La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) propuso ayer un nuevo balance hídrico que supondría la reducción en un 40% de los caudales para los regadíos tradicionales valencianos de la Ribera del Júcar
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) propuso un nuevo balance hídrico que supondría la reducción en un 40% de los caudales para los regadíos tradicionales valencianos de la Ribera del Júcar, pasando de los 725 hectómetros cúbicos asignados en la actualidad a tan sólo 435 hm3. El esquema provisional de la modificación del Plan de Cuenca, publicado en el Boletín Oficial del Estado el pasado 17 de diciembre, ya expresaba su voluntad de bajar a 504 hm3 los recursos a los regadíos tradicionales.
Sin embargo, en la reunión celebrada ayer en Albacete el órgano dependiente del Ministerio de Medio Ambiente llegó más lejos y planteó la posibilidad de rebajar esta cifra a los citados 435 hm3, objetivo que se cumpliría cuando finalicen las obras de modernización de la Acequia Real del Júcar, ejecutadas casi en un 50% y cuya conclusión está prevista para 2015.La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) insta a “la unidad de los políticos y académicos para defender lo que histórica y legítimamente corresponde a los regantes valencianos”.
El presidente de la organización agraria, Cristóbal Aguado, cree más “urgente” si cabe esta unidad de acción tras la apuesta de Castilla-La Mancha por buscar apoyo y asesoramiento en un equipo universitario con 17 especialistas en materia hídrica. “Nos jugamos mucho en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar y debemos contar con el mayor apoyo posible a nuestras reivindicaciones de toda la sociedad civil, tanto de políticos como de científicos”, subraya Aguado.
Mientras la propuesta de la CHJ recorta los caudales valencianos “a cuotas inasumibles”, Castilla-La Mancha reclama aumentar los suyos hasta 465 hm3. Si ambas iniciativas salieran adelante, en pocos años la población de la Comunitat Valenciana, que es mayoritaria en la Cuenca del Júcar, contaría con menos caudales que los manchegos. Un escenario totalmente diferente al de hace apenas doce años, ya que, según estimaciones de AVA-ASAJA, Castilla-La Mancha disponía del 8% de los recursos del Júcar antes de 1998.La organización agraria se opone igualmente a la revisión del convenio de Alarcón que el ayuntamiento de Albacete exigió también.
El histórico acuerdo fijó una reserva mínima de recursos en el pantano de Alarcón que cambia cada mes y por debajo de la cual todo consumo de agua procedente de esta infraestructura debe indemnizarse a los regantes de la Ribera para cubrir así los costes de los caudales de sustitución. Al respecto, Aguado matiza que “no hay motivos objetivos para cambiar este acuerdo”.