ESPAÑA 01/12/2004
La langosta roja que ha llegado a las Islas Canarias es un insecto de la familia ''masticadora'' de los ortópteros que cuando vuela ''tan lejos'' en busca de alimento es porque está ya en su ciclo final vital, cuando ha alcanzado un tamaño de unos 8 centímetros, y próxima a la muerte.
Cuando la langosta nace mide unos 8 milímetros y cuando está al final de su vida, un año después, alcanza en torno a los 8 centímetros, más o menos el tamaño que tienen los cientos de miles de ejemplares que integran la plaga que ha llegado a Canarias, explicó la doctora en Biología y especialista en ortópteros del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), Vicenta Llorente.
La langosta, de la misma familia que los grillos y los saltamontes, puede llegar a realizar un total de siete mudas del esqueleto externo durante su ciclo de vida, es decir, desde el momento en que nace en el norte de Africa, hasta que llega el final de sus días y muere, generalmente alejada de su lugar de origen.
Las langostas nacen a comienzos del otoño, o bien ya casi en invierno siempre que sea en zonas cálidas como el desierto africano.
La llegada de la primavera hace que ''se aviven'' y comience el período de mutaciones y desarrollo de las ninfas, es decir, de las langostas que, ''en estado juvenil'', todavía no son adultas.
Entre tanto, estos insectos rojos, empiezan a mostrar sus dos peculiaridades más conocidas: el carácter gregario y la necesidad de desplazarse hacia sitios alejados.
De este modo, las langostas viajan en bandadas de unos sitios a otros, ayudadas, unas veces por el viento, y otras, por la brisa del mar.
''La búsqueda de abundante alimento es la razón que mueve a las plagas de langosta a desplazarse'', afirmó Llorente, quien además dijo que la existencia de una copiosa vegetación, junto con la sequedad y el calor, son los elementos fundamentales para la formación de las plagas.
Una vez que han completado su ciclo de vida, explica la bióloga, ''están demasiado debilitadas'' por lo que los ejemplares que invaden ahora Canarias es muy difícil que puedan reproducirse.
A pesar del cansancio, las plagas de langosta ''suelen mantener su propósito que no es otro que acabar con la vegetación que encuentran a su paso'', añadió Llorente.
Con todo, la plaga de langostas que ha afectado a Fuerteventura apenas ha dañado el uno por ciento de la superficie cultivada de la isla, según informó el Cabildo majorero.