Chile 19/03/2010
Lograr el patentamiento internacional del nuevo tipo de arroz que se creó gracias al proyecto “Obtención de productos innovativos a partir de subproductos de arroz, utilizando una nueva metodología de extrusión”, es el actual objetivo de la investigación realizada por la Universidad de Santiago de Chile (USACH) y que contó con el financiamiento del Ministerio de Agricultura, a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
La USACH trabajó en asociación con el Sindicato Arrocero El Huique y el productor de Parral, Luis Alberto Gatica, quienes lograron generar un arroz reconstituido que requiere, para su cocción, una cuarta parte del agua y la mitad del tiempo que necesita el grano tradicional.
Para Laura Almendares, Decana de la Facultad Tecnológica de la USACH y coordinadora del proyecto, esta investigación tiene una gran proyección, ya que se inserta en un momento en que la escasez de alimento es un gran tema de debate en torno al futuro de algunos países. “De allí que recuperar material que antes era de desecho, a través de un proceso que ahorra energía, se vuelve aún de mayor interés”, señala.
Las bases de patentamiento nacional de esta investigación ya están hechas y sólo queda tramitar las internacionales. “Estamos trabajando en este tema, de tal manera, de entrar a negociar después con los empresarios. Además, no hemos perdido el contacto con los agricultores, porque queremos aprovechar todo el descarte de arroz que, por lo general, se utiliza sólo para alimentación de ganado”, agrega Almendares.
El mismo equipo que trabajó en este nuevo tipo de arroz, ya se encuentra planificando próximos proyectos para postular a financiamiento. Es así como se está buscando entrar al nivel de producción, donde se baraja que empresas tanto nacionales como internacionales desarrollen esta nueva variedad.
Beneficios para los agricultores
La propiedad intelectual, entre otros aspectos, promueve la actividad creadora y facilita la transferencia de tecnología con el fin de acelerar el desarrollo económico, social y cultural, y permite el acceso a la información científica y tecnológica contenida en los documentos de patentes.
Según el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) la propiedad intelectual se divide en tres partes: el derecho de autor, que incluye la música, los libros y los programas computacionales, entre otros; la propiedad industrial, que abarca la patente de diseños, procesos y productos, y el derecho obtentor, que es un tipo de registro para las variedades vegetales. El primero se reconoce en el Ministerio de Educación; el segundo, en el Ministerio de Economía, y el tercero, en el Ministerio de Agricultura, específicamente en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
En este sentido, Almendares indica que buscar la protección a nivel nacional e internacional cautela a la Universidad, y a los agricultores, pues “ellos también pueden recibir algunos beneficios, como algún royalty. Y, por otra parte, prevenir que las empresas internacionales tomen los resultados de la iniciativa, sin costo para ellas. Se trata de salvaguardar la propiedad intelectual de la investigación y de lo que se ha logrado”.
El arroz es uno de los cereales más utilizados en la alimentación del ser humano y constituye el elemento de base en la dieta de más de la mitad de la población mundial, es decir, para cerca de 3.400 millones de personas que se ubican principalmente en Asia, África y Oceanía.
Actualmente, las necesidades de alimentación mundial han propiciado el desarrollo de nuevas variedades con el objetivo de mejorar su rendimiento, valor nutricional, minimizar las pérdidas de postcosecha y obtener mayor resistencia a sequías, plagas y enfermedades.
También el gran interés de desarrollo de este cereal es la disminución de agua y tiempo de cocción, razón por la cual distintos países de Europa se han mostrado interesados en generar este grano de arroz reconstituido, que se elabora a partir de subproductos.
Este cultivo corresponde al segundo más sembrado, a nivel mundial, después del trigo, con 157 millones de hectáreas que producen alrededor de 435 millones de grano elaborado.
A nivel nacional, según datos de la Comercializadora de Trigo S.A. (COTRISA), en la temporada 2008-2009, se cultivó una superficie de 23.680 hectáreas, produciendo alrededor de 128 mil toneladas de arroz. Éstas se distribuyen en las regiones del Maule (102.060 toneladas), Biobío (24.096 toneladas) y O’Higgins (1.155 toneladas), principalmente.