Con el nuevo ‘cotonet’, ya son ocho los patógenos foráneos detectados en la última década. El insecto deforma los frutos hasta hacerlos inservibles.
Tras la localización en la zona de Quart de Les Valls de una nueva plaga, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) exige a la Generalitat que tome medidas para erradicarla y evitar su expansión. La organización agraria reclama igualmente que se identifique y divulgue cuanto antes el nombre y características del nuevo insecto, cuya presencia parece que se ha acotado a 2.000 hectáreas situadas en Camp de Morvedre, entre la provincia de Valencia y parte de la de Castellón. Al parecer, se trata de una nueva cochinilla que comienza a deformar los frutos ya en el cuajado hasta hacerlos comercialmente inservibles. Con ésta plaga son ya ocho los patógenos foráneos que se han instalado en la última década en la citricultura española. Ante el evidente caos existente en cuanto a las medidas de control de las importaciones y a la política de seguridad fitosanitaria, AVA-ASAJA prepara una posible denuncia contra el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y la Comisión Europea (CE) en la que se le podría reclamar ‘daños y perjuicios’ por las pérdidas ocasionadas a la citricultura española.
“No vamos a consentir que la Administración se salga de rositas otra vez y no asuma las consecuencias de su dejadez. La factura por las pérdidas que podría generar esta plaga así como las otras siete que se han detectado desde 1999 no la tiene que pagar también el citricultor”, advierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, quien insiste en que, a corto plazo, “lo prioritario es erradicar rápidamente este nuevo ‘cotonet’ y asegurar que los tratamientos no los vaya a costear el citricultor”. Efectivamente y sin considerar la entrada de virosis, bacteriosis u hongos también foráneos, en las últimas cuatro décadas son ya 16 las nuevas plagas que se han detectado en la citricultura española. En la última década, sin embargo, se ha confirmado el asentamiento de ocho de ésos patógenos. Con tales datos la media consolidada entre 1999 y 2009 es preocupante: cada 15 meses entra una plaga.
Fue un delegado de esta organización agraria quien observó la anomalía detectada en una naranja. Se transmitió la información a la Conselleria de Agricultura, que tomó algunas medidas cautelares e inició las investigaciones pertinentes, pero AVA-ASAJA desconoce si se ha informado de la plaga ya al Gobierno central. En un primer momento, los técnicos de la organización agraria atribuyeron los daños observados a un tipo de ‘cotonet’ especialmente agresivo. Con el tiempo y dadas las malformaciones en el fruto apreciadas en todo tipo de cítricos –naranjas y mandarinas- se concluyó que la plaga no estaba presente en la citricultura española y que lo más probable es que llegara en una partida citrícola importada del cono sur.