EL VIRUS DEL MOSAICO VERDE JASPEADO DEL PEPINO (CGMMV o Cucumber green mottle mosaic virus)
Sin duda, el CGMMV se encuentra entre los virus más importantes emergentes que afectan a las cucurbitáceas, especialmente al pepino. Su fácil transmisión, estabilidad y permanencia han hecho que en los últimos años adquiera una importancia a nivel mundial, ya que se ha convertido en una epidemia que causa importantes pérdidas en los cultivos y grandes gastos por parte de las autoridades para su control.
El CGMMV pertenece al género Tobamovirus, familia Virgaviridae. Es un virus ARN que se descubrió por primera vez en Inglaterra en el año 1935 (Ainsworth, 1935). Desde ese año hasta 1985, el virus se diseminó lentamente por gran parte del territorio europeo; pero fue a partir de 1985 cuando su dispersión se vio muy acelerada por el resto del mundo, llegando incluso a día de hoy a las islas argentinas de la Antártida (Polischuk et al., 2007) (Figura 4). La distribución tan amplia de virus y la rápida aparición de nuevos focos hacen que el CGMMV represente una grave amenaza para los productores de pepino de cualquier país y región, así como al comercio internacional dedicado a la alimentación humana y animal, empresas de producción de semillas, semilleros y comercios minoristas (Dombrovsky et al., 2017).
Distribución actual de CGMMV. Fuente: https://www.cabi.org/
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El CGMMV es
uno de los virus más importantes para la agricultura, ya que puede llegar a provocar
pérdidas económicas del 15 % en los cultivos. Tal es su importancia, que en pepino la producción se puede reducir hasta un 16%. Además de los síntomas que aparecen en las plantas afectadas, los frutos pierden su valor comercial. Por ejemplo, en el año 2013 en Israel se perdieron 1.000 hectáreas de cultivo de sandía (40% de la producción israelí de sandía anual).
Síntomas del virus CGMMV
Los
síntomas de la enfermedad son muy característicos y a menudo fácilmente reconocibles. Éstos aparecen a los 7-14 días tras la infección y se aprecia
moteado clorótico y mosaico en hojas y frutos jóvenes. Además las hojas y frutos aparecen con
deformaciones, y cuando la sintomatología adquiere un alto grado de severidad aparece
abullonado y clorosis generalizada en hojas (Figura 5).
Síntomas de CGMMV en pepino. A: síntomas iniciales, B: síntomas severos avanzados, C: deformación, moteado y mosaico clorótico en fruto. Fuente: Óscar Crespo Romo
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Transmisión del virus CGMMV
La
transmisión de CGMMV se realiza fundamentalmente de forma
mecánica, siendo el típico virus que se transmite
por contacto. Así, se transmite por el roce entre plantas, por contacto con restos vegetales infectados y superficies contaminadas como pueden ser maquinaria, herramientas, vestuario, etc.
Además, se puede transmitir desde el suelo previamente infectado, agua de riego, abono o semillas. El virus puede permanecer en sustrato contaminado hasta dos años, por lo que la eliminación del virus de suelos contaminados puede ser muy dificultosa (Varveri et al., 2002). Recientemente, como para otros virus de transmisión mecánica, se ha estudiado la transmisión a través de
insectos polinizadores, ya que podrían transportar el virus en el polen o en tejido de la planta infectada de unas plantas a otras (Shargil et al., 2015).
El
diagnóstico y detección de la enfermedad se lleva a cabo por s
intomatología observada y mediante
técnicas serológicas convencionales
de laboratorio como RT-PCR, RT-qPCR o DAS-ELISA. Además, hoy en día ya existen métodos de diagnóstico rápido mediante inmunotiras que se pueden aplicar incluso en plantas sin síntomas.
