ESPAÑA 03/12/2010
Tan sólo un 13,7% de los gallegos consumen alimentos ecológicos. Muchos no los compran porque tienen huerta. Palabras como “casero” o “del país” se asocian más con salud que “ecológico”. Estas fueron algunas de las conclusiones de este estudio.
Eduardo vidal y josé antonio fernández hacen hincapié en la necesidad de acercar al consumidor las garantías que ofrece la certificación de estes productos. Un sello que asegura que una verdura o una carne no utilizó químicos de síntesis en su producción, por ejemplo.
El Centro Tecnológico Agroalimentario de Lugo y el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Galicia presentaron el Primer Barómetro de Percepción y Consumo de Alimentos Ecológicos en nuestra Comunidad Autónoma, durante la jornada “Alimentos Ecológicos, ¿por qué?”, celebrada en la capital lucense.
De este estudio, realizado por el CETAL, se concluye que el consumo de alimentos ecológicos en Galicia es aún incipiente. En 2010 tan sólo un 13,7% de los gallegos son consumidores habituales de productos ecológicos. Por el contrario, este porcentaje se eleva hasta un 31,0% en Cataluña, o hasta un 46,0% en Francia. La intensidad del consumo también es menor en Galicia. Un 2,2% del total de los consumidores gallegos toman a diario algún alimento ecológico. El dato en Cataluña no es muy superior, un 2,6%; pero si tomamos como referencia a Francia, la cifra sube hasta el 9%.
Además en nuestra CCAA el término “ecológico” no está suficientemente asociado a una imagen positiva de los alimentos. Palabras como “casero” o “del país”, son asociados por el consumidor a un modelo de producción más natural, son reconocidos como positivos por el doble de consumidores, hasta un 27%, que los que atribuyen esta calificación al término “ecológico”, un 14%. En este punto, desde el CETAL, añaden que los motivos que retraen el consumo de alimentos ecológicos es que el 50% de los consumidores motivan su decisión de rechazarlos por el hecho de disponer directa o indirectamente (familia, vecinos, amigos) de huerta para su auto abastecimiento; una característica específica en Galicia. Sin embargo, este porcentaje desciende al 5% en Cataluña.
Eduardo Vidal destaca que “resulta evidente que la población no es consciente aún de qué es un alimento ecológico. Para ello debemos trabajar juntos, productores, distribuidores y administraciones, para conseguir llevar hasta los hogares el significado de la producción ecológica. La certificación de los productos ecológicos garantiza que provienen de una agricultura respetuosa con el medio ambiente; que procura la rotación de cultivos, para evitar el desgaste de la tierra; que evita el uso de pesticidas y fertilizantes químicos; y que, en el caso del ganado, mira por el bienestar animal, que cada uno tenga un espacio adecuado para criarse, entre otros. Esta es la información que no está llegando al público. Este es el punto que hay que fortalecer”.
Por otra parte, del documento, que permitirá iniciar una serie histórica de indicadores con los que testar la eficacia de las acciones dirigidas a desarrollar nuestro mercado interior, se obtuvieron datos que señalan que los valores asociados a un alimento con mayor proyección positiva para el consumidor gallego son los relacionados con la salud. Para el 25 % la calificación más positiva de un alimento es que sea “sano” y para el 24 % que sea “natural”. La relación entre alimento ecológico y salud es aún muy débil en Galicia. Sólo un 7% de los consumidores gallegos que conocen los alimentos ecológicos los definen espontáneamente como “alimentos sanos”. Además la motivación fundamental para consumir alimentos ecológicos habitualmente es la salud. Un 48% dice que lo hace por razones de salud, y un 27% porque son naturales. Tan sólo un 14% sitúan cómo primera o segunda razón las motivaciones medio ambientales.
En este sentido, la jornada abrió una reflexión sobre el estado de la relación entre la producción de alimentos ecológicos y el consumidor gallego. Desde distintas ópticas productores, entidades certificadoras, mundo científico, administraciones, consumidores, restauración y distribución abordaron los puntos débiles y fuertes de esta relación con el fin de extraer conclusiones útiles para fortalecerla o reorientarla. El director general de la Fundación incide en que “hay que aprovechar que el consumidor busca un producto sano para ofrecerle un alimento con un valor añadido en ese sentido; ya que al cuidar de el medio, cuida de la salud. El hecho de que no se utilicen químicos de síntesis durante su desarrollo o crecimiento ya dice que son muy buenos para la salud. Los mensajes deberán incidir, luego, en ese plus, además de incidir en el valor añadido que les da su sistema de producción, destacando su diferenciación, y los exhaustivos controles por los que pasan”.
Otro de los aspectos encontrados como flaqueza en la venta de los ecológicos, durante este debate, fue el precio. El precio retrae el consumo hasta en un 43% de los consumidores y frena el incremento de consumo por parte de los que ya los compran en un 37% de los casos. La dificultad para encontrarlos en los lugares de compra habituales es la motivación básica para el 24% de los consumidores del primer grupo y el 29% de los del segundo grupo. Es necesario equilibrar valor y precio para incrementar el consumo de alimentos ecológicos. En esta tarea está plenamente implicado el CETAL que ya llevó a cabo los estudios de la cadena de valor de la carne y de la leche ecológica, y que, en la actualidad, tiene en marcha dos proyectos de investigación dirigidos a mejorar la productividad mediante noticias técnicas de lucha biológica contra la Armillaria en los cultivos de viñedos y el aporte de algas como complemento de la ración alimenticia en el ganado vacuno.
Entre las autoridades presentes estuvieron el presidente del CRAEGA, José Antonio Fernández; el director general del CETAL, Eduardo Vidal; el jefe territorial del departamento territorial de la consejería de Medio Rural en Lugo, Ramón Carballo Páez; el teniente de alcalde de Lugo, José Piñeiro; el subdirector general de Calidad Diferenciada y Agricultura Ecológica, del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, José Miguel González; el jefe del Servicio de Control de la Calidad Agroalimentaria e Industrias, de Medio Rural, Xosé Mouriño; el responsable de Producción Agraria Ecológica, del Servicio de Producción Agrícola, de la dirección general de Agricultura y Ganadería, de la Generalitat de Cataluña, Isidre Martínez; y la presidenta de la Comisión Permanente del Consejo Gallego de Consumidores y Usuarios, Rosa Celia Otero. Además de Margarita Campos, presidenta de INTERECO, Rafael Rivadulla, director técnico de INDEGAE (FEPECO); Belén Díaz, profesora de la Universidad de Santiago de Compostela, en el Campus de Lugo; Héctor López, jefe de Cocina del Restaurante España (Grupo Nueve); y Pedro Martos, director de PRODESCON, S.A. Al final del evento hubo una degustación de productos ecológicos.