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El cultivo de la judía, habichuela o frijol (Parte I)

El cultivo de la judía en grano es considerado como un cultivo extensivo, mientras que la judía verde se considera netamente hortícola.

Judía

icono foto el cultivo de la judia  habichuela o frijol

1. Taxonomía y Origen
2. Importancia económica y distribución geográfica
3. Morfología
4. Requerimientos edafoclimáticos
5. Material vegetal
6. Técnicas de cultivo
6.1. Preparación del terreno
6.2. Marcos de plantación
6.3. Siembra
6.4. Malas hierbas
6.5. Entutorado
6.6. Deshojado
6.7. Riego
6.8. Abonado
7. Plagas y Enfermedades
8. Fisiopatías
9. Recolección
10. Valor nutricional

1. TAXONOMÍA Y ORIGEN


La judía pertenece a la familia Fabaceae, cuyo nombre botánico es Phaseolus vulgaris.

Familia Fabaceae
Género Phaseolus
Especie P. vulgaris
Nombre científico Phaseolus vulgaris L.
Nombre común Judía, alubia, frijol, ejote, chaucha, poroto, vainita

La judía es una especie de origen americano, puesto de manifiesto, tanto por diversos hallazgos arqueológicos como por evidencias botánicas e históricas. Los indicios más antiguos de cultivo datan del año 7000 a.C. La introducción en España y posteriormente su difusión al resto de Europa tiene lugar en las expediciones de comienzos del siglo XVI.

2. IMPORTANCIA ECONÓMICA Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

El cultivo de la judía en grano es considerado como un cultivo extensivo, mientras que la judía verde se considera netamente hortícola.

La superficie dedicada al cultivo de la judía en grano se ha reducido en los últimos años (debido a los cambios alimenticios de la sociedad y a su importación); los rendimientos se han mantenido prácticamente constantes, ya que la producción total ha disminuido considerablemente. En el caso de la judía verde, la reducción es también apreciable, pero mucho menos importante cuantitativamente.



La judía es una leguminosa con grandes posibilidades para la alimentación humana, por su doble aprovechamiento (de grano y de vaina) y por su aporte proteico; además una parte de su producción se comercializa congelada y en conserva; aunque debe avanzar a través de la mejora genética y la adecuación de las técnicas de cultivo. Los países importadores de las cosechas españolas en judía verde son: Francia, Alemania, Suiza y Reino Unido.

Producción 2011 (t) % Producción mundial
1. Myanmar 3721949 16,08
2. India 3630000 15,69
3. Brasil 2821405 12,19
4. China 1450000 6,27
5. USA 1448090 6,26
6. México 1080857 4,67
7. Tanzania 780000 3,37
8. Kenia 613902 2,65
9. Ruanda 432857 1,87
10. Uganda 425400 1,84
11. Etiopía 387802 1,68
12. Camerún 375000 1,62
13. Argentina 350000 1,51
14. Malawi 300000 1,30
15. Indonesia 287867 1,24
16. Mozambique 281922 1,22
17. Canadá 272860 1,18
18. Korea 250000 1,08
19. Iran 250000 1,08
20. Bielorrusia 227333 0,98

3. MORFOLOGÍA

- Planta: Anual, de vegetación rápida.

- Raíces: Sistema radical es muy ligero y poco profundo. Está constituido por una raíz principal y gran número de raíces secundarias con elevado grado de ramificación.

- Tallo: El tallo es herbáceo. En variedades enanas presenta un porte erguido y una altura aproximada de 30 a 40 centímetros, mientras que en las judías de enrame alcanza una altura de 2 a 3 metros, siendo voluble y dextrógiro (se enrolla alrededor de un soporte o tutor en sentido contrario a las agujas el reloj).

- Hoja: La primera hoja es sencilla, lanceolada y acuminada, y todas las demás son compuestas de tamaño variable según la variedad.


- Yemas: Se encuentran en las axilas de las hojas compuestas formando tríadas (3 yemas). Las tríadas pueden ser vegetativas, de flor o mixtas.

