ESPAÑA 31/12/2010
Los números del balance agrario de Málaga del año 2010 ponen de manifiesto una vez más las dificultades que sortean quienes viven de la tierra. Este año, los datos son algo más esperanzadores para los agricultores, ya que el ejercicio pasado soportaron uno de los peores años que se recuerdan. La ganadería malagueña, en cambio, se ha derrumbado de tal manera que si no se acomete con urgencia un plan de choque pasará a engordar la lista de profesiones ya desaparecidas.
Las grandes cifras del balance agrario de Málaga en este año que se cierra son tres: la producción agrícola arroja unas cifras de facturación de 536 millones de euros. La producción ganadera dejó en la provincia 146 millones, por lo que la producción agraria (agrícola + ganadera) es de 682,49 millones de euros.
Los números por si solos poco dicen, pero si se comparan con las cifras del año anterior también pueden inducir a error, ya que la producción agrícola ha subido con respecto al año pasado un 24,74%, un porcentaje que podría parecer optimista si no fuera porque el año pasado fue un periodo absolutamente desastroso, por lo que sólo cabían dos opciones: crecer o desaparecer. La ganadería, con respecto a 2009, ha caído un 10,18% y se encuentra completamente hundida. Año tras año se desploma el umbral de rentabilidad y la situación actual es crítica.
La realidad del campo malagueño es dura. A la crisis generalizada que soporta el país, hay que sumar otra crisis particular que mantiene en jaque a los productores de todos los cultivos y especies sin excepción: la crisis de precios. La cadena de valor no está equilibrada y, desde luego, el encarecimiento de los productos en los lineales del supermercado no viene motivada por los precios que se pagan al agricultor y al ganadero en el campo, que se ven asfixiados por la distribución que es su vez la que disfruta de grandes porcentajes de beneficios. Entre tanto, los otros dos eslabones de la cadena, productor-consumidor, permanecen exprimidos sin remedio. El agricultor, al trabajar con productos perecederos, tiene que deshacerse de ellos al precio que le paguen. Y el consumidor, ha de rellenar la despensa con los precios que les fijen.
El año por sectores
El balance del año 2010 puede llevar a conclusiones erróneas especialmente en el sector del olivar. Según los datos elaborados por los técnicos de Asaja Málaga, las 120.000 hectáreas de olivar que hay en la provincia han dejado una facturación de 152,48 millones de euros, mientras que en 2009 facturó 88,80 millones. Este dato es especialmente llamativo y cualquiera podría pensar que los olivareros han disfrutado de un 2010 magnífico. Pero nada más lejos de la realidad, ha sido un año desastroso, pues el coste medio de producción se sitúa en 2,20 euros mientras que el aceite se ha vendido a 1,71 euros. Rentabilidad nula para los 22.000 olivareros de Málaga, que pidieron y han vuelto a solicitar otra vez sin descanso a Bruselas el almacenamiento privado de aceite para remontar precios. Pero ni por esas.
La explicación del incremento en la facturación viene motivada porque el olivar, al ser un árbol vecero que carga más fruta un año que otro, ha tenido este año una producción histórica: de las 42.640 toneladas de aceite que se produjeron en 2009 se ha pasado a 77.900 toneladas. Sin embargo, hay que recordar que la recolección de la aceituna ha resultado mucho más laboriosa y costosa que otros años, ya que el temporal del pasado otoño azotó con fuerza los olivos y arrojó mucho fruto al suelo.
Respecto a otros sectores, señalar que los productos de la huerta se han recuperado ligeramente. Las cerca de 11.000 hectáreas han producido 275.433 toneladas y han facturado 210,90 millones de euros, un 24% más que en 2009.
También han subido los cítricos, que tras años de sequía agradecieron sobremanera las precipitaciones del otoño e invierno pasados. Gracias a ellas los frutos adquirieron una calidad y calibre extraordinarios. Según los técnicos de Asaja Málaga, se han producido 147.000 toneladas de mandarinas, naranjas y limones. El balance aún hubiera sido más favorable si no fuese porque el desembalse de los pantanos anegó muchas huertas del Valle del Guadalhorce.
