La consejera de Agricultura la iniciativa de impulsar una campaña permanente de promoción de los productos de Castilla y León, bajo la marca de calidad de Tierra de Sabor, que los identifica con nuestro territorio.
Hay que reconocer a la consejera de Agricultura la iniciativa de impulsar una campaña permanente de promoción de los productos de Castilla y León, bajo la marca de calidad de Tierra de Sabor, que los identifica con nuestro territorio. Es plausible la idea y la rapidez con la que se ha puesto en marcha sin dejar el proyecto pudriéndose en los cajones como suele hacerse desde las administraciones públicas. Esta iniciativa ha venido a romper la rutinaria gestión de una consejería que se limitaba a ir al “tran tran” gestionando su presupuesto y las ayudas de la PAC. También ha sido bajo la gestión de esta consejera y de su equipo cuando se han conseguido crear mesas sectoriales con una presencia representativa del sector industrial o transformador, aunque ciertamente los acuerdos por ahora han sido casi inexistentes.
La consejera Silvia Clemente ha entendido la necesidad de fomentar las ventas de nuestros productos y conseguir en ellas el mayor valor añadido posible. Ha entendido las reivindicaciones de defensa de los precios que viene haciendo el sector productor y ha tratado de influir entre las partes para conseguir acuerdos. Luchó por la entrada de capital de las cajas en la industria azucarera, y lo hizo convencida y decidida aunque ASAJA le recordó que estaba equivocada. Y es probable que si de ella dependiese, se hubiesen dado pasos más decididos para crear o impulsar una gran plataforma de distribución con capital y gestión de la región.
Reconociendo los aciertos en las iniciativas, reconociendo el trabajo y el esfuerzo, a renglón seguido hay que decir que por ahora el sector primario, el agricultor y el ganadero, no está viendo que esto tenga una traslación a los precios en origen. En el campo, por ahora, ni se vende más ni se vende mejor, y si hay que ser optimistas, vamos a pensar que la idea es buena, que va a funcionar y que por tanto las satisfacciones son cuestión de tiempo. Y lo que no es creíble son los resultados sobre la campaña de Tierra de Sabor que ha elaborado una de esas empresas de consulting expertas en sacar las perras a las administraciones públicas y decir eso que quieren oír los que pagan los honorarios. Al día de hoy, podemos contar por cientos o si se quiere por miles las empresas que se han unido a la campaña de identificación y promoción, pero lo cierto es que en pocos lineales y en muy pocas referencias figura el distintivo. Y esto no es una percepción, es algo tan objetivo que no requiere de sesudos expertos para ponerlo de manifiesto, basta con coger el carro de la compra en cualquiera de los lineales radicados en Castilla y León y hacer un acopio de productos. Con seguridad a la salida el carro no va excedido de peso.
Las empresas, hasta el momento, están llevando una política de quedar bien con la Consejería adhiriéndose a la campaña y por supuesto no se ve ni una crítica, pero tampoco una sugerencia. Firmado el convenio y lavada la cara, lo de cumplir normas y etiquetar productos es ya otro cantar. Y esto en la parte de la industria agroalimentaria, que si nos vamos a la gran distribución entonces sí que no hay con quien tratar. Son unos auténticos caraduras.
