Los expertos lamentan que la solapación de campañas esté provocando el abandono de prácticas culturales importantes para la horticultura como el abonado de fondo o las aportaciones de materia orgánica preplantación
Los expertos lamentan que la solapación de campañas esté provocando el abandono de prácticas culturales importantes para la horticultura almeriense como el abonado de fondo o las aportaciones de materia orgánica preplantación
Cerca de un centenar de personas se dieron cita en el Teatro Auditorio de Vícar para asistir a la Jornada Técnica organizada en la tarde de ayer por Juventudes Agrarias de COAG Almería. Bajo el epígrafe ‘La Ciencia y los agricultores jóvenes juntos por una agricultura mejor’, investigadores universitarios y productores intercambiaron conocimientos y experiencias en el manejo de cultivos bajo abrigo. Una de las labores más importantes de la sección juvenil de COAG es organizar este tipo de foros de debate en los que poder debatir asuntos relacionados con los cultivos invernados.
La velocidad a la que evoluciona la horticultura local y la adaptación forzosa a los criterios del mercado han dejado a nuestra agricultura sin algunas de las labores que aumentaban la productividad y contribuían a preparar la tierra para la siguiente campaña. El prestigioso investigador y catedrático de Producción Vegetal de la Universidad de Almería, Javier Tello, afirma que el concepto de “precampaña” ha desaparecido y la ausencia de un periodo entre cultivos, necesario para preparar adecuadamente la tierra, ha derivado en el abandono de actividades beneficiosas para la cosecha como el abonado de fondo o las aportaciones de materia orgánica previas a la siembra.
Por otra parte, agricultores e investigadores están de acuerdo en las ventajas que aporta la biosolarización como método para desinfectar los suelos una vez arrancada la plantación. Esta práctica tiene dos ventajas fundamentales: por un lado, elimina los nemátodos presentes en el suelo y, por otro, mediante la aportación de los residuos vegetales generados por la anterior cosecha permite la eliminación de los insectos vectores presentes. Este último hecho posibilita, además, que el agricultor pueda ahorrarse parte del coste de retirar estos desechos vegetales a una planta de tratamiento autorizada. Según sostiene Javier Tello, con la biosolarización se logran los mismos resultados que con la desinfección química y permite en el plazo de dos años no tener que realizar aportaciones extras al suelo de materia orgánica.
El investigador de la UAL anima también a los agricultores a recuperar algunos hábitos sencillos que estaban más extendidos hace unos años y que ayudan a incrementar la productividad, como cerrar las ventanas durante la noche para mantener el calor dentro del invernadero. Esta práctica puede evitar que el mercurio descienda uno o dos grados centígrados durante la noche, logrando mejores rendimientos por parte del cultivo.
Por lo que respecta a los injertos hortícolas, el profesor Francisco Camacho, Doctor Ingeniero Agrónomo de la universidad de Almería, afirma que requieren una adaptación especial por parte del agricultor. Al ser más vigorosos y productivos, es necesario un manejo adecuado para poder beneficiarse de estas características. “Si los tratamos igual que si fueran cultivos tradicionales estaremos desperdiciando el potencial productivo extra de las plantas injertadas”, setenció Camacho.