Control del virus CGMMV
Respecto al
control, lo más importante es la
prevención. Al ser un virus de muy fácil transmisión durante el manejo del cultivo, es imprescindible la
desinfección de las manos y utensilios de trabajo. Además, se incinerará todo el material que haya podido contaminarse, y se asegurará la desinfección de los distintos utensilios, infraestructuras, tuberías, tanques, etc. No hay que olvidar la
eliminación de las plantas reservorio (malas hierbas) y asegurarse de adquirir lotes de
semillas certificadas perfectamente desinfectadas. Dado que el CGMMV persiste en suelo durante años, como mínimo hay que dejar pasar un año hasta volver a plantar cucurbitáceas cuando haya habido algún caso de infección. Mencionar también que el CGMMV puede ser eliminado del agua de riego mediante ozono (Runia, 1994).
La obtención de plantas resistentes sería sin duda un gran paso en el control de la enfermedad. En este sentido, algunas casas de semillas disponen de
variedades comerciales con cierta tolerancia. Tal es el caso de las variedades denominadas BonDefense. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el uso exclusivo de plantas tolerantes puede ser no viable por la aparición de resistencias, por lo que la combinación de este tipo de plantas junto con las anteriores medidas mencionadas sería más efectiva para el control a largo plazo.
Por último, de forma más puntual, se han usado
cepas atenuadas del virus que al ser inoculadas en plantas jóvenes, éstas generan mecanismos de defensa; denominándose a este tipo de control protección cruzada. Y últimamente algunas empresas han creado productos que al ser aplicados al suelo o sobre las hojas de las plantas impiden el movimiento del virus de célula a célula, obteniéndose una fructificación totalmente normal.
EL VIRUS DEL AMARILLEO Y ENANISMO DE LAS CUCURBITACEAS (CYSDV o Cucurbit yellow stunting disorder virus)
El CYSDV pertenece al género
Crinivirus, familia
Closteroviridae. Es un virus ARN encapsulado en forma de filamento largo y flexible que se localiza principalmente en el floema de la planta infectada.
El CYSDV se identificó por primera vez en Arabia saudí en 1982 (Hassan y Duffus, 1991), para ser posteriormente descrito en distintos países de la zona mediterránea y oriente medio, siendo actualmente
uno de los virus reconocidos como de los más importantes a nivel económico (Sinclair y Crosby, 2002). El amarilleo que produce el virus en las plantas afecta drásticamente al número y tamaño de los frutos, habiendo
pérdidas de producción que alcanzan valores del 30-50% (Abou-Jawdah et al., 2000). El CYSDV infecta principalmente pepino, calabaza, sandía y melón, así como gran variedad de plantas hospedadoras. Su distribución actual engloba gran parte de la zona mediterránea, parte de América, África y Asia (Figura 6).
Distribución actual de CYSDV. Fuente: https://gd.eppo.int
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Síntomas del virus CYSDV
Los
síntomas más característicos de la enfermedad es
clorosis (que suele aparecer entre los 14-22 días tras la infección)
en las hojas, enanismo de la planta y deformación de frutos (Figura 7). La calidad del fruto se ve altamente reducido, tanto en tamaño como en rendimiento, haciendo que pierda su valor comercial en el mercado.
Síntomas de CYSDV en pepino. Fuente: Coquitt County Ag Report
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La
detección del virus no varía del resto de enfermedades anteriores. Se usan
métodos serológicos como ELISA y métodos de biología molecular como RT-PCR.
Transmisión del virus CYSDV
El virus se
transmite por
vector, siendo éste la
mosca blanca (Bemisia tabaci) (Figura 8). La mosca blanca en la actualidad tiene una distribución muy amplia en Europa, Asia y América. Con el tiempo ha conseguido adaptarse a gran variedad de climas que van desde cálidos húmedos a semiáridos templados, de ahí que los virus transmitidos por este vector tengan cada vez mayor protagonismo en áreas donde antes no existían. El CYSDV puede permanecer hasta 9 días en el estilete del insecto, y tiene un ciclo de vida de 72 horas (Eid et al., 2006).
