Uso eficiente del potasio en agricultura: Clasificación de fertilizantes.

Interacciones entre las raíces y el suelo de la planta y disponibilidad de potasio K.

Existe un concepto erróneo general entre algunos científicos del suelo sobre la predicción de las tasas de fertilización de potasio, sobre su adecuación, resultando simplemente un asunto de análisis de suelos de refinación mediante procedimientos de extracción química.

A pesar de esto, este planteamiento no tiene en cuenta el impacto de limitar la disponibilidad espacial de K como consecuencia de características radiculares variables sobre el cultivo (Figura 4).

La morfología de las raíces difiere significativamente de un cultivo a otro, dependiendo de la especie, especialmente entre monocotiledóneas y dicotiledóneas.
Además de esto, entre genotipos dentro de una misma especie, también pueden diferir como por ejemplo en el caso de la longitud y densidad de la raíz y la frecuencia de los pelos radicales, los cuales juegan un papel importante en la adquisición de K.

El potasio se transporta mayormente del suelo a la superficie de la raíz por difusión de acuerdo con la baja concentración de potasio en la solución del suelo (por lo general <1 mM).

Debido a la existencia de pelos radicales se produce un aumento del área de la superficie del cilindro radicular que a su vez aumenta el gradiente de concentración de potasio existente entre el volumen del suelo y la superficie radicular que impulsa la afluencia de potasio.

En muchas plantas, los pelos radicales pueden contribuir hasta en un 70% de la superficie total, aumentando así el volumen radicular hasta 27 veces (Jungk 2001).

Figura 4. Raíces de un cultivo de cebolla correctamente desarrolladas debido a un aporte eficiente de potasio en el fertirriego. Fuente: Infoagro.

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También tienen una importante implicación energética en relación al crecimiento de las plantas en todas las formas posibles aumentando el área de la superficie de la raíz, y consecuentemente su volumen (Lynch y Ho 2005).

La longitud de la raíz puede variar notablemente según el cultivo, en el cultivo de trigo de invierno por ejemplo es 6 veces mayor que el de las raíces del cultivo de la patata, siendo estas relativamente pobres en densidad de pelos radicales.

Del mismo modo, los cultivos hortícolas con períodos de crecimiento más cortos tienen un sistema radical menor. La importancia de la densidad de raíces para determinar la disponibilidad espacial de potasio para el maíz en un suelo arenoso ha sido demostrada por trabajos de investigación con datos de experimentos en campo.

Una elevada densidad de raíces favorece una mejor absorción y entrega de potasio (mayor del 50% con respecto a densidades menores), encontrándose que en las capas superficiales del suelo se redujeron a sólo un 10% cuando la densidad de la longitud de la raíz disminuyó (Fusseder y Kraus 1986).

El potasio frente a enfermedades y plagas

Actualmente existe una aceptación general sobre el hecho de que un elevado nivel de potasio en los cultivos disminuye la severidad de enfermedades y plagas (Römheld y Kirkby, 2010).

Esta ventaja para el cultivo gracias a la presencia del potasio se ha explicado por su impacto sobre el metabolismo primario al inducir la síntesis de compuestos de alto peso molecular (proteínas, almidón y celulosa) (Ver "Curso Superior de Producción Integrada de Cultivos").

Por ejemplo, en suelos deficientes en K, algodón y otros cultivos serían susceptibles a la marchitez por Fusarium oxysporum spp. y a la pudrición de las raíces, causada por Fusarium.

A pesar de esto, debido al constante cambio de ambas enfermedades respecto a la susceptibilidad y los perfiles metabólicos en deficiencia de K en cultivos, aun es imposible probar su relación causal, existiendo la necesidad de nuevos estudios aplicados para llevarse a cabo en los diferentes cultivos agrícolas.

Francisca Ferrón-Carrillo, Infoagro

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