ESPAÑA 04/03/2011
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha reclamado hoy al gobierno de España mediante escrito dirigido a Rosa Aguilar Ministra de Agricultura que, entre las excepcionalidades que se contemplen en la reforma de la normativa por la que se regula la edad de jubilación de los españoles, mantenga en 65 años la edad de los agricultores y ganaderos.
El envejecimiento del sector y la falta de relevo generacional en el mismo empeorarían gravemente si, a la situación actual se le añadiesen dos años más de espera para que los jóvenes puedan hacerse cargo de las explotaciones. La necesidad de incorporación de gente más joven a este sector, se ha convertido en imperiosa por muchos motivos, pero uno de los más importantes es la necesidad permanente de modernización del sector que se hace muy difícil de implantar si la mayoría de los activos son mayores y por tanto sin perspectivas de continuar en el medio plazo en la actividad lo que puede incidir en la caída de inversiones en regadíos en nuevas plantaciones, en construcción de naves ganaderas o equipamientos y que necesitan de inversiones a medio plazo.
Las mujeres rurales, las más perjudicadas
Con motivo de la nueva reforma, se amplía el periodo de referencia en la cotización a 25 años, este hecho conllevaría en este sector, un nuevo despropósito; ya que, ante el hecho real de que la inmensa mayoría de las mujeres activas no llegan a los 20 años de cotización, condenaría a las mujeres trabajadoras rurales a unas pensiones de miseria, por debajo de las ya ínfimas pensiones que tiene este sector, de menos de 600 €, y que se encuentran entre los niveles más bajos del país junto con las empleadas domesticas.
Hay que poner en conocimiento público que por las características de este sector y ante una incorporación más tardía de la mujeres al mercado laboral, alrededor del 30 % de las mujeres tienen 15 años cotizados y no llegarían al 6% las que tienen 35 años o más cotizados. Si a eso añadimos que muchas de ellas ya tienen una elevada edad y por lo tanto no tienen margen para permanecer muchos años más cotizando, con la nueva norma las estarían condenando a una vejez de precariedad.
En contra de los Objetivos de la reforma del 2007
Por otra, parte con el aumento del periodo de cálculo de los años de cotización se consigue lo contrario que se decía pretender con la reforma del año 2007 donde se aprobó la integración del antiguo régimen agrario de la seguridad social (REASS) en el de trabajadores autónomos RETA-SETA con el objetivo de mejorar las pensiones de jubilación el sector agrario, lo que llevó incorporado un aumento de las bases de cotización que ya han supuesto un esfuerzo para este sector, que atraviesa una importante crisis económica.
Mayor esfuerzo físico y siniestralidad laboral
En los últimos años se ha realizado un importante esfuerzo en relación con la prevención de accidentes laborales en el sector agrario, y ello ha dado resultados positivos, por poner un ejemplo entre el 2009 y el 2010 se han reducido los mismos un 3%. Sin embargo, el aumento de los accidentes laborales, sería una consecuencia evidente de la ampliación de la edad de jubilación, ya que no se puede estar subido en una escalera vareando aceituna, cogiendo fruta o estar manejando maquinaria pesada, con la misma agilidad y reflejos a edades avanzadas.
El mayor esfuerzo físico, respecto de otras actividades, que se realiza en la mayor parte de las actividades agrarias o ganaderas es evidente y justificaría la excepcionalidad que se solicita.
Por otra parte: “seria incalificable que con dinero público se estuviera facilitando la jubilación de empleados de Cajas de Ahorro y de Bancos con el mantenimiento de sueldos astronómicos (comparados con los agrarios) a personas con cincuenta y pocos años y se obligue en otros sectores a otros ciudadanos como los agrarios a salir a cavar al campo con 66 años. Con el agravante de obtener luego una de las pensiones más bajas del país” ha declarado José Manuel de las Heras Coordinador Estatal de de la Unión de Uniones de agricultores y ganaderos.