos de las parcelas ayuda a eliminar las poblaciones invernantes que darán lugar a las primeras colonizaciones del cultivo.
8.4 Lepidópteros
Entre los lepidópteros que pueden afectar al trébol se encuentran los gusanos grises (Agrotis exclamationis, A. segetum), las medidoras (Autographa gamma, Chrysodeixis chalcites Esper, Plusia festucae L.), Heliotis (Helicoverpa armigera L.), polillas de las leguminosas (Laspeyresia nigicana Fabricius, Etiella zinckenella Tr.) y rosquillas (Spodoptera exigua Hübner, Spodoptera littoralis Boisduval). Los daños que causan los lepidópteros van desde mordeduras en tallos y follaje hasta daños en las vainas, donde destruyen total o parcialmente las semillas.
8.5 Moscas
La mosca blanca Bemisia tabaci Gennadius y Trialeurodes vaporariorum Wetwood son insectos del orden Homoptera que afectan a numerosos cultivos, siendo en España Bemisia tabaci la que realmente provoca daños por disminuir la producción en cantidad y calidad, además de ser un vector de al menos cuatro géneros de virus, como el virus de la cuchara o el virus del rizado amarillo del tomate (TYLCV).
La mosca de los sembrados (Delia platura Meigen) es un insecto del orden Diptera que ataca a las semillas de las leguminosas destruyéndolas antes de emerger.
8.6 Trips
Los trips Frankliniella occidentalis Pergande, Thrips tabaci Lindeman, Frankliniella schultzei Trybom y Thrips angusticeps Uzel son insectos pertenecientes al orden Thysanoptera que afectan a numerosos vegetales entre ellos las leguminosas como el trébol (Trifolium spp.). Los síntomas que causan son numerosas manchas blancas plateadas en las hojas y vainas que se tornan pardas y se necrosan para terminar muriendo. La importancia de este insecto plaga es que es vector de virus, como el virus del moteado del tomate (TSWV), que provoca grandes pérdidas en los cultivos a los que afecta sin control.
9. Enfermedades en el trébol
9.1 Caída de plántulas o Rizoctoniosis
Esta enfermedad provocada por Rhizoctonia solani Kühn la muestran las plantas en su estado inicial de desarrollo. Las plantas aparecen sin turgencia y se caen sobre el suelo. En los restos de vegetación que caen al suelo es donde se encuentra el reservorio del hongo, donde forma los esclerocios (estructuras con forma de copa que contienen esporas) que pueden permanecer allí durante varios años infectando nuevas plantas. Las semillas pueden transmitir la enfermedad, al aparecer la enfermedad con semillas germinando. Al ser síntomas idénticos a los provocados por Pythium spp. es necesario una correcta identificación en el laboratorio.
9.2 Caída de plántulas o Pitiosis
Esta enfermedad provocada por Pythium aphanidermatum y Pythium ultimum la muestran las plántulas recién emergidas cuya apariencia es mustia, sin turgencia alguna y caídas sobre el suelo. El cuello de la plántula suele estar ennegrecido. La diseminación del hongo se produce por las semillas y por el inóculo que permanece en el suelo durante varios años, que con humedad alta y temperaturas por encima de los 25ºC hacen que se produzca la germinación de las oosporas.
9.3 Podredumbre algodonosa
Esta enfermedad provocada por micomicetos como Sclerotinia trifoliorum Eriksson, Sclerotinia trifoliorum var. Fabae Keay y Sclerotinia sclerotiorum L. son capaces de desarrollarla la mayoría de las especies de leguminosas. Los primeros síntomas de la enfermedad se dan como manchas pardas en el cuello y en la primera parte del tallo, que después se cubre de un micelio blanco y algodonoso, que en ocasiones también aparece en las vainas. Estos hongos sobreviven principalmente en el suelo, en forma de esclerocios, pero también en semillas, donde pueden permanecer infectivos durante más de 5 años.
