ESPAÑA 20/09/2010
ASAJA-Almería alerta de que debido a que muchos agricultores no tienen la liquidez suficiente como para afrontar el pago de las semillas, que recordemos que en productos como el pimiento el coste en función de la variedad está en más de 7.000 euros/ha pudiendo llegar incluso a costar cerca de 12.000 euros, están proliferando los cultivos “más económicos”, como berenjena o calabacín cuyas plantas no obstante tiene un coste algo inferior a los 3.000 euros/ha.
Está claro que a causa de los malos resultados que las últimas campañas están dando, y a pesar de la finalización de la pasada campaña, los agricultores que vivieron el “otoño negro” el año pasado y que no pudieron remontar posteriormente están teniendo serias dificultades para afrontar los enormes costes que requiere la producción bajo plástico. Entre todos estos costes que han subido un 3%, las semillas ocupan gran parte de la inversión, principalmente en productos como pimiento o tomate, lo que está provocando que se opte por cultivos en principio más baratos.
Así, según las previsiones de ASAJA, este año la plantación de pimiento se prevé un 15% inferior al año pasado, precisamente por el elevado coste que tiene este producto y que ha provocado que muchos pimenteros hayan abandonado el cultivo al no poder hacer frente al pago a los semilleros. En consecuencia los incrementos en la superficie para esta nueva campaña se prevén en productos como calabacín, berenjena y en variedades de pepino como el español o francés (cortos). El tomate, aunque en la variedad más habitual tiene un coste en semillas de unos 5.000 euros/ha presenta mayores costes en el cuidado y recogida del fruto, por eso no se considera un cultivo “económico”.
Y es que los productores hortofrutícolas almerienses se quejan de los elevados costes que tiene el poner en marcha la explotación y las mayores exigencias en el pago por parte de almacenes, semilleros o entidades bancarias, que sumidos en su propia crisis limitan la capacidad de maniobra del agricultor. Es precisamente ahora cuando se pueden comprobar las consecuencias de los bajos precios registrados en las últimas campañas, ya que por poner un ejemplo, el año en el que los agricultores ponen el plástico nuevo en el invernadero (que este año ha costado unos, sólo se aspira a pagar lo que se ha invertido ya que tiene un coste aproximado de 11.000 euros (amortización en 3 años) y si una explotación de tomate por ejemplo puede llegar a producir 140.000 kg, unos 0,08 euros de todos estos kilos cubrirían el gasto sólo del plástico, lo que es lo mismo, necesitaremos vender 28.000 kg de tomate a 0,40 euros para pagar el plástico.
Por ejemplo en el caso del pimiento se daría la siguiente circunstancia, para poder cubrir el gasto en semillas (que es el segundo mayor en la explotación al comienzo de campaña) para poder pagar este gasto, que es de 7.000 euros la hectárea, los agricultores deberán vender 14.000 kilogramos a 0,50 euros para cubrir este coste exclusivamente, 1/5 parte de la producción. Señalar que una explotación viene produciendo 70.000 kilos. Así, cuanto más baje el precio que reciben estos agricultores más kilos deberán ser destinados a pagar las inversiones necesarias para comenzar la campaña.
En cambio se destaca el descenso del coste en lucha biológica en un 25% respecto a campañas anteriores. Desde ASAJA se insiste en que los malos resultados de campañas anteriores están suponiendo un auténtico lastre para los agricultores que se ven endeudados antes de iniciar la campaña y por tanto antes de empezar a obtener los ingresos necesarios para hacer frente a los pagos.