- Flores: Las flores son de color blanco en las variedades más importantes. Éstas pueden ser de diversos colores, pero son únicos para cada variedad. Las flores se disponen en racimos de 4 a 8 flores cuyos pedúnculos emergen de las axilas de las hojas o en las terminales de algunos tallos.


- Fruto: El fruto es una legumbre de color, forma y dimensiones variables, en cuyo interior se disponen de 4 a 6 semillas. Existen frutos de color verde, amarillo jaspeado de marrón o rojo sobre verde, etc., aunque los más demandados por el consumidor son los verdes y amarillos con forma tanto cilíndrica como acintada. En estado avanzado, las paredes de la vaina o cáscara se refuerzan por tejidos fibrosos.


4. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

El manejo racional de los factores climáticos de forma conjunta es fundamental para el funcionamiento adecuado del cultivo, ya que todos se encuentran estrechamente relacionados y la actuación de uno de estos incide sobre el resto. Es planta de clima húmedo y suave, dando las mejores producciones en climas cálidos.

- Temperatura: Las temperaturas críticas para la judía son las siguientes:

Temperatura óptima del suelo 15-20ºC
Temperatura ambiente para germinación 20-30ºC
Temperatura mínima para germinación 10ºC
Temperatura óptima durante el día 21-28ºC
Temperatura óptima durante la noche 16-18ºC
Temperatura máxima biológica 35-37ºC
Temperatura mínima biológica 10-14ºC
Temperatura mínima letal 0-2ºC
Temperatura óptima de polinización 15-25ºC

Cuando la temperatura oscila entre 12-15ºC la vegetación es poco vigorosa y por debajo de 15ºC la mayoría de los frutos quedan en forma de “ganchillo”. Por encima de los 30ºC también aparecen deformaciones en las vainas y se produce el aborto de flores.

Las variedades de mata alta son 3-4 grados más exigentes en el mínimo biológico que las de mata baja.

- Humedad: La humedad relativa óptima del aire en el invernadero durante la primera fase de cultivo es del 60% al 65%, y posteriormente oscila entre el 65% y el 75%. Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo de enfermedades aéreas, dificultan la fecundación y aumentan la posibilidad de corrimiento de flores. Es importante que se mantenga sin excesivas oscilaciones de humedad y de temperatura ya que las flores podrían desprenderse..

- Luminosidad: Es una planta de día corto, aunque en las condiciones de invernadero no le afecta la duración del día. No obstante, la luminosidad condiciona la fotosíntesis, soportando temperaturas más elevadas cuanto mayor es la luminosidad, siempre que la humedad relativa sea adecuada.

- Suelo: La judía admite una amplia gama de suelos pero los más indicados para su cultivo son los ligeros, de textura franco-arenosa, con buen drenaje y ricos en materia orgánica. En suelos fuertemente arcillosos y demasiado salinos vegeta deficientemente, siendo muy sensible a los encharcamientos, de forma que un riego excesivo puede ser suficiente para dañar el cultivo, quedando la planta de color pajizo y achaparrada. En suelos calizos las plantas se vuelven cloróticas y achaparradas, así como un embastecimiento de los frutos (judías con hebra).

Los valores de pH óptimos oscilan entre 6 y 7,5; aunque en suelo enarenado se desarrolla bien con valores de hasta 8,5.

Es una de las especies hortícolas más sensibles a la salinidad tanto del suelo como del agua de riego, sufriendo importantes mermas en la cosecha. No obstante, el cultivo en enarenado y la aplicación del riego localizado, pueden reducir bastante este problema, aunque con ciertas limitaciones. Se están llevando a cabo cultivos de judía con aguas de 2 a 2,4 mmhos/cm-1 de CE, con concentraciones de sodio y cloruros de 8 meq/l y 9 meq/l, respectivamente, sin apreciarse disminución en las producciones. Para conseguir estos resultados es necesario un aporte de calcio y de magnesio más elevado de lo normal, así como mantener un nivel de humedad lo más constante posible.

