ESPAÑA 15/09/2010
El destacado desarrollo de la agricultura intensiva provoca la generación de un enorme volumen de residuos vegetales, especialmente restos de poda y de cultivo que, al superar la capacidad de metabolización de los agrosistemas provoca graves problemas ambientales y económicos. Por otra parte, el elevado incremento de los cultivos sin suelo (hidropónicos y/o en sustrato) en estos últimos años, debido especialmente a problemas de contaminación del suelo y a la imposición de restricciones en las practicas de desinfección química, ha provocado un importante crecimiento de la demanda de diferentes tipos de sustratos según las necesidades agronómicas de las diferentes orientaciones productivas: hortícolas en cultivo protegido, ornamentales y flor cortada, viveros, semilleros, etc., planteando problemas de calidad, seguridad y eficiencia, que el reciente Real Decreto de 2 de Julio de 2010 pretende ordenar en cuanto a caracterización, trazabilidad, etc.
Actualmente, frente a los sustratos convencionales ampliamente conocidos y difundidos (lana de roca, turba, perlita, fibra de coco, etc.) que plantean problemas como control de calidad, falta de homogeneidad, carencia de aportes biológicos equiparables a los aportados por el suelo, etc., el progreso técnico se proyecta en la obtención de nuevos materiales o bioproductos, que aúnen las características propias de los sustratos, como sustitutivos del suelo, e incorporen nuevos valores y propiedades útiles incluyendo las relativas a la sostenibilidad ambiental y la eficiencia agronómica y económica. En esta perspectiva se sitúan los bioproductos obtenidos por medio del compostaje de material vegetal procedente de restos de poda y de cultivo de diferentes especies vegetales.
En línea con progresar en la resolución combinada de ambos problemas, la valorización y reutilización de los residuos vegetales y la definición de sustratos alternativos a los convencionales, grupos de investigación del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), Universidad Miguel Hernández y Universidad de Almería, en colaboración con la empresa tecnológica MICROGAIA BIOTECH (que acaba de obtener la calificación de empresa NEOTEC por el CDTI), están desarrollando el proyecto denominado “Diseño, desarrollo y validación de composts funcionales para su uso como sustratos”, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.
En el desarrollo de este proyecto, que se encuentra en fase avanzada, se han obtenido diferentes bioproductos – o compost funcionales – “a la carta”, adecuados para diferentes demandas de cultivos hortícolas, semilleros, viveros, etc., que, al tiempo que valorizan los residuos y subproductos de las actividades agrarias, mantienen las características básicas de los sustratos convencionales e incorporan propiedades biopesticidas, bioestimulantes y biofertilizantes, que redundan en un mejor desarrollo cuantitativo y cualitativo de las plantas. Además, cabe destacar la incorporación de microorganismos de interés biotecnológico con efectos nutricionales tales como nitrificantes, amonificantes, solubilizadores del fósforo; microorganismos supresivos de hongos y bacterias fitopatógenas; y tambien microorganismos con capacidades fitohormonales capaces de actuar en el momento adecuado. En este sentido, , hemos demostrado que la inmovilización previa de Trichoderma harzianum y su posterior inoculación durante el proceso de compostaje de restos de poda de vid, constituye un sustrato orgánico alternativo a la turba en el cultivo de plántulas de melón en semillero.