EL VIRUS DEL RIZADO AMARILLO DEL TOMATE, DE LA HOJA CUCHARA DEL TOMATE O CHINO AMARILLO DEL TOMATE (TYLCV o Tomato yellow leaf curl virus)
Otro de los virus que destacan enormemente por su incidencia y gravedad en los cultivos de tomate es el TYLCV. Este virus pertenece al género Begomovirus, familia Geminiviridae. Se trata de un virus ADN transmitido por la mosca blanca Bemisia tabaci. Al igual que el TSWV el virus se distribuye mundialmente donde las poblaciones de mosca son viables. La enfermedad se describió por primera ven en Israel en los años 30. Posteriormente, en la década de los 80, comenzaron a darse casos en Europa y América (Accotto et al., 2000). La introducción en América desde el Viejo Mundo se realizó por la importación de plántulas infectadas en la República dominicana procedentes de Israel. Por ejemplo, en Florida se detectó por primera vez en el año 1997 causando pérdidas completas del 100% de los cultivos de tomate (Polston et al., 1999) (Figura 5).
Figura 5. Distribución actual de TYLCV. Fuente EPPO (https://gd.eppo.int) 
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La transmisión, como se ha indicado, la lleva a cabo el vector B. tabaci, ya que al alimentarse de plantas enfermas succionan el virus el cual es inoculado a plantas sanas mediante nuevas picaduras. La mosca es capaz de transmitir el virus en 15 minutos, y adquiere el virus alimentándose de una planta enferma en ese mismo tiempo. El virus puede persistir en el insecto hasta 15 días, pero no se transmite a la progenie. Son las larvas quienes pueden contraer el virus al alimentarse y, por tanto, cuando son adultos transmitir la enfermedad. Se han llegado a capturar moscas blancas a 16 km del foco de infección. No se ha comprobado que se pueda transmitir por semilla ni otros insectos.
Los síntomas más frecuentes son el amarilleo de las hojas apicales que se curvan hacia arriba (de ahí el nombre de hoja de cuchara) pudiéndose necrosar. Las plantas se vuelven raquíticas con los entrenudos acortados y brotes apicales arrepollados (Figura 6). Los frutos en la parte de la planta afectada son pequeños y en menor número.
Figura 6. Síntomas típicos de TYLCV en hojas de tomate. Fuente ephytia.inra.fr
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Al ser un virus transmitido por vector, al igual que en el caso del TSWV, el control de la enfermedad se basará principalmente en la eliminación de las plantas afectadas y plantas hospedadoras (malas hierbas), así como otras medidas que reduzcan la población de mosca blanca. Entre estas medidas se puede considerar una adecuada planificación de las fechas de plantación, uso de trampas, barreras que eviten la entrada del insecto a invernaderos, etc. El uso de insecticidas es poco efectivo, ya que la mosca blanca desarrolla rápidamente resistencia y los adultos presentan una gran movilidad. Y siempre a la menor sospecha de infección se eliminarán todas las plantas, así como las posibles plantas reservorio (ya que
B. tabaci puede alimentarse de más de 500 especies de plantas). Otra estrategia posible para el control de la enfermedad puede ser el uso de plantas injertadas sobre patrones que muestren tolerancia o resistencia al virus. En este caso se ha visto que la especie
Solanum pimpinellifolium muestra una gran tolerancia a la enfermedad (Mahmoud, 2014). El desarrollo de plantas resistentes es un paso esencial para el control de la enfermedad, y actualmente es la estrategia más efectiva. Sin embargo, se hace necesario un desarrollo de nuevas variedades de tomate resistentes que se ajusten a cada mercado y que se adapten a cada tipo de clima y condiciones de cada región.
EL VIRUS DEL MOSAICO DEL PEPINO DULCE (PepMV o Pepino mosaic virus)
Con una menor distribución que los virus anteriores, pero no por ello menos importante, está el denominado virus del mosaico del pepino dulce. El PepMV se detectó por primera vez en 1974 en Perú, y seis años después se describió como un nuevo virus afectando a la zona, pero que no representaría peligro para otras partes del mundo. En aquel momento se denominó pepino mosaic virus, ya que afectaba a cultivos de pepino de una forma local. Sin embargo, en el año 1999 se detectó la aparición de plantas con fuertes síntomas de infección vírica en más de 50 invernaderos de tomate. Unos meses más tarde, los mismos síntomas fueron detectados en Inglaterra, y en el año 2000 se identifica como una nueva cepa del virus (van der Vlugt et al., 2000). A partir del año 2005 se comenzaron a describir nuevos focos en las áreas productoras de tomate a lo largo de todo el mundo extendiéndose muy rápidamente y produciendo importantes daños económicos, siendo actualmente uno de los virus más dañinos y agresivos que afectan al cultivo del tomate. En la actualidad la virosis se presenta en los principales países dedicados en gran parte a la producción de tomate (Figura 7). En Canadá, por ejemplo, se estima que las pérdidas de producción ocasionadas por la enfermedad están entre el 5 y 15%, y en Inglaterra las pérdidas pueden superar fácilmente el 15% por reducción de la calidad del fruto a la hora de la recolección.