9.4 Roya
El hongo Uromyces trifolii del orden Uredinales tiene como huésped el cultivo del trébol (Trifolium spp.), entre otros. Las plantas enfermas presentan unas manchas parduscas y con un halo clorótico en el envés. A medida que avanza la enfermedad, el color pardo de las manchas se va tornando a castaño oscuro y cubre no sólo en envés sino el peciolo, el pedúnculo floral y el haz. En invierno, suele encontrarse sobre los restos de vegetación enferma que caen al suelo, siendo las semillas reservorio del hongo.
9.5 Mildiu
Esta enfermedad está provocada por Peronospora viciae que es un micromiceto del orden de los Peronosporales. Los síntomas de falta de vigor, tamaño reducido y marchitez severa llegan a provocar la muerte de las plántulas recién emergidas. En plantas más desarrolladas los síntomas se muestran en la base del tallo y en las hojas, apareciendo manchas cloróticas inicialmente y grises o violáceas posteriormente, llegando a tamizar todo el envés de las hojas.
9.6 Oídio
El hongo Erysiphe polygoni es un micromicete que ataca a numerosas especies de leguminosas, tales como veza, alfalfa, trébol, etc. Los síntomas suelen aparecer en días secos y cálidos con noches frescas, visualizándose el hongo como una cubierta pulverulenta blanca sobre las hojas, como si se hubiera pulverizado las hojas con harina. Si la enfermedad avanza, el cultivo se desfolia considerablemente, lo que provoca pérdida de cosecha en cantidad y calidad. El hongo sobrevive tanto en el suelo como en las semillas de plantas enfermas.
9.7 Seca o fusariosis vascular
El hongo Fusarium trifolii (Jacz.) Bilai es un hongo perteneciente al orden de los Hyphales entre cuyos huéspedes se encuentra el trébol (Trifolium spp.). Provoca marchitez de las plantas y el oscurecimiento de los vasos conductores del tallo a nivel del cuello. Los primeros síntomas aparecen en las hojas basales que va ascendiendo hasta afectar la totalidad de la planta, que se desfolia por completo y la planta se muere. Se desarrolla bien en climas secos y en plantas preferentemente en estados fenológicos jóvenes.
9.8 Virus
Las enfermedades causadas por virus constituyen un factor biótico limitante en trébol, ya que reducen su crecimiento foliar y radicular y, por tanto, su vigor, incrementan su susceptibilidad a otras enfermedades, además de disminuyen los procesos de nodulación y fijación simbiótica de nitrógeno. Los síntomas que muestran son: amarilleamientos y mosaicos en hojas, enanismos, así como arrugado de hojas y pecíolos. Entre los más comunes se encuentra el virus del amarilleo de las venas del trébol (CIYVV) perteneciente al género Potyvirus, que es transmitido por pulgones y, en algunos casos, transmitido por semillas (Berger et al., 2000). También se ve afectado por el virus del mosaico amarillo del trébol (CYMV) y del virus del mosaico del trébol blanco (WCMV) pertenecientes también al género Potyvirus, que se transmiten mecánicamente y por semillas, pero su prevalencia es mucho menor que el CiYVV. También, se ve afectado por el virus del mosaico de alfalfa (AMV), pero en mucho menor grado que los anteriores.
9.9 Nematodos
Los nematodos como Pratylencus penetrans y algunas especies de Meloidogyne afectan a leguminosas forrajeras como el trébol. Los síntomas que causan son alteraciones en la raíz, reduciendo su capacidad de absorción de agua y nutrientes y, por tanto, reduciendo su tasa de crecimiento, además de contribuir el ataque de otros patógenos (Altier, 1996). En cuanto a enfermedades causadas por fitoplasmas y bacterias son muy escasas y de poca importancia e impacto en la producción del trébol.
10. Valor nutricional del trébol
El valor nutricional de un forraje depende de la cantidad de forraje consumido y la concentración de nutrientes que este posea y, de la eficiencia de los procesos digestivos y metabólicos de los nutrientes, por parte del animal (Hodgson, 1990). Las variaciones en la composición química del forraje, debido a factores bióticos o abióticos, tiene consecuencias directas su valor nutricional (Smith, 2000). En la actualidad, existen diferentes métodos para evaluar el valor nutricional de un forraje: métodos físicos, químicos y biológicos.
Los métodos físicos determinan mediante estudios histológicos de tallos y hojas y la relación hoja/tallo la composición de un forraje.
