- 01/08/2008
La Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas en Perú, a través de su Unidad de Emergencias y con fondos del Gobierno de Bélgica, suministró de forma urgente 36 800 dosis de antiparasitarios y antibióticos a más de 18 000 alpacas del distrito de Pilpichaca en Huancavelica. Los camélidos andinos están enfermos y débiles debido a los efectos de lo que comúnmente se conoce como “friaje”.
El friaje es una combinación de bajas temperaturas fuera de estación, heladas agronómicas, nieve y granizo que daña los cultivos y pastos en las zonas alto andinas, explica Marc Vandersmissen, Coordinador de Emergencias de FAO en Perú.
En las zonas alto andinas, la ventana de tiempo disponible para cultivar es corta, con días precisos en los que el agricultor siembra y cosecha para poder obtener alimentos para su familia. Debido a los efectos del cambio climático, los patrones tradicionales están variando, impidiendo al campesino un estimado correcto sobre cuándo sembrar y cosechar, pues las heladas se adelantan o las lluvias se atrasan. El clima ya no es como era antes.
Este año, los eventos fríos se han adelantado de fecha comenzando en marzo y abril, cuando en un año normal acaecen a partir de junio. Esto ha afectado a los cultivos, y sobre todo, a los pastos de los que dependen llamas y alpacas. La situación llevó al Gobierno a declarar el estado de emergencia en 11 regiones de las 25 que componen Perú.
Los daños que ocasiona el friaje son devastadores para los pequeños agricultores que aún no han cosechado sus cultivos, y sobre todo, para los alpaqueros de las zonas alto andinas que ven cómo los pastos se cubren primero con nieve que al helar los dañan irreversiblemente. Esto provoca que los camélidos andinos queden sin alimento durante varios días, debilitándose y volviéndose más proclives a las enfermedades, comenta Vandersmissen.
Las más de 36 000 dosis de antiparasitarios, vitaminas y antibióticos han sido suministradas por expertos de la FAO en colaboración con los técnicos de campo del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) y de las Direcciones de Agricultura Regionales. Los camélidos beneficiados pertenecen a pequeños ganaderos que habitan las zonas alto andinas y que no tienen otro modo de vida que la cría de alpacas y ovejas.
Dentro de la pobreza de varias zonas rurales en el Perú, las alto andinas son no sólo las más pobres sino, además, especialmente las más vulnerables ante amenazas y emergencias. A partir de los 3800 metros de altitud, las comunidades dependen de sus alpacas y de los pastos naturales que las alimentan. Si los pastos son afectados por el friaje, esto significa la muerte para muchos animales y por ende, la destrucción de los medios de vida de los más pobres.
Vandersmissen continúa detallando cómo sobreviven las poblaciones alpaqueras. Su alimentación consiste en papa seca con un poco de carne seca de camélido. La papa la cultivan ellos mismos en zonas más bajas o la intercambian por fibra. Sus alpacas son su vida y única fuente de ingreso.
La campaña de emergencias para salvar alpacas se desarrolló del 14 al 19 de julio para las comunidades de los anexos Llillinta, Antacancha, Cacuya, Pichcahuasi, Pueblo Nuevo, Ingahuasi y Pelapata en la región de Huancavelica. La intervención de urgencia de la FAO ha asistido al 50 por ciento de la población estimada de 35 000 cabezas de alpacas, llamas y ovinos, beneficiando a más de 200 familias vulnerables.
A pesar de esta intervención, la FAO alerta sobre el peligro, a partir de septiembre, del incremento de mortandad y morbilidad de los camélidos en zonas alto andinas de la sierra central y sierra sur del Perú, donde la explotación de camélidos sudamericanos depende de pastos naturales que han sido severamente afectados por este friaje.
La FAO está llevando a cabo una evaluación sobre el terreno en los cinco departamentos más afectados, y está solicitando fondos de emergencia a los donantes para evitar la destrucción de los modos de vida de los alpaqueros alto andinos en Perú.