5. MATERIAL VEGETAL

Según su porte se distinguen dos tipos:

- De porte bajo erecto (judía enana) de 30 a 40 cm de altura. Suelen ser más precoces y menos productivas que las de enrame. Su ciclo vegetativo es más corto:
. Vaina verde plana: Alba, Bina, Cleo, Garrafal enana, Mocha, Nassau, Verónica.
. Vaina verde redonda: Amata, Argus, Bronco, Bush Blue Lake 274, Cilena, Contender, Delinel, Gala, Gator Green 15, Galdio, Grenoble, Kora, Nerina, Primel, Sigma, Sonate, Strike, Superviolet, Ursus, Xera.
. Vaina amarilla redonda: Golden Rod, Goldrush, Manteca de Roquencourt.

- De porte alto (judía de enrame) con tallos trepadores que alcanzan los 2 a 3 metros de longitud. Tienen tallos volubles provistos de zarcillos y suelen ser de ciclo más largo y más productivas que las de porte bajo.
. Vaina verde plana: Alco, basket, Bizet, Buenos Aires, Donna, Estefanía, Fábula, Famagusta, Fasili, Femira RZ, Festival RZ, Garrafal Oro, Garrafal Encarnada, Helda, Iluro, Maite RZ, Mantra RZ, Naomi, Nuria, Oriente, Perolar, Pursan, Rumba, Sabinal, Satsuma, Semilarga, Semilarga-Polar, Smeraldo, Sofía, Trebona, Zondra.
. Vaina verde redonda: Alhama, Clancy RZ, Diamant, Emerite, Emilia, Garrafina, Matilda, Maxiluro, Nadal, Néctar, Negrital, Perfección Blanca.
. Vaina amarilla plana: Gold Marie, Maravilla de Venecia.

Según la forma y el tamaño de las vainas:

- Sabinal: Vaina gruesa y plana.
- Garrafales: Vaina aplastada y más ancha en el centro que en los lados.
- Boby: Vaina cilíndrica o semi-cilíndrica.

Principales criterios de elección para judías verdes cultivadas en invernadero:

- Características de la variedad comercial, que pueden ser de mata alta o judía de enrame (tipo Perona y tipo Helda, de vaina aplastada) o de mata baja (tipo Strike, de vaina redonda).
- Mercado de destino.
- Estructura de invernadero.
- Suelo.
- Clima, teniendo en cuenta que las fechas de siembra más frecuentes son: agosto-septiembre (con recolección en noviembre-diciembre-enero), noviembre-diciembre (con recolección en marzo-abril-mayo) y febrero-marzo (con recolección en mayo-junio-julio).
- Calidad del agua de riego.

6. TÉCNICAS DE CULTIVO

6.1. Preparación del terreno

Antes de la siembra hay que realizar una labor semiprofunda (25 a 30 cm), con la que se envuelve el estiércol. Si se desinfecta el suelo, una vez transcurrido el tiempo preceptivo, se labra de nuevo a menor profundidad. Le sigue el aporte de abonado de fondo y a continuación se dan dos labores superficiales (15 cm) con grada o cultivador. En el caso de riego por gravedad se harán los caballones y regueras correspondientes.

Para el cultivo en enarenado, después de la limpieza de la cosecha anterior, se deshacen los lomos dejando llana la superficie enarenada. A continuación se incorpora el abonado de fondo.

6.2. Marcos de plantación

El marco de siembra más frecuente en invernadero es de 2 m x 0,5 m, con 2-3 semillas por golpe, e incluso con una semilla por golpe.

Al aire libre, la distancia entre líneas es 0,5 m para variedades enanas y de 0,7-0,8 m para las de enrame, con 3-5 semillas por golpe. En el caso de judías enanas destinadas a la industria se suelen dejar las líneas de siembra entre 20 y 30 cm.

6.3. Siembra

La profundidad de siembra es de 2-3 cm. Dichas semillas deben haber sido seleccionadas adecuadamente y tratadas con fungicidas e insecticidas.

