ESPAÑA 30/05/2006
Desde el año 1983, en que se adoptó el primer Compromiso Internacional sobre Recursos Filogenéticos para la Agricultura y la Alimentación, la participación española en los trabajos que han tenido lugar en el seno de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación han sido continuos y, al mismo tiempo, de gran actividad.
Concretamente España participó intensamente en las negociaciones que condujeron a la aprobación, en la Conferencia de Leipzig de 1966, del Plan de Acción Mundial sobre los recursos filogenéticos y del Tratado Internacional correspondiente, Tratado que abarcaba todos los recursos filogenéticos para la agricultura y la alimentación, en consonancia con el Convenio de Diversidad Biológica.
El Tratado Internacional fue finalmente aceptado por la Conferencia de la FAO en noviembre de 2001, entrando en vigor el 29 de junio de 2004. España, uno de los países impulsores del mismo lo ratificó, junto a otros nueve Estados miembros de la Unión Europea, en marzo de 2004.
El Tratado supone un importante avance en materia de acceso a los recursos filogenéticos, y sienta las bases para un reparto más justo derivado de la utilización de dichos recursos, incluyendo los derechos de los agricultores en la distribución de beneficios comerciales, lo que puede contribuir a paliar el hambre y la pobreza en el mundo.
En el artículo 19 del Tratado se establece lo que será el órgano Rector del mismo, formado por todas las partes contratantes, y en el que en principio, todas las decisiones que se tomen deberán adoptarse por consenso. Las funciones de este órgano Rector serán fundamentalmente las de impartir instrucciones y orientaciones sobre política para la supervisión, y aprobar las recomendaciones necesarias para la aplicación de dicho Tratado Internacional. Deberá, por tanto, aprobar los planes y programas del Tratado, examinar periódicamente la estrategia de financiación para su aplicación, aprobar los presupuestos, establecer mecanismos apropiados para recibir y utilizar los recursos financieros con destino a su aplicación, establecer y mantener la debida cooperación con otras organizaciones internacionales y en particular con la Conferencia de las partes en el Convenio sobre la Diversidad Geológica.
El hecho de que España, durante el proceso de negociación del Tratado, estuviera integrada de lleno en los trabajos de la Unión Europea, contribuyendo a la adopción de posiciones comunes durante las negociaciones y arrastrando a países no comunitarios, unido al papel que España, tanto desde el punto de vista técnico como político, como puente entre Europa , África y América, especialmente en lo que se refiere a los países Árabes y América Latina, desempeñó, llevó a que la Ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación propusiera a la FAO la celebración de la primera reunión del Órgano Rector del Tratado en nuestro país.
La celebración en España de esta primera reunión del Consejo Rector puede tener un impacto político de primer orden. La organización en España, que ha contado con el apoyo de todos los Estado miembros de la Unión Europea, contribuirá a que nuestro país lidere en cierto sentido, la defensa de la riqueza citogenética, y su conservación, así como los derechos de los agricultores a nivel nacional.
España representa una excelente sede para esta región ya que es dependiente para la mejora genética de sus principales cultivos, fundamentalmente en lo que a resistencia a as enfermedades y adaptación a nuestras condiciones climáticas de los mismos se refiere, además de haber constituido a lo largo de la historia puente entre nuestro continente y los de África y América en materia de recursos filogenéticos.
La intención de refrendar y apoyar todo en cuanto al mantenimiento y conservación de los recursos filogenéticos se refiere, se ha visto plasmada en el proyecto de Ley de Semillas y Plantas de Vivero y de Recursos Filogenéticos, actualmente en el trámite parlamentario en el que se regula la gestión y protección de dichos recursos, para conservar y promover la utilización sostenible de los mismos, ampliar la base genética de los cultivos, variedades y especies, fortalecer la investigación que promueva y conserve la diversidad biológica, y fomentar la negociación de vínculos estrechos entre la mejora genética y el desarrollo agrícola.
Por consiguiente, aceptada favorablemente por la FAO la propuesta española, nuestro país acogerá la primera reunión del Órgano Rector del Tratado los días 12 al 16 de junio del presente año. Desde hace ya algunos meses, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en coordinación con la FAO, y los Ministerios de Asuntos Exteriores, Medio Ambiente, Educación y Ciencia y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, se está ocupando de la organización de este acontecimiento que se encuentra ya en fase bastante avanzada.
Esta primera reunión, en la que se espera una asistencia de cerca de 170 países, se desarrollará en torno a una gran asamblea plenaria, en la que se discutirán los trabajos que se acuerden en los distintos grupos regionales habituales en Naciones Unidas.
Simultáneamente a la asamblea plenaria y reuniones de grupos regionales, se llevarán a cabo actos denominados ''eventos paralelos'', en los que se podrán debatir otros asuntos de interés, y donde las Comunidades Autónomas podrán exponer los problemas relacionados con los recursos filogenéticos que más afecten a cada una, o que pudieran ser de interés para otros países asistentes.
Por otra parte, está prevista la organización de una reunión denominada ''Segmento Ministerial'', en la que participarán los Ministros competentes en materia de recursos filogenéticos, y que tendrá una duración de un día mientras se celebra la Asamblea General del Consejo Rector. Se pretende con ello que los Ministros hagan una declaración final con un firme compromiso sobre el futuro del Tratado internacional de Recursos Filogenéticos para la Agricultura y la Alimentación, parta que sirva de piedra angular en la política y los marcos reguladores para la alimentación y agricultura en el mundo.
Esta 1ª reunión del Órgano Rector, a la que asistirán más de un centenar de delegaciones de todo el mundo, permitirá la puesta en marcha del Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA), un acuerdo jurídicamente vinculante para la preservación de las variedades de especies vegetales y su material genético, un documento que ha sido objeto de largas negociaciones a través de los años, siendo ratificado por España, junto a otros nueve Estados miembros de la Unión Europea en marzo de 2004.
El Tratado, además de la protección de esos recursos evitando la desaparición de variedades de cultivos, contempla la defensa de los derechos de los agricultores, muchos de ellos procedentes de países en desarrollo, reconociendo su contribución en la conservación y desarrollo de muchos cultivos, cuyo consumo se ha ido extendiendo por todo el mundo.
Este reconocimiento del derecho de los agricultores se traduce, tal como se recoge en el Tratado, en la defensa de los conocimientos tradicionales, así como en la participación de los agricultores y sus comunidades en los beneficios derivados del uso de los recursos fitogenéticos y en las decisiones nacionales relativas a los mismos.
En el marco de esta reunión internacional, que incluirá sesiones de la Asamblea General y reuniones de los grupos regionales de Asia, Europa, América Latina y Caribe, Oriente Medio, Norteamérica, Pacífico Suroeste y África, se celebrará también un encuentro de Ministros de Agricultura, en el que se adoptará una declaración conjunta sobre el futuro del Tratado, que sirva de incentivo para su rápida entrada en vigor.