La reforma de la PAC, cuyo debate oficial ha comenzado esta semana en el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, tras la presentación por parte de la Comisión Europea de la Comunicación en la que se recogen las líneas iniciales, puede constituir una oportunidad para acabar con las distorsiones de la competencia en el sector hortofrutícola, generadas por la reforma vigente.
El pago único y la regionalización recogidos en la PAC actual ha permitido que los Estados miembros que así lo decidieron cuando se aprobó la reforma, a finales de 2003, hayan repartido las ayudas agrícolas que les corresponden por el sistema de pago único y desacoplado, entre todos los cultivos de ése Estado, incluidas las frutas y hortalizas. Esto se ha traducido en una ayuda por hectárea para todos los cultivos del Estado que se han acogido a la regionalización, provocando, según FEPEX un falseamiento de las condiciones de la competencia en el sector hortofrutícola, ya que existen en el mismo mercado productores de frutas y hortalizas con ayudas y productores sin ayuda. Como consecuencia durante este periodo se ha producido un fuerte crecimiento de las producciones hortofrutícola en países, como Alemania, donde se ha aplicado la regionalización y donde las producciones de frutas y hortalizas tenían hasta ahora una importancia menor, provocando distorsiones en los mercados de algunos productos como fresa o espárrago. En el caso de la fresa la producción de Alemania ha pasado de 95.000 toneladas en 2003 a 158.000 toneladas en 2009 y en la caso del espárrago ha pasado de 65.000 toneladas en 2003 a 98.000 en 2009, según datos de Eurostat.
Para FEPEX, la reforma de la PAC puede acabar con esta distorsión de la competencia en un sector como el hortofrutícola, generador de empleo y orientado al mercado, premisas que deben seguirse en la futura PAC, según recoge la Comunicación de la Comisión sobre la reforma, publicada el día 18 de noviembre.