Si la temperatura no es suficiente o si se desea mantener el cultivo anterior más tiempo en el terreno, se procede a la siembra en semillero y posterior se trasplanta en el invernadero.

La nascencia de las semillas depende de la época de siembra y de la climatología, pudiendo oscilar entre 7 y 20 días. Conviene esperar hasta que el tiempo sea favorable para que la nascencia sea más rápida ya que no es deseable que sobrepase los 10 días. Si el clima es frío, puede calentarse el terreno previamente a la siembra colocando túneles de plástico. También se favorecerá la nascencia realizando varios riegos.

6.4. Malas hierbas

Es conveniente la escarda química (especialmente si se emplean acolchados) ya que la manual incrementa el coste en mano de obra. La escarda se puede reducir si se practica el acolchado.

Para judías verdes:

Las materias activas autorizadas para la realización de escardas químicas en judía verde son las siguientes:
- Cicloxidim 10%
- Clomazona 36%
- Quizalofop-p-tefuril 4%

* Contra gramíneas anuales:
Cicloxidim 10%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 1-2,50 l/ha
* Contra gramíneas vivaces:
Cicloxidim 10%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 3-4 l/ha

Para judías en grano:

Las materias activas autorizadas para la realización de escardas químicas en judía en grano son las siguientes:
- Bentazona 48%
- Bentazona 87%
- Cicloxidim 10%
- Etalfluralina 33%
- Prosulfocarb 80%
- Quizalofop-p-etil 5%
- Quizalofop-p-etil 10%
- Quizalofop-p-tefuril 4%
- Trialato 40%

* Contra malas hierbas anuales:
Etalfluralina 33%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 3 l/ha
* Contra dicotiledóneas anuales:
Prosulfocarb 80%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 4-6 l/ha
* Contra dicotiledóneas:
Betazona 48%, presentado como concentrado soluble, con dosis de 1,50-4 l/ha
* Contra gramíneas:
Etalfluralina 33%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 3 l/ha
* Contra gramíneas anuales:
Cicloxidim 10%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 1-2,5 l/ha
Prosulfocarb 80%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 4-6 l/ha
Quizalofop-p-etil 10%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 1,25-1,75 l/ha
Trialato 40%, presentado como contrado emulsionable, con dosis de 2,50-3,50 l/ha

6.5. Entutorado

Es una práctica imprescindible en la judía de enrame para permitir el crecimiento vertical y la formación de una pared de vegetación homogénea. Consiste en la colocación de un hilo, generalmente de polipropileno (rafia) que se sujeta por un extremo al tallo y por el otro al emparrillado del invernadero. Colocando un tutor más entre cada par de plantas, aumenta la uniformidad de la masa foliar, mejorando la calidad y la producción.

Existen también mallas que se colocan a lo largo de las líneas de cultivo a modo de pared, pero presentan el inconveniente de su elevado coste, así como una mayor dificultad en las operaciones de recolección, ya que la movilidad de la planta se ve reducida.

6.6. Deshojado

Se realiza en tiempo seco en plantaciones de ciclo largo cuando se prolonga el período de recolección, eliminando las hojas más viejas, siempre y cuando el cultivo esté bien formado, con abundante masa foliar y ya se haya recolectado una parte importante (1,5-2,5 kg/m2). Esta práctica mejora la calidad y cantidad de la producción y disminuye el riesgo de enfermedades, al mejorar la ventilación y facilitar el alcance de los tratamientos fitosanitarios.

6.7. Riego

La judía es muy exigente en riegos en lo que se refiere a la frecuencia, volumen y momento oportuno del riego que van a depender del estado fenólogico de la planta así como del ambiente en que ésta se desarrolla (tipo de suelo, condiciones climáticas, calidad del agua de riego, etc.):

- Influencia del suelo: Debe ser un suelo con bajo contenido en sales (CE < 2mmho/cm).
. En suelos limo-arcillosos, los riegos deben ser de mayor volumen y menor frecuencia ya que retienen más cantidad de agua.
. En suelos arenosos, los riegos deben ser de menor volumen y más frecuentes ya que retienen menos cantidad de agua.

