La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reclama al presidente del Gobierno y presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero, que aproveche la cumbre europea con Marruecos que se celebra en Granada para aclarar los puntos más oscuros de la propuesta de acuerdo comercial agrario que rubricó Bruselas en diciembre. La organización agraria exige que el encuentro sirva para concretar el principio de reciprocidad, es decir, para definir las medidas a tomar para garantizar que las importaciones del país africano cumplirán con las mismas exigencias fitosanitarias, medioambientales o de calidad que se requieren a los productores europeos.
“La presidencia de turno debe servirnos para algo y antes de confirmar el acuerdo para liberalizar el mercado, España debe asegurarse de que la competencia desleal que ya practica no irá a más”, advierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado quien concluye que, si tal meta no se logra, “nuestro país debería vetar el pacto y forzar una nueva renegociación”.
En los últimos meses los responsables del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural han venido restando importancia al impacto que el citado acuerdo tendría sobre la producción española. Sin embargo y en la línea por lo reivindicado por AVA-ASAJA, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) –el órgano consultivo más importante de la UE- aprobó recientemente un dictamen en el que se dejaba bien claro que serían los agricultores del sur de Europa los mayores damnificados. Es más, el CESE se hizo eco de las reivindicaciones del sector y reclamó al ejecutivo comunitario la articulación de “mecanismos de compensación” así como la imposición de “controles verdaderos” a las importaciones hortofrutícolas norteafricanas.
El nuevo acuerdo supondrá la práctica libertad de acceso a la UE de todas las frutas y hortalizas marroquíes y más concretamente realiza sus mayores concesiones para el cultivo del tomate y los cítricos. AVA-ASAJA advierte en este sentido que una de las mayores apuestas del llamado Plan Verde marroquí –el macroproyecto para modernizar unas 700.000 hectáreas de regadíos- son precisamente las naranjas y mandarinas. “Zapatero tiene tiene en Granada la mejor oportunidad para demostrar que escuchó el clamor de las manifestación en Madrid y aclararle a Marruecos que en Europa sus naranjas no continuarán teniendo mayores privilegios que las españolas”, señala Aguado.