ESPAÑA 28/04/2008
La Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (IMIDA), ha constatado que la “biosolarización’’ constituye una herramienta eficaz para la descontaminación de residuos de plaguicidas en suelos, permitiendo a los agricultores acelerar la desaparición de dichos residuos, con vistas a su conversión a Agricultura Ecológica.
Según Adrián Martínez, director del IMIDA, la contaminación de los suelos por la presencia de plaguicidas “constituye un problema ambiental de primer orden”, además, añade, “es uno de los mayores inconvenientes que encuentran los agricultores a la hora de convertir su cultivo a Agricultura Ecológica”. En este sentido apunta que “para asegurar la ausencia de estos residuos en el medio de cultivo deben transcurrir varios años, dos para hortalizas y tres para frutales, desde el momento en que se pone el cultivo en conversión, hasta que se obtiene la certificación como cultivo ecológico”.
La desinfección del suelo es una práctica generalizada en los invernaderos del Campo de Cartagena, con el fin de reducir la incidencia de problemas fitopatológicos y evitar la denominada “fatiga del suelo”. El bromuro de metilo ha sido muy utilizado para la desinfección, por ser un producto económico, penetrante y muy efectivo a bajas concentraciones. Sin embargo, añade Adrián Martínez, “el Protocolo de Montreal lo incluyó en la relación de sustancias que destruyen la capa de ozono, por lo que se acordó reducir el uso del bromuro de metilo de forma gradual hasta su actual prohibición”.
Concretamente, en el cultivo de pimiento desarrollado en la Región de Murcia, se ha conseguido eliminar el uso del bromuro de metilo mediante el empleo de alternativas químicas y no químicas. Entre estas últimas, Adrián Martínez destaca la biosolarización, “que se viene utilizando sobre todo para la desinfección de los suelos de los invernaderos destinados al cultivo de pimiento ecológico”.
Investigaciones realizadas
El IMIDA lleva varios años investigando el efecto que diferentes técnicas de desinfección tienen sobre la degradación de plaguicidas en el suelo. José Fenoll, María Pilar Flores y María Pilar Hellín, investigadores del Equipo de Calidad Alimentaria, en colaboración con el investigador Alfredo Lacasa, del Equipo de Protección de Cultivos de este organismo, han constatado una mayor disipación de los plaguicidas en suelos desinfectados mediante biosolarización.
Este hecho lo atribuyen, según apunta el investigador José Fenoll, a “un incremento de los microorganismos implicados en el proceso de degradación, provocado por la “biodescomposición” de las enmiendas orgánicas y a un aumento de la temperatura”. Sin embargo, añade que, en las experiencias realizadas, “la actividad biológica en los suelos desinfectados químicamente fue casi nula debido a su amplio espectro de acción”.
La técnica de solarización del suelo se aplica humedeciendo este previamente y cubriéndolo con un plástico transparente para exponerlo a la luz solar durante los meses de más altas radiaciones. Según Fenoll, “durante este proceso la temperatura del suelo alcanza niveles letales para muchos hongos, bacterias, nematodos y semillas de malezas, además de provocar complejas modificaciones en las propiedades químicas, físicas y biológicas del suelo”.
La técnica de la “biofumigación” se define como la acción de las sustancias volátiles producidas en la biodescomposición de la materia orgánica, en el control de los patógenos de las plantas. Fenoll apunta que “esta técnica incrementa su eficacia cuando se incluye en un sistema integrado de producción de cultivos”.
El equipo de Calidad Alimentaria del IMIDA también ha desarrollado nuevos métodos de análisis mediante diferentes técnicas cromatográficas, para poder determinar residuos de plaguicidas en diferentes muestras vegetales y medioambientales.