Vector de CYSDV (Bemisia tabaci). Fuente: Ville Welling
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Control del virus CYSDV
El
control del virus depende enormemente del
control de B. tabaci y la
eliminación de posibles fuentes de infección como plantas hospedadoras silvestres (malezas). De forma que hay que evitar la entrada de este insecto al cultivo. Para ello hay que asegurarse de que las plantas provenientes de semillero estarán libres de insectos y enfermedades. Además, en el recinto se pueden colocar trampas, barreras físicas como mosquiteras, etc. Y además, se ha visto que plantar de forma intercalada plantas hospedadoras para la mosca, pero no para el virus, reducen de forma significativa la incidencia de la enfermedad.
El uso de
insecticidas contra la mosca no resulta muy efectivo, ya que ésta crea resistencia y puede sobrevivir sobre un gran rango de hospedadores. Los compuestos a base de carbamatos, organofosforados o piretroides pueden reducir la población de mosca blanca, pero la incidencia de la enfermedad se ve reducida de forma muy poco significativa incluso cuando éstos se aplican de 2 a 3 veces por semana.
Cada vez más, como ocurre en las virosis transmitidas por vector, se continúa estudiando el uso de depredadores de los vectores (
control biológico). En este sentido, actualmente se usa el himenóptero
Encarsia formosa y el hongo
Verticillium lecanii.
Y finalmente mencionar que aunque actualmente no se dispone de cultivares totalmente resistentes a la enfermedad, sí existen algunas
variedades comerciales tolerantes para pepino tipo holandés, slicer y snack (https://www.agrovademecum.com).
BIBLIOGRAFÍA
Abou-Jawdah Y; Sobh H; Fayad A; Lecoq H; DelTcolle B; Trad-FerrT J, 2000. Cucurbit yellow stunting disorder virus - a new threat to cucurbits in Lebanon. Journal of Plant Pathology, 82(1):55-60; 23 ref.
Ainsworth, G. C. 1935. Mosaic disease of cucumber.
Ann. Appl. Biol. 22: 55–67 doi:10.1111/j.1744-7348.1935.tb07708.x
Dombrovsky, A., Tran-Nguyen, L.T.T., Jones, R.A.C. 2017.
Cucumber green mottle mosaic virus: Rapidly Increasing Global Distribution, Etiology, Epidemiology and Management. 2017.
Annu. Rev. Phytopathol. 55: 231-256
Eid, S., Abou-Jawdah, Y., El-Mohtar, C., and Sobb, H. 2006. Tolerance in cucumber to CYSDV.
Plant Dis. 90:645-649.
Hassan AA; Duffus JE, 1991. A review of a yellowing stunting disorder of cucurbits in the United Arab Emirates. Emirates Journal of Agricultural Science, 2:1-16.
Polischuk, V., Budzanivska, I., Shevchenko, T., Oliynik, S. 2007. Evidence for plant viruses in the region of Argentina Islands, Antarctica.
FEMS Microbiology Ecology 59: 409-417
Runia, W. T. 1994. Disinfection of recirculation water from closed cultivation systems with ozone.
Acta Hortic. (ISHS) 361:388-396. Available online: http://www.actahort.org/books/361/361_39.htm
Shargil, D., Zemach, H., Belausov, E., Lachman, O., Kamenetsky, R., Dombrovsky, A. 2015. Development of a fluorescent
in situ hybridization (FISH) technique for visualizing CGMMV in plant tissues.
J. Virol. Methods 223: 55-60
Sinclair, J.W. and Crosby, K.M. 2002. A review of cucurbit yellow stunting disorder virus (CYSDV) a “new” virus affecting melons in the lower rio grande valley.
Subtropical Plant Sci. 54:54-58.
Varveri, C., Vassilakos, N., Bem, F. 2002. Characterization and detection of
Cucumber green mottle mosaic virus in Greece.
Phytoparasitica 30: 493–501
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Cap. 1
Las virosis más frecuentes y devastadoras del pepino: Virus del mosaico del pepinoCap. 2 
Las virosis más frecuentes y devastadoras del pepino: Virus del mosaico verde jaspeado y Virus del amarilleo y enanismo de las cucurbitáceas