Para cultivos leñosos como el olivar, se recomienda la realización de análisis de nutrientes en hojas del cultivo, mediante el muestreo de las mismas, para poder realizar un correcto seguimiento de la evolución del contenido de los niveles nutricionales de las hojas (Brown, 1994; Weinbaum et al.,1994; Moreno y García-Martínez, 1984), el olivar también sufre variaciones de este tipo a lo largo de su ciclo fenológico (Fernández-Escobar et al.,1999).
El principio de equilibrio de nutrientes, por el cual un exceso o deficiencia de un nutriente puede provocar un desequilibrio entre el resto de nutrientes, según (Shear et al., 1946), podría derivar en dificultar la interacción entre nutrientes, además de impedir la disponibilidad de los mismos.
La fertilización mediante fósforo y nitrógeno produce una respuesta adecuada en el cultivo del olivar, dependiendo la cantidad a aplicar del fertilizante a emplear, de la edad del cultivo de olivo y de los resultados de los análisis de suelo (Figura 1, basado en Soltner, 1979). Los aportes de nitrógeno por el suelo provienen de la mineralización de la materia orgánica.
Los cambios en el aporte de los nutrientes, se reflejan en la composición química de las hojas del olivo, las cuales son el lugar principal del metabolismo de la planta (Bould, 1966). Se relacionan directamente con el comportamiento de los cultivos, por tanto son más intensos en determinadas etapas de desarrollo y crecimiento.
Por ejemplo, el calcio incrementa su concentración a la vez que las hojas del año van creciendo. Otros elementos, sin embargo, como son el magnesio y el manganeso, se mantienen constantes (Fernández-Escobar, 2008).
Nitrógeno
Aportes de nitrógeno por el agua de riego
Con frecuencia las aguas que utilizamos para regar contienen importantes cantidades de nitrógeno (Espada-Carbó et al., 2004).
Para ilustrar su importancia se desarrolla el siguiente ejemplo:
Cálculo de los aportes de nitrógeno al suelo por la aplicación de agua de riego con las siguientes características:
Riego localizado en una plantación de olivos con un aporte anual de 3.000 m3
/ha-año.
Agua de riego con 10 mg/l de Nitrato (NO3).
Resultado:
Aporte de Nitrógeno (N):
3.000.000 x (10/1.000.000) = 30,0 kg de nitrato
En cada kg de nitrato hay 22,5% de N:
30, 0 x (22, 5/100) = 6,6 kg de nitrógeno
Vea Equipos de medición de nutrientes
Corrección de valores nutritivos bajos o deficiencias en Olivar
Para saber más, vea Uso eficiente del potasio en agricultura
Siguiendo las indicaciones de (Espada-Carbó et al., 2004) se aconseja abonar el suelo con dosis adecuadas y la pulverización foliar con urea (2-4%) y adecuado volumen de agua.
Se trata de un elemento esencial en el desarrollo vegetativo y productivo del olivar, el cual necesita en cantidades significativas. Según (Parra et al., 2003), para poder establecer un programa de fertilización óptimo en el cultivo, se debe realizar previamente un análisis foliar para poder basarnos en un diagnóstico del estado nutricional del mismo.
Un exceso de este elemento, puede derivar en una mayor sensibilidad de los árboles a las heladas, y una mayor debilidad frente a la aparición de plagas y enfermedades.
Además de esto, también puede producir desórdenes fisiológicos que afectarían a la calidad del fruto (Fernández-Escobar et al., 2007).
En el caso de que exista una deficiencia de nitrógeno (Molina-Soria et al., 2008), puede aparecer falta de vigor en el olivar, con una vegetación raquítica. Ante esta carencia, además, las hojas presentarían una coloración verde pálida, pudiendo alcanzar la caída de estas. Llegados a este punto, las hojas se encuentran completamente amarillas. Otra consecuencia sería la disminución del rendimiento en la producción.
Fósforo
Este elemento tiene su mayor influencia en las etapas de crecimiento y formación de raíces. Acelera la maduración y favorece la floración y cuaje. La deficiencia o carencia de P en el cultivo del olivo es poco común (Hidalgo et al., 2002). Se encuentra directamente unido al nitrógeno y otros elementos nutritivos: una carencia aguda de este elemento deriva en una disminución en las concentraciones de nitrógeno, magnesio, calcio y boro.
Corrección de carencia según (Espada-Carbó et al., 2004):
Pulverización foliar con fosfato monoamónico (1-3%).
Incompatibilidad con tratamientos funguicidas a base de cobre.
La sintomatología visual que presenta se manifiesta cuando las hojas cambian a una coloración verde oscuro, llegando a púrpura. También se produce una disminución del crecimiento de las hojas, un menor desarrollo de la longitud de los ramos, fallos en la floración y el cuaje, aparición de clorosis foliar desde el ápice hasta la base de los foliolos. Finalmente, después de aparecer clorosis en las zonas del limbo de las hojas, se forman necrosidades.
Niveles altos de fósforo pueden favorecer la carencia de boro.
Potasio
Una deficiencia de potasio en cultivo de olivo, resulta difícil de corregir, por tanto, investigadores como (Fernández-Escobar et al., 2007) recomiendan la aplicación de una dosis de 1kg de potasio por árbol al suelo.
El potasio tiene un papel esencial en la fase de formación y desarrollo del sistema radical (Hidalgo et al., 2002).
Corrección de carencias según (Espada-Carbó et al., 2004):
Pulverización foliar con nitrato, cloruro o sulfato potásico (2%).
Pulverización foliar con carbonato potásico (1%, corregir el pH del caldo).
Aportaciones en primavera, verano y otoño, siempre que los árboles no estén
padeciendo estrés hídrico.
Mediante un uso eficiente del mismo en el fertirriego, se produce un efecto positivo sobre la producción, mediante el incremento del tamaño y calidad del fruto.
Además el potasio produce una mayor resistencia de las plantas al frío, a las enfermedades criptogámicas, y a las condiciones de sequía. Respecto a la producción, tiene un efecto directo en el aumento del tamaño y la calidad del fruto. Otra ventaja que presenta el potasio para el olivar es que se puede realizar la aplicación de quelatos conjuntamente debido a la sinergia que existe entre ellos.
La carencia de potasio puede provocar clorosis en el ápice de las hojas, la cual avanzaría hacia la base del limbo provocando en este un color amarillento bronceado (MAPAMA, 2014). También puede inducir la necrosis de los tejidos foliares y caída de las hojas, lo que normalmente se conoce como defoliación.
Cuando existe una carencia acentuada de potasio en el olivo, la sintomatología aparece sobre la totalidad de las hojas, reduciendo la densidad de vegetación del árbol y desencadenando que las ramas se sequen por completo al verse desprovistas de hojas.
Síntomas visuales de deficiencias nutritivas en el olivar
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