En cuanto a los cultivos tropicales que genera la Axarquía y que son especialmente codiciados fuera de nuestras fronteras, señalar que la producción este año ha caído un 12% por la vecería del aguacate del año pasado. Se han producido 55.900 toneladas con una facturación de 70 millones de euros.
La castaña sí ha experimentado una espectacular subida, del 72%. Con una producción de 3.900 toneladas ha facturado 5,46 millones de euros y ha presumido en los mercados de calidad y calibre. La pilonga ha sido extraordinaria.
Las 5.400 hectáreas de viñedo de la provincia han facturado 4,94 millones de euros y han sufrido un descenso del 35%.
Y respecto a los cereales, el precio se ha recuperado ligeramente en 2010 pero hay un importante descenso de la producción, de las 122.166 toneladas de 2009 se ha pasado a 82.244. Las lluvias del pasado otoño anegaron 2.000 hectáreas y se perdieron más de 6 millones de kilos.
El declive de la ganadería
Entre los datos del balance ganadero no se encuentra ningún signo positivo. El vacuno de leche ha caído un 23%; el ovino, un 11%; el caprino, un 18%; el ibérico, un 39%, etc… Tan sólo ha experimentado un ligero ascenso el porcino blanco, que cuenta con una importante cabaña de 14.000 cabezas, y que el año pasado vivió uno de los peores ejercicios de su historia.
A este declive de la ganadería malagueña han contribuido dos factores: el incremento del coste de la alimentación se ha disparado en el último semestre y los precios de los productos en el mercado caen en picado. Las cuentas no cuadran y la situación es insostenible.
Los robos en el campo
Capítulo aparte merecen los robos en el campo por los problemas que han causado a lo largo de todo el año. Cientos de agricultores y ganaderos han visto cómo cuadrillas de ladrones han acaparado con todo aquello que han encontrado a su paso. Además de los productos típicos de cada época –los ladrones han aprendido a la perfección el calendario de cosechas- han destrozado explotaciones, sistemas de regadíos, aperos… y todo ello con una violencia hasta ahora desconocida. En vista de estos acontecimientos, Asaja Málaga ha vivido un año intenso de reuniones con los principales responsables de los Cuerpos de Seguridad, empezando por la Subdelegación del Gobierno. Ha mantenido contactos con los alcaldes de Málaga, Vélez Málaga, Álora y Antequera para solicitar la coordinación de la Guardia Civil, la Policía Nacional y Policía Local en la vigilancia de los puestos de compras ilegales y el control de los mercadillos para evitar que la mercancía robada se venda con facilidad.
Retos para el 2011
Los retos para el año 2011 se multiplican en un sector que sufre una crisis permanente desde hace ya demasiados años. El futuro de las ayudas PAC mantiene en vilo a nuestros productores, así como el acuerdo de Bruselas con Marruecos, que no hace más que perjudicar a los pobres de los países ricos para beneficiar a los ricos de los países pobres. La Ley de Aguas, la Ley del Olivar, el exceso de burocracia, la zancadilla de las administraciones y un largo etcétera de preocupaciones perfila un 2011 complicado.
Otro problema que mantiene en desvelo a los agricultores y ganaderos malagueños es la construcción del anillo ferroviario en la Vega de Antequera, una de las zonas más fértiles de la provincia. Asaja Málaga se opone a la construcción de estas vías de pruebas y presentará alegaciones para demostrar que el estudio sobre el que se ha planteado se basa en datos erróneos, por lo que el daño para esta zona fundamentalmente agrícola es muchísimo mayor que el que las administraciones aducen. La Vega quedaría partida en trozos, hecha añicos. Además, al tratarse de parcelas de regadío, muchas de ellas quedarían inservibles y se destruirían más de 50.000 jornales anuales. Asaja Málaga convocará a los socios afectados el próximo día 10 de enero en Antequera para explicar el daño que según peritos especializados ocasionaría la construcción de esta vía de pruebas, escondite perfecto para la reproducción incontrolada de conejos y que obligará a la expropiación de más de 4,5 millones de metros de suelos de cultivo y afectará a otros tantos.