ESPAÑA 16/12/2004
Un tesis doctoral presentada en la Universidad Pública de Navarra por el ingeniero agrónomo y profesor del centro Iñigo Virto sostiene que ''el riego con aguas residuales de conserveras no perjudica la calidad del suelo agrícola e incluso, en algunos casos, puede mejorarla''
La tesis, centrada en el Valle del Ebro en Navarra, explica que las industrias de conservas vegetales, por sus procesos, producen un volumen considerable de efluentes de baja carga contaminante que luego se vierte en ríos o se lleva a depuradoras municipales con ''un gasto económico y ambiental importante''.
Tras recordar que las lluvias en la zona sur de Navarra corresponden a un clima semiárido, el nuevo doctor afirma que ''cualquier medida que ayude a optimizar el uso del agua y ponga a disposición de la agricultura una mayor cantidad de este elemento tiene gran interés''.
Por ello en 1996 recuerda que se inició una investigación que contó con el Gobierno foral, el instituto Nacional de Investigación Agraria y empresas que pretendía evaluar la viabilidad del riego agrícola como una alternativa al vertido de estas aguas residuales y se hicieron tres ensayos en suelo agrícola y en localidades próximas a conserveras.
A Iñigo Virto le correspondió la caracterización de los suelos de los tres ensayos para evaluar el efecto del riego con aguas residuales de las industrias conserveras en función de las dosis recibidas y el tipo de riego y cultivo, elementos determinantes de la viabilidad.
Así, en los suelos en los que se implantó una pradera permanente, como la alfalfa o el raygras, y que fueron regados por aspersión, se observó una ''evolución positiva'' porque ''estas aguas no son contaminantes sino que suponen un aporte importante de materia orgánica y de otro tipo de elementos que pueden ser positivos para el desarrollo del suelo''.
Sin embargo, según señala el autor, ''en este tipo de suelos cualquier implantación de una pradera bajo riego es mejoradora del suelo, independientemente del tipo de aguas utilizado para regar''.
Por su parte, en los suelos en los que se plantaron cultivos rotatorios (en general, maíz, trigo, girasol y trigo), y que fueron regados por inundación, ''la evolución fue diferente debido a este factor de manejo''.
Asimismo, ''en las parcelas en las que se observó cierta degradación no se puede concluir que fuera por efecto del riego con agua residual, sino debido al manejo'', señala, y por eso Virto concluye que ''si se escoge adecuadamente el tipo de cultivo y el sistema de riego es perfectamente viable regar con este tipo de agua, desde el punto de vista del suelo''.