ESPAÑA 03/11/2000
El catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina, dijo hoy que el trasvase del Ebro a Levante contemplado en el anteproyecto del Plan Hidrológico Nacional (PHN) ''es moderado y viable'' y consideró ''lesivo para España'' el intento de patrimonializar el agua por parte de las regiones en detrimento de los organismos de cuenca.
Gil Olcina, autor de numerosas publicaciones con temas de usos del agua, subrayó que el anteproyecto del PHN aborda por primera vez una planificación integral del agua, ya que hasta ahora, según recordó, sólo ha habido planes hidráulicos, como los de 1899, 1902, 1916, 1919 y 1993.
Al respecto señaló que no se deben confundir los términos hidrológico e hidráulico ni asimilar el anteproyecto del PHN con una ley de trasvases.
Dijo también que el PHN es una cuestión de Estado que debe ir arropado por el consenso de las fuerzas políticas y consideró que el principal escollo para su aprobación podría ser esa falta de consenso.
Gil Orcina participó hoy en Murcia en una mesa coloquio, organizada por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), en la que diversos expertos en Geografía aportaron su visión sobre el cambio climático, la corrección de los desequilibrios hidrológicos y los usos del agua, ante el debate abierto sobre el proyecto del Plan Hidrológico Nacional.
En esta mesa coloquio, que estuvo moderada por el vicerrector de la Universidad de Murcia y geógrafo, José María Gómez Espín, también intervinieron los catedráticos de Análisis Geofráfico Regional de las universidades Jaime I, de Castellón, José Quereda, y de Alicante, Alfredo Morales, y el catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Murcia, Francisco Calvo García-Tornel.
El catedrático José Quereda, coordinador del subproyecto ''Dimensión espacial y temporal del cambio climático, en el Plan Nacional del Clima, informó de que ''todavía no hay elementos que permitan asegurar con rotundidad que estamos ante un cambio climático'', aunque alabó que el PHN tenga en cuenta esta posibilidad y contemple entre sus horizontes una disminución del 10 por ciento de los recursos hídricos en algunas cuencas.
Añadió que los estudios realizados sobre el clima de los últimos 20 años no pueden determinar aún ''si estamos ante un ciclo de sequía o va a ser una tendencia secular'' que desemboque en un aumento de la temperatura del planeta y puso de relieve que en la década de los 70 se hablaba, por el contrario, de un enfriamiento.
Quereda apuntó que se precisa una decenio más para saber si se trata o no de un ciclo de sequía y dijo que si se tienen en cuenta las características atmosféricas que rodean los observatorios donde se miden las temperaturas en lo que va de siglo el aumento término ha sido de 0,2 a 0,3 grados.
Por su parte el catedrático Alfredo Morales destacó la importancia de la producción final vegetal para España, que alcanza los 2,5 billones de pesetas, de los que 1,7 billones proceden de los cultivos de regadío, localizados en su mayor parte en la fachada mediterránea, desde el Delta del Ebro a Granada.
Puso también de relieve la interrelación del regadío con las condiciones climáticas y el valor económico de los cultivos de Valencia, Murcia, Almería y Granada, donde pueden darse cinco cosechas anuales o producir tomates todo el año, con la repercusión social que conlleva.
Al respecto comparó las ocupaciones que generan los cereales que se cultivan con regadío en el centro de España, que alcanzan 0,05 unidades técnicas de trabajo al año, con las 2,7 por hectárea que da la horticultura intensiva mediterránea.
En su intervención, Morales mostró su preocupación por el precio que podría alcanzar el agua trasvasada desde el Ebro a Levante, ya que, según el anteproyecto, se captaría a 30 metros de altitud y habría que elevarla hasta casi 400 metros, con lo que supone de gastos de bombeo.
Según Morales, si no se hace combinar el PHN con el Plan Energético, el agua podría salir a un precio que solo sería asumible si se destinara al consumo humano y algunos cultivos de primor.
El catedrático de la Universidad de Murcia Francisco Calvo indicó que los agricultores murcianos emprendieron la puesta en regadío de sus tierras por las expectativas que les han abierto los gobiernos de la Nación y recordó que en 1962 el Banco Mundial le recomendó al Gobierno desarrollar la agricultura de regadío en el Levante español.
Calvo indicó asimismo que la superficie regable ha crecido continuamente desde la década de los 70 coincidiendo, especialmente, con las devaluaciones de la peseta y lo achacó al fomento de las exportaciones.
Dijo que esa línea se rompió en la sequía de 1991-1994 y con el cambio de contexto que supuso el primer anteproyecto de PHN redactado a principios de esta década.