Fertirrigación en Hidroponía: Consignas de riego. Dotación y frecuencia

Los límites de los denominados cultivos sin suelo son bastante amplios, incluyen a todos aquellos métodos y sistemas que hacen crecer a las plantas fuera de su ambiente natural: el suelo (Urrestarazu, 2004).

Bien gestionados, y aunque suponen un riesgo adicional ante cualquier fallo, por ejemplo del sistema eléctrico, pueden conseguir aumentos en la producción, reduciendo las necesidades de mano de obra al eliminarse las labores culturales del suelo.

Además, permiten una completa automatización de la fertirrigación, para conseguir una disolución óptima para el cultivo (Tabla 1), aunque se requiere un control muy preciso del manejo de la misma debido a que cualquier mínimo error, por carencias o excesos de elementos nutritivos, puede causar daños considerables en la plantación, al suprimirse el efecto regulador que ejerce el suelo. (Valera et al., 2014).

Tabla 1. Niveles medios orientativos para la disolución nutritiva en invernaderos en hidroponía. dSm-1 CE y mmol L-1 nutrientes. Fuente: Junta de Andalucía, 2002.

Consignas de riego dotación y frecuencia

Dotación y frecuencia.

Por frecuencia de riego se entiende el número de riegos que se dan por unidad de tiempo.

Frecuencia de riego:

¿Cuándo regar?- cuando se agote el 10% del AFD (calculada a partir de la curva de retención)

Dotación de riego:

¿Cuánto regar? -se repone el 10% de AFD más una fracción de lavado para evitar salinización del saco (entre el 20-40%).

Para saber más, lea Nutrición en cultivo sin suelo

Para realizar un control del drenaje se recomienda la aplicación de la siguiente fórmula:

• Conocer la cantidad de agua de riego de entrada.
• Conocer el número de emisores del sistema de riego.
• Conocer la cantidad de agua que drena la planta.
• Calcular el porcentaje de drenaje.

% Drenaje = [(Volumen drenado/nº emisores)*100]/Volumen de riego inicial

Influencia del agua en el cultivo

La calidad del agua es un elemento significativo a la hora de aplicar el fertirriego, para evitar una salinización excesiva, se recomienda aplicar la clasificación del USLS (Laboratorio de Salinidad de los Estados Unidos de Riverside, California), para las aguas de riego, donde las concentraciones se expresan en meq/L.

Este sistema está basado en la medida de la CE del agua para determinar el peligro de salinización y en el cálculo de la Relación de Adsorción de Sodio (RAS ó, SAR) para la determinación del riesgo de alcalinización, expresado según la fórmula:

RAS = Na / √[(Ca + Mg) / 2]

Figura 1. Clasificación del agua de riego. Fuente: USLS.

C1: Se trata de agua de baja salinidad, se recomienda en todos los casos su uso para riego. Podrían aparecer inconvenientes sólo en sustratos de muy baja permeabilidad.

C2: Se trata de agua de salinidad media, disponible para el riego. En algunos casos puede necesitarse el empleo de volúmenes de agua en exceso y el uso de plantas tolerantes la salinidad.

C3: Se trata de agua de salinidad alta que puede emplearse para el riego de sustratos con buen drenaje, mediante volúmenes de agua en exceso para lavar el sustrato y utilizando plantas muy tolerantes a salinidad.

C4: Se trata de agua de salinidad muy alta que en muchos casos no es buena para el riego. Sólo debe utilizarse en sustratos muy permeables y con buen drenaje, empleando volúmenes en exceso para lavar las sales del sustrato y utilizando cultivos muy tolerantes a la salinidad.

C5: Se trata de agua de salinidad excesiva, que únicamente se debería usar en casos excepcionales.

C6: Se trata de agua de salinidad excesiva, no se recomienda su uso en riego.

S1: Se trata de agua con bajo contenido en sodio, disponible para el riego en la mayoría de los casos. A pesar de esto, pueden aparecer inconvenientes con plantas muy sensibles al sodio.

S2: Se trata de agua con contenido medio en sodio, y por lo tanto, con cierto peligro de acumulación de sodio en el sustrato.

S3: Se trata de agua con alto contenido en sodio y gran peligro de acumulación de sodio en el sustrato.

S4: Se trata de agua con contenido muy alto de sodio. No se recomienda para el riego.

Figura 2. Cultivo hidropónico de cilantro. Fuente: Infoagro.

Fibra de coco para el cultivo sin suelo.

La fibra de coco es un material ligero y presenta una porosidad total muy elevada, por encima del 93%. Presenta cantidades aceptables de agua fácilmente disponible y está bien aireado. La fibra de coco se contrae poco cuando se deja secar (Abad et al., 1997).
La fibra de coco posee un bajo poder tampón (aunque superior a la lana de roca). Son varios los países que producen la fibra de coco, siendo Sri Lanka el principal productor, habiéndose encontrado una gran variabilidad en las propiedades físicas y químicas del sustrato entre los distintos orígenes (Evans et al., 1996; Abad et al., 1997,1999).

La salinidad es debida, principalmente a niveles altos de cloruro sódico y potasio. Como en el caso de la turba, estos sustratos poseen un cierto carácter estimulador del crecimiento sobre la planta y requiere de una preparación previa.

Figura 3. Cultivo hidropónico de tomate en España. Fuente: Infoagro.

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