ESPAÑA 28/03/2011
«Se ha extendido el mito de que las distribuidoras hemos declarado la guerra a los agricultores pero no es así. La cuota de mercado de producto fresco la copan los pequeños comercios. Uno de cada dos de estos productos se vende ahí; mientras que en Europa los pequeños comercios casi han desaparecido aquí se mantienen». Así se pronunciaba el director de la Asociación de Supermercados de la Comunitat Valenciana, Andoni Monforte, en la jornada de debate celebrada en Moncada el jueves y en la que empresas agroalimentarias y agricultores fueron protagonistas.
Cincuenta empresarios, fundamentalmente de l´Horta y Camp de Morvedre, hicieron llegar sus demandas a la directora general de Empresas Agroalimentarias, Amparo Montoro; a la directora general de Industria, Julia Climent; y al vicepresidente de la Diputación y alcalde de la ciudad anfitriona, Juan José Medina, que asistieron a escuchar las peticiones del mundo económico en unas jornadas que llevan, precisamente, ese nombre: escuch@2011 y que se vienen desarrollando a lo largo de diversas localidades de la provincia de Valencia. Intervinieron representantes de los agricultores y del mundo de la distribución, con visiones enfrentadas por el reparto de beneficios del campo pero que no se cruzaron ningún reproche.
La agricultura funciona
El director técnico de AVA, José Francisco Sales, aseguró: «El sector agrario está funcionando muy bien, tanto que en 2010 estaba en los mismos niveles que el automóvil. Sólo hay un problema y es que los productores no perciben siquiera lo que les cuesta la producción».
Le dio réplica el representante de las empresas agroalimentarias, José Granell (Fedacova), que aseguró que ni los distribuidores ni los industriales son la causa de los bajos salarios de los agricultores: «El 80 por ciento de nuestras industrias tiene menos de 10 trabajadores»con lo que, sugirió, mal pueden condicionar nada. Y en esa línea insistió Monforte: «sólo somos un actor que forma parte del engranaje, no los malos de la película».
Pero los agricultores jugaban en casa en Moncada y cosecharon el apoyo del mundo de la empresa en general, de todas las ramas de la producción: «Debería pedirse la trazabilidad de precios a los distribuidores, como ellos exigen a los agricultores la trazabilidad de los productos. Eso evitaría la caída de la agricultura. No podemos fiar la alimentación de Europa al norte de África», opinión que fue coreada por muchos de los asistentes.
La directora general de Industrias Agroalimentarias, Amparo Montoro señaló que se está trabajando en «aumentar la rentabilidad de las empresas y en hacer un código de buenas prácticas comerciales para asegurar la transparencia en las relaciones y el equilibrio».
Artemio Milla, socio director de Altair Consultores, hizo hincapié en que buena parte de los problemas que se plantean en la economía española es por falta de un modelo económico propio de país «porque hemos heredado el de los años 60» y llamó a un pacto de Estado para concertar un plan estratégico.