- Calidad del agua: Debe ser un agua con bajo contenido en sales (CE < 1mmho/cm).
. Si el suelo es arenoso y hay un buen drenaje, se pueden emplear aguas más salinas en grandes volúmenes. De este modo, se lavarán las sales del suelo a la vez que se riega.
. La técnica del acolchado favorece la no acumulación de sales.

- Época: La mayor demanda hídrica coincide con la formación de frutos.
. Al inicio y durante el período de floración, la planta es sensible al exceso de humedad.
. Tras la floración, los riegos deben ser más frecuentes para favorecer la elongación de las vainas.
. Tras las diferentes recolecciones también se debe regar para así favorecer la recuperación de las plantas.

- Frecuencia: 2-3 riegos/semana en bajas dosis. De este modo, se evitará la aparición de enfermedades de cuello y raíz.

- Calendario de riego:
. 1-2 días antes de la siembra para facilitar la siembra y la germinación.
. Cuando la planta alcance 10-15 cm de altura.
. A los 15-20 días de la siembra.
. A los 7-10 días de la nascencia.

En los primeros estados de desarrollo conviene mantener el suelo con poca humedad, sin embargo las necesidades de agua son muy elevadas poco antes de la floración y después de ésta. Un exceso de humedad puede provocar clorosis y pérdida de cosecha, especialmente en suelos pesados. Un aporte hídrico desequilibrado disminuye la calidad de los frutos.

En definitiva, en suelo y en enarenado, el establecimiento del momento y volumen de riego vendrá dado básicamente por los siguientes parámetros:
- Tensión del agua en el suelo (tensión mátrica), que se determinará mediante la instalación de una batería de tensiómetros a distintas profundidades.
- Tipo de suelo (capacidad de campo, porcentaje de saturación).
- Evapotranspiración del cultivo.
- Eficacia de riego (uniformidad de caudal de los goteros).
- Calidad del agua de riego (a peor calidad, mayores son los volúmenes de agua, ya que es necesario desplazar el frente de sales del bulbo de humedad).

Consumos medios (l/m2·día) de judía de enrame en invernadero
Fuente: Documentos Técnicos Agrícolas. Estación Experimental "Las Palmerillas". Caja Rural de Almería.

PRIMAVERA
MESES DICIEMBRE ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO
Quincenas
A 0,26 0,66 1,03 1,53 2,06 3,13 3,53 3,99 3,81 4,15 4,54
B 0,26 0,74 1,19 1,69 3,13 3,53 4,39 4,24 4,15 4,54
C 0,29 0,85 1,31 2,55 3,53 4,39 4,66 4,61 4,54
D 0,43 1,13 2,55 3,53 4,39 4,66 4,61 4,54
E 0,48 1,99 3,20 4,39 4,66 5,08 5,04
A: Siembra 2ª quincena de diciembre
B: Siembra 1ª quincena de enero
C: Siembra 2ª quincena de enero
D: Siembra 1ª quincena de febrero
E: Siembra 2ª quincena de febrero

OTOÑO
MESES SEPTIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE ENERO
Quincenas
F 1,15 2,66 3,51 3,11 2,20 1,70 1,61 1,16 1,19
G 0,95 2,46 2,83 2,20 1,88 1,61 1,29 1,19
H 0,88 1,70 1,80 1,88 1,78 1,29 1,33 1,31
F: Siembra 1ª quincena de septiembre
G: Siembra 2ª quincena de septiembre
H: Siembra 1ª quincena de octubre

Consumos medios (l/m2·día) de judía de mata baja en invernadero
Fuente: Documentos Técnicos Agrícolas. Estación Experimental "Las Palmerillas". Caja Rural de Almería.