En los métodos químicos se analiza cuantitativamente, mediante procesos o reacciones químicas ácidas o básicas, los distintos componentes del forraje, pero no se relaciona con la utilización por parte del animal.
En los métodos biológicos se analizan reacciones enzimáticas o con animales de laboratorio para determinar el valor nutricional del forraje. Nos permiten determinar el efecto que un alimento ejerce sobre el estado nutricional de un animal y es el método que se utiliza para simular los procesos digestivo que ocurren en los animales.
Se conoce que el forraje contiene materia seca (carbohidratos: celulosa, azúcar, almidón, goma y ceniza), proteínas, minerales y grasas (Ensminger et al., 1990) y, son estos parámetros los que se usan para determinar la calidad del forraje (Tekeli y Ates, 2003; Tekeli y Ates, 2004).
La materia seca (MS) representa el peso total del forraje menos su contenido en agua y es la base sobre la cual se expresan los resultados de todas las demás determinaciones. Su contenido suele expresarse en porcentaje.
Los nutrientes digestibles totales (NDT) es un método matemático para el cálculo de la energía liberada por un ingrediente determinado, siendo su cálculo la suma de la proteína digestible, carbohidratos no estructurales digestibles, fibra cruda digestible y 2,25 veces el contenido de grasa cruda digestible. Se expresa como porcentaje del ingrediente analizado. (1Kg de NDT equivale a 4.400Kcal de Energía digestible o a 3.560 Kcal de Energía metabolizable).
Los carbohidratos se pueden clasificar según su digestibilidad en: 1) Digeribles: almidón o glucógeno; 2) Parcialmente digeribles: inulina, manosanos, rafinosa, estaquinosa, galactógenos y pentosanos; 3) Indigeribles: celulosa, hemicelulosa, pectina, gomas, etc. Los carbohidratos que forman parte de estructuras vegetales se les denomina carbohidratos estructurales, como la celulosa o hemicelulosa, y los que no forman parte de estructuras vegetales carbohidratos no estructurales, como el almidón.
La fibra es la parte no digerible del forraje pero que pasa a través del tracto gastrointestinal, donde es fermentada y pasa a formar parte de las heces. Las leguminosas contienen un alto contenido en fibra y se expresa en porcentaje.
La energía digestible (ED) es la energía de los alimentos que está disponible para los animales mediante la digestión. Se calcula mediante la diferencia entre la energía bruta del alimento ingerido y la energía bruta de las heces expulsadas por el animal.
La energía bruta (EB) es la energía que contienen los componentes orgánicos de los alimentos, que se libera a través de su oxidación, es decir, es el valor energético total contenido en los alimentos antes de ser ingerido por el animal y se expresa en calorías o julios.
La energía metabolizable (EM) es la energía digestible menos la energía contenida en los gases (metano) y orina (urea o ácido úrico) del animal.
La proteína bruta es el valor teórico que se le asigna al contenido de proteína de un alimento y se cuantifica como la cantidad de nitrógeno multiplicado por un factor de 6,25. En forrajes, la proteína cruda se divide en proteína verdadera, que constituye el 60-80% del nitrógeno total, y en nitrógeno no proteico que se origina de moléculas como la urea o la creatina. Las legumbres se caracterizan por su elevado contenido en proteínas, que en las semillas pueden oscilar entre un 30-40%.
Las cenizas representan el contenido de minerales y compuestos inorgánicos de un forraje. Es un indicador de la contaminación por suelo, arena u otros materiales inorgánicos de una muestra.
La cantidad de grasa de un forraje se determina con extracciones por solventes, éter etílico o éter de petróleo.
Los contenidos en minerales de las leguminosas son, en general, altos, siendo su disponibilidad baja, debido a que se unen a unos compuestos inhibitorios del hierro y el zinc denominados fitatos.
También, las leguminosas contienen muchos compuestos bioactivos en pequeñas cantidades, como los galactooligosacáridos, inhibidores de proteasas, lectinas, saponinas, etc., que algunos estudios las consideran que juegan un papel importante en trastornos cardiovasculares.
Autor: Dpto. Agronomía Infoagro
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