Los asistentes técnicos del gremio cafetero revisarán palmo a palmo cada una de las fincas del país para analizar si hay o no roya en los cafetos.
Ante las constantes informaciones sobre la reaparición del hongo de la roya, la Federación Nacional de Cafeteros decidió verificar sobre el terreno la realidad de las zonas supuestamente afectadas. Por ahora se estima que el área que puede ser susceptible de ser atacada por el hongo es de unas 37.000 hectáreas, es decir el cuatro por ciento de las 870.000 hectáreas sembradas con café en Colombia.
Estas 37.000 están sembradas con la variedad caturra y están ubicadas en las zonas marginales bajas, que no han sido renovadas o erradicadas y resembradas con las variedades Colombia y Castilla.
Jorge Lozano, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Asoexport), explicó que lo anterior, sumado a la temporada invernal que ha padecido la zona cafetera y que ha incrementado la humedad, son las dos razones por las cuales ha reaparecido la plaga.
Las variedades Colombia (entregada a los cultivadores en 1982) y Castilla (lanzada en el 2005) son el resultado del trabajo en mejoramiento genético del Centro de Investigaciones del Café (Cenicafé).
Estas son de porte bajo, es decir arbustos que no toman mucha altura, son de alta productividad y son resistentes al ataque de la roya; la ''Castilla'', además, resiste el ataque de la enfermedad de las cerezas del café (CBD), que es exótica en el país y ataca los cultivos de las zonas cafetaleras de África.
Por su parte, Mario Gómez Estrada, miembro del Comité Nacional de Cafeteros, anotó que la infestación se ha presentado en el oriente del departamento de Caldas.
Anotó, además que esto se debe al crudo invierno y a que hubo cultivadores que no cambiaron sus árboles de caturra y decidieron asumir el costo económico de controlar la enfermedad. ''Solo por culpa del invierno, la merma de la producción cafetera de este departamento fue del 20 por ciento durante el 2008'', concluyó Gómez Estrada.
En el Huila, por su parte, se estima que la enfermedad ocasionará una baja de entre el 10 al 15 por ciento en la producción cafetera.