ESPAÑA 11/06/2010
El secretario general de ASAJA Murcia, Alfonso Gálvez Caravaca, no ha dudado en calificar la actual negociación que lleva a cabo la UE y Marruecos de “lamentable”, ya que “el aumento de las importaciones de origen marroquí, que se están negociando, van a acabar con la producción hortofrutícola murciana y van a llevar a la ruina al sector agrícola sin remedio”.
Actualmente, Bruselas y Rabat se encuentran negociando la continuidad del protocolo agrícola del Acuerdo de Asociación y ya han llegado a un principio de acuerdo inadmisible que contempla una ampliación de las importaciones marroquíes de frutas y hortalizas, sobre todo de tomate, aunque también ofrece numerosas ventajas para los envíos de otros productos como los cítricos.
Ante esta injusticia, ASAJA Murcia denuncia “que mientras el campo murciano y español está cada vez más abocado al abandono, el Gobierno español, a pesar de ostentar la presidencia europea, y la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, se limitan a mirar hacia otro lado y se muestran impasibles ante la ruina que amenaza nuestras explotaciones agrícolas”, tal y como ha puesto de manifiesto el titular de esta organización profesional agraria, Alfonso Gálvez Caravaca.
La ratificación del actual protocolo agrario entre Marruecos y la Unión Europea perjudica seriamente los intereses de los agricultores murcianos, ya que se ha pactado el aumento de las importaciones del Reino Alauita, principalmente en lo que respecta a tomates, además de otras frutas y hortalizas.
En consecuencia, ASAJA Murcia considera “intolerable” que ante una situación de mercados hundidos como es la que actualmente atraviesan los productores comunitarios de frutas y hortalizas, la Comisión Europea haga oídos sordos, ignore el principio de preferencia comunitaria y amplíe las concesiones a Marruecos, que ve aumentados, año tras año, sus cupos de exportación a la UE, con el perjuicio que eso supone para las producciones comunitarias, sometidas a una clara competencia desleal.
En definitiva, “el único camino posible que les queda a los agricultores para mantener su rentabilidad es conseguir frenar la llegada de productos de Marruecos a los mercados europeos, mediante el empleo de controles que garanticen la igualdad de requisitos para todos los que concurren comercialmente en Europa”, tal y como ha señalado Gálvez Caravaca.