Uso de fitorreguladores en el cultivo de sandía en México

1. Introducción
2. Conceptos hormonales
3. Uso en sandía

1. Introducción

En la fase de floración es fundamental llevar a cabo una adecuada polinización para obtener buenos rendimientos, además de frutos de buena calidad. El método más recomendable para conseguirlo es el uso de insectos polinizadores, en este caso, abejas (Apis mellifera). Sin embargo, hay ocasiones en las que las condiciones se complican, bien por problemas de tipo ambiental o de manejo del cultivo. En tales casos, se puede recurrir al uso de fitorreguladores para evitar una cosecha deficiente, tanto en producción como en la calidad de los frutos. No obstante, estos productos no deben usarse a la ligera. Deben aplicarse con sumo cuidado, respetando las recomendaciones del fabricante y considerando las restricciones legislativas.

2. Conceptos hormonales

Las plantas forman continuamente compuestos hormonales que tienen funciones específicas en su desarrollo y actúan regulando procesos de crecimiento, diferenciación o especialización de tejidos. Además, algunos no sólo regulan procesos, sino que también le confieren una capacidad antiestrés y una resistencia inducida a patógenos.

La Sociedad Americana de Fisiología Vegetal (1951) define a los reguladores del desarrollo vegetal del siguiente modo: “Son compuestos orgánicos, distintos de los nutrientes, que en pequeñas cantidades promueven o modifican algunos de los procesos fisiológicos de las plantas”.

Es importante señalar que existe cierta discrepancia en cuanto a los términos fitohormonas y fitorreguladores. Algunos autores piensan que son sinónimos, mientras que otros los definen de forma diferente. Vieitez (1984) es de los segundos, afirmando que: “Son compuestos orgánicos, no nutrientes, que en pequeñas cantidades son capaces de modificar el crecimiento y que han de ser diferenciados en naturales y sintéticos”.

A este respecto, las hormonas vegetales, o fitohormonas, se pueden definir como “sustancias orgánicas, producidas naturalmente en las plantas superiores, que controlan el crecimiento o bien otras funciones fisiológicas en lugares lejanos de los sitios de producción y son activas en pequeñas cantidades” (Thimann, 1969). Por el contrario, las hormonas sintéticas o fitorreguladores “son sustancias orgánicas, con propiedades semejantes o iguales a las hormonas vegetales o fitohormonas, obtenidas mediante procesos químicos de síntesis o aislamiento”.

Los reguladores del crecimiento se pueden clasificar en 5 grupos: auxinas, giberelinas, citoquininas, inhibidores y etileno. La tabla 1 muestra estos grupos y sus compuestos naturales y sintéticos:

Los procesos vegetales en los que intervienen se exponen a continuación:

Auxinas:

• Crecimiento de brotes y frutos.
• Iniciación de raíces.
• División y diferenciación celular.
• Dominancia apical.
• Regulación de la floración.
• Engorde y maduración.

Giberelinas:

• Floración.
• Crecimiento de brotes y frutos.
• Formación de enzimas.
• Partenocarpia.
• Coloración, maduración y senescencia.

Citoquininas:

• División celular.
• Crecimiento de frutos y brotes.
• Caída de órganos en general.
• Síntesis proteica.

Inhibidores:

• Antagonistas de giberelinas, citoquininas y auxinas.
• Regulación de estomas.
• Iniciación floral.
• Crecimiento de brotes.
• Caída de órganos.

Etileno:

• Coloración.
• Caída de órganos.

3. Uso en sandía

El uso de fitorreguladores es una herramienta más de manejo dentro del conjunto de actividades que intervienen en el plan de producción. Utilizando estos productos con cautela pueden ser una ayuda para lograr mayor rendimiento y calidad en el cultivo.

Con su aplicación se busca influir en las fases, o más aún, en los momentos críticos del ciclo de cultivo que están relacionados con el rendimiento. Estos momentos claves son principalmente:

- Cantidad, calidad y tipo de flores

Resulta especialmente importante el hecho de tener flores masculinas y femeninas en la misma planta, donde las segundas serán frutos más adelante, pero las primeras son imprescindibles por proveer de polen a éstas. Así pues estos aspectos son críticos. Por eso, es fundamental que la planta se encuentre en las mejores condiciones para reunir el mayor número de flores y además de calidad. Cuando una planta crece excesivamente vegetativa no se encuentra en las condiciones óptimas para ello. En este caso se debe actuar para lograr el equilibrio.

- Cuajado y crecimiento de frutos

El cuajado de los frutos es uno de los eventos fisiológicos más decisivos en el desarrollo del cultivo. El crecimiento se produce por los procesos de división y alargamiento de sus células, donde el tamaño final es el resultado del número total de células que primero deben formarse y luego alargarse.

Entre los principales productos utilizados en los cultivos como fitorreguladores podemos destacar los siguientes:

- ANA + Ana amida: Asociación de compuestos auxínicos de síntesis que actúa sobre el inicio de la vegetación, floración, cuajado y sobre otros procesos fisiológicos. Promueve la circulación de la savia dentro de la planta principalmente cuando se registran condiciones desfavorables para el cultivo. Aplicado al inicio de la floración se concentra en los órganos florales, induciendo la división celular de los tejidos del ovario, contribuyendo así al cuajado y al crecimiento del fruto. Puede aplicarse en diferentes momentos del cultivo, según el efecto que se persiga.

- Ácido giberélico + MCPA (éster tioetílico): Asociación de reguladores del crecimiento desarrollada para inducir el cuajado, favorecer la fijación, engorde, homogeneidad y maduración de los frutos. Debe ser aplicado a la aparición de las primeras flores. Puede repetirse la aplicación unos días después.

- CPPU (Forclorfenuron): Fitorregulador de síntesis que actúa como multiplicador celular, induciendo el cuajado y también el crecimiento del fruto. Debe aplicarse al ovario de la flor cuando está en antesis. Se recomienda una sola aplicación por flor. Si se da más de una sobre la misma o se dosifica en exceso pueden surgir problemas en el fruto que se quiere cuajar (o amarrar), provocando su rajado.

- Ácido 2,4-D (sal dimetilamina): Fitorregulador de síntesis que induce al cuajado de los frutos. Se acumula en los brotes provocando una parada en el crecimiento de la planta, con lo que se consigue un incremento del número de flores femeninas. También estimula el crecimiento del ovario e induce al incremento de frutos cuajados viables.

En general, estos productos se utilizan para regular el crecimiento de la planta, concentrar la floración y ayudar al cuajado. Pueden aplicarse en combinación con la polinización entomófila, ya que sus efectos no alteran el funcionamiento normal de las abejas.