Figura 7. Distribución actual de PepMV. Fuente EPPO (https://gd.eppo.int)
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El PepMV pertenece al género
Potexvirus familia
Flexiviridae, siendo un virus ARN con una característica que le hace realmente dañino, ya que goza de una gran estabilidad y resistencia, por lo que puede persistir por largo tiempo en material vegetal infectado.
Como síntomas generales se aprecian mosaico intenso amarillo o dorados en las hojas con diferentes distribuciones (Figura 8). También puede aparecer necrosis en tallo y hojas, y las hojas se vuelven filiformes. Las plantas en general pueden presentar enanismo y marchitez, y los frutos son más pequeños y de baja calidad comercial con alteraciones del color y necrosis (Figura 9).
Figura 8. Síntomas típicos de PepMV en hojas de tomate adulto. Foto propia.
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Figura 9. Síntomas de PepMV en frutos de tomate. a) manchado, b) maduración irregular, c) jaspeado (conocido como marbling) d) frutos de una misma planta con varios síntomas. Fuente: Tesis Doctoral Carmen Córdoba.
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El PepMV se transmite de forma mecánica de forma rápida y fácil. El virus puede pasar a una planta sana con tan sólo el roce con una planta infectada. Además el virus se puede transmitir a través del agua de riego reutilizada de lixiviados y a través del suelo, ya que es un virus muy estable y permanece viable en el suelo por mucho tiempo. La transmisión a través de semilla aún no está clara, aunque algunos estudios la describen como posible. Finalmente, se ha comprobado que el virus puede transmitirse a través del uso de insectos polinizadores del género Bombus al moverse de flor en flor.
El PepMV en la actualidad se diagnostica, como se ha indicado anteriormente para la mayoría de las virosis vegetales, mediante diferentes pruebas serológicas y moleculares a partir de muestras vegetales o tras la extracción del ARN viral. Para ello se usan, nuevamente, técnicas como DAS-ELISA (disponiéndose kits comerciales), RT-PCR, RT-qPCR.
Las plantas deben ser destruidas, ya que el virus puede permanecer infectivo en la savia de las plantas infectadas hasta tres meses tras ser arrancadas (Cooke, 2000). Y hay que tener en cuenta que una vez se ha arrancado el cultivo, el virus puede sobrevivir en aquellas superficies en las que haya habido contacto con material vegetal infectado. Por ello, hay que desinfectar todo el sistema de riego, así como todas las estructuras y materiales a usar antes de la plantación. Además, como otras medidas a tomar se debe incluir la eliminación de las malas hierbas dentro de los invernaderos, así como en la periferia durante el cultivo y en épocas sin cultivo. Respecto al control biológico de la enfermedad, por ejemplo en Holanda se infecta de forma precoz las plántulas con cepas avirulentas como si se tratase de una vacuna, pero con resultados poco prometedores. También se están haciendo estudios de protección de las plantas mediante la infección temprana con hongos endofíticos antagonistas al virus.
No existe mucha información acerca de plantas resistentes al virus, aunque sí se han encontrado algunas resistencias en S. habrochaites, S. peruvianum y S. chilense (Ling y Scott, 2007).
BIBLIOGRAFÍA
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Debreczeni, D. 2015. Caracterización de aislados del virus del TSWV que superan las resistencias de los genes Sw-5 en tomate y Tsw en pimiento. Identificación de una fuente de tolerancia en pimiento. Tesis Doctoral.
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Olvido, A., Córdoba, M. C., Font, I., Jordá, M. C. 2013. Virosis relevantes en el cultivo del tomate (detección, diagnóstico y control). Phytoma-España, S. L.
Polston, J., McGovern, R., Brown, L. 1999. Introduction of Tomato yellow leaf curl virus in Florida and implications for the spread of this and other geminiviruses of tomato. Plant Dis. 83: 984-988.
Roselló, S., Díez, M. J., Nuez, F. 1996. Viral diseases causing the greatest economic losses to the tomato crop. I. The Tomato spotted wilt virus - a review. Scientia Horticulturae 67:117-150
Sakimura, K. 1962. The present status of thrips-borne viruses. Biol. transmission of disease agents 33-40
Tentchev, D., Verdin, E., Marchal, C., Jacquet, M., Aguilar, J. M., Moury, B. 2011. Evolution and structure of Tomato spotted wilt virus populations: evidence of extensive reassortment and insights into emergence processes. J. Gen. Virol. 92:961-973
Van der Vlugt, R. A. A. , Stijger, C. C. M. M. 2000. Verhoeven J.Th.J., Lesemann D.E., 2000. First Report of Pepino mosaic virus on Tomato. Plant Dis. 84, 103.
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Redacción Infoagro
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Cap. 1
Los 3 virus más dañinos del tomate: Virus del bronceado del tomate, TSWVCap. 2 
Los 3 virus más dañinos del tomate: Virus de la cuchara y virus del pepino dulce