ESPAÑA 02/11/2010
La celebración de la Festividad de Todos los Santos, el próximo lunes 1 de Noviembre, trae consigo uno de los hitos de venta de flores de todo el año, igual que ocurre con fechas como San Valentín, Semana Santa o el Día de la Madre. Sin embargo, este sector se está viendo sensiblemente afectado por la crisis económica y por el aumento de las incineraciones frente a los enterramientos en los últimos años, dos circunstancias que han provocado una reducción del consumo. Si en 2003 el consumo per cápita en nuestro país era de 74 euros, en el último año no superó los 28 euros, una caída cercana al 60%. Mientras, en países como Holanda, Francia o Alemania, el consumo por persona y año supera los 50 euros. Por eso, desde COAG consideramos que el objetivo es conseguir que el consumo deje de ser tan estacional y se convierta en algo habitual, como ocurre en otros países europeos (Holanda, Francia o Alemania).
La caída del consumo también influye en los precios. La docena de claveles, una de las especies más solicitadas en estas fechas, ha caído de 1,28 euros en 2003 a poco más de un euro, 1,08 en el pasado año. Los problemas de rentabilidad se agudizan ante una coyuntura de altos costes de producción (incremento del precio del gas, gasóleo y otros insumos) y el hecho de que el sector de flores y plantas obtiene todas sus rentas del mercado sin recibir ningún tipo de ayuda de Bruselas.
Además, el comercio exterior se ha estancado en el último año. A nivel nacional, la exportación de flor cortada registró un descenso del 18% con relación a 2008, totalizando 27,6 millones de euros. En Andalucía, las exportaciones, que se dirigen sobre todo a países de la UE, disminuyeron un 70% entre 2002 y 2008, tanto en volumen como en valor. A todo ello se une la competencia de las importaciones de países como Colombia, Kenia, Israel y Marruecos, que disponen de ventajas arancelarias, con costes de producción sensiblemente inferiores basados en el dumping social, laboral y medioambiental. Todo esto indica que hay demanda, sobre todo para variedades como el clavel, pero que los productores andaluces están perdiendo esa cuota de mercado.
Recientemente, COAG ha presentado en el Comité de Agricultura del Parlamento Europeo una serie de propuestas de reactivación económica del sector productor de flor y planta ornamental, que ha sido bien acogidas por la Cámara. Entre esas propuestas se incluyen la reducción de los costes de producción (potenciando la reducción de cargas fiscales como la seguridad social o la inclusión del gasóleo para la calefacción de invernaderos dentro del gasóleo profesional agrario), el apoyo a las inversiones, el fomento de la promoción en el sector, la mejora de las estadísticas europeas en el sector ornamental, el mantenimiento de la aplicación del IVA reducido, el fomento de las tecnologías y la I+D+i específicas para el sector, así como la mejora de los controles fitosanitarios endureciendo las inspecciones en las importaciones de flores y plantas de terceros países, para evitar la propagación de plagas y enfermedades.
En los últimos años, el sector de la flor cortada en nuestra comunidad ha asistido a una drástica reducción de superficie: de las 900 hectáreas que había en 2002 se pasó a menos de 500 en 2007. Actualmente, Andalucía cuenta con unas 350 hectáreas de flor cortada, situadas principalmente en Cádiz (Costa Noroeste) y Sevilla (Bajo Guadalquivir). Las especies más cultivadas siguen siendo el miniclavel y el clavel (unas 250 has entre las dos) y, en menor medida, el crisantemo (25 has) y el lilium (20 has). La producción andaluza en 2008 fue de aproximadamente 400 millones de tallos, lo que supone que se mantiene la tendencia descendente de los últimos años (en 2002 se produjeron en Andalucía casi 1.000 millones de tallos).
El sector de la flor cortada tiene un importante componente social, ya que genera mucha demanda de mano de obra, especialmente en zonas donde el desempleo alcanza cotas altas.