PRIMAVERA
MESES DICIEMBRE ENERO FEBRERO MARZO ABRIL
Quincenas
A 0,33 0,51 0,93 1,31 1,70 1,88 2,55
B 0,26 0,66 1,03 1,53 1,88 2,84 2,88
C 0,26 0,74 1,19 1,69 2,84 3,20 3,59
D 0,29 0,85 1,31 2,55 3,20 3,99 3,81
A: Siembra 1ª quincena de diciembre
B: Siembra 2ª quincena de diciembre
C: Siembra 1ª quincena de enero
D: Siembra 2ª quincena de enero

OTOÑO
MESES SEPTIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE ENERO
Quincenas
E 0,76 2,11 2,26 2,00 1,70 1,61 1,16
F 0,70 1,70 1,60 1,70 1,61 1,29 1,19
G 0,56 1,20 1,36 1,61 1,29 1,33 1,33
E: Siembra 2ª quincena de septiembre
F: Siembra 1ª quincena de octubre
G: Siembra 2ª quincena de octubre

6.8. Abonado

A partir de la germinación y nascencia, y hasta la floración, el abonado debe ser bajo en nitrógeno, para evitar un excesivo crecimiento vegetativo en detrimento de la floración.

Un equilibrio N-P-K apropiado podría ser: 10-15-23. Desde el inicio de la floración hasta el comienzo de la recolección (15-25 días) la planta es muy exigente y cualquier carencia, tanto de nutrientes como de agua, repercute negativamente en la floración y posterior producción. En este período coinciden frutos y flores desarrollándose, por lo que, aunque se mantenga el equilibrio N-P-K debe aumentarse la conductividad eléctrica en 1,2-1,4 puntos sobre la del agua, a no ser que esta última supere los 2,2, mmhos/cm, en cuyo caso sólo se incrementará en 0,8 puntos sobre la del agua. Desde el inicio de la recolección hasta el final del ciclo es importante un aumento de la fertilización nitrogenada y del agua, siendo el siguiente un equilibrio N-P-K interesante: 13-12-14.

Los fertilizantes de uso más extendido son los abonos simples en forma de sólidos solubles (nitrato cálcico, nitrato potásico, nitrato amónico, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, sulfato potásico, sulfato magnésico) y en forma líquida (ácido fosfórico, ácido nítrico), debido a su bajo coste y a que permiten un fácil ajuste de la solución nutritiva, aunque existen en el mercado abonos complejos sólidos, cristalinos y líquidos que se ajustan adecuadamente, solos o en combinación con los abonos simples, a los equilibrios requeridos en las distintas fases de desarrollo del cultivo.

La simbiosis con Rhizobium debería permitir el cultivo sin aporte de nitrógeno, pero la reducida presencia de cepas de la bacteria y/o su capacidad infectiva y de nodulación, suele ser en general reducida, por ello es necesario un aporte básico de nitrógeno.

El aporte de microelementos resulta vital para una nutrición adecuada, pudiendo encontrar en el mercado una amplia gama de sólidos y líquidos en forma mineral y en forma de quelatos, cuando es necesario favorecer su estabilidad en el medio de cultivo y su absorción por la planta.

También se dispone de numerosos correctores de carencias tanto de macro como de micronutrientes que pueden aplicarse vía foliar o a través del riego por goteo, aminoácidos de uso preventivo y curativo, que ayudan a la planta en momentos críticos de su desarrollo o bajo condiciones ambientales desfavorables, así como otros productos (ácidos húmicos y fúlvicos, correctores salinos, etc.), que mejoran las condiciones del medio y facilitan la asimilación de nutrientes por la planta.

N (kg/ha) P2O5 (kg/ha) K2O (kg/ha)
Cultivo invierno – primavera
Abonado de fondo 60 110 110
Abonado de cobertera 200 (nítrico) 150
Cultivo otoño - invierno
Abonado de fondo 40 75 75
Abonado de cobertera 100 100

Fuente:
Redacción Infoagro


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Cap. 1
   El cultivo de la judía, habichuela o frijol (Parte I)
Cap. 2
   El cultivo de la judía, habichuela o frijol (Parte II)


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