Producir plantas más grandes y con mayor tolerancia a la sequía es el objetivo del equipo de investigación que dirige el doctor Javier Palatnik en el IBR-Conicet. Para ello los científicos estudian el funcionamiento de los ARN pequeños, porciones de información genética que se encuentran en la célula y que determinan cuáles son los genes que se expresarán en ella y cuáles no.
Según explica el doctor Palatnik, cada una de las células de un organismo pluricelular cuenta con todos los genes que definen las características de la especie. ¿Qué es lo que hace que las células del pie sean distintas de las del ojo en un animal o las del tallo diferentes de las de las hojas en una planta? La respuesta la tienen los ARN pequeños que establecen qué genes están activos, haciendo que cada tipo de célula tenga una función específica para formar los distintos órganos y tejidos.
“Todas las células de los seres humanos cuentan con los 25 mil genes que definen nuestra especie, pero sólo una porción de esa información se encuentra activa en cada caso: en la piel están activas algunas de esas unidades, en el hígado otras y así sucesivamente. Los ARN pequeños son los que regulan qué unidades están encendidas y cuáles apagadas”, ejemplifica el investigador y agrega “los seres vivos no solamente necesitan que haya una información que los constituya, los genes, sino que además esa información tiene que poder estar regulada y expresada de una manera correcta”.
El doctor Palatnik y su equipo estudian el funcionamiento de los ARN pequeños en una planta modelo denominada Arabidopsis thaliana. Específicamente, investigan los ARN involucrados en la proliferación celular que pueden hacer que las plantas tengan más o menos células y con esto que sean de mayor o menor tamaño. Estos mismos ARN son los que otorgan más resistencia a la sequía y al modificarlos se pueden obtener plantas más grandes y más tolerantes a la escasez de agua. Los vegetales mejorados con estas características podrían traer beneficios concretos a la industria, por ejemplo, una planta más grande provee de más biomasa para la elaboración de biocombustibles.
Si bien los estudios se desarrollan en la planta modelo, los adelantos -que se encuentran en proceso de ser patentados- podrían aplicarse en cultivos comerciales como la soja, el maíz y el arroz. Para esto, el laboratorio del doctor Palatnik firmó un convenio a través del Conicet y de la Universidad Nacional de Rosario con una compañía de Inglaterra que evaluará las posibilidades de utilizar en cultivos de interés agronómico los avances hechos en Arabidopsis thaliana. “Son los resultados de los experimentos hechos en Rosario lo que se está transfiriendo y patentado”, subraya el investigador.
Reconocimiento
Estos adelantos, sumados a la trayectoria del doctor Palatnik le valieron, recientemente, la distinción por parte JCI Rosario como uno de los Jóvenes Sobresalientes de la Provincia de Santa Fe 2011 en el categoría desarrollo científico y tecnológico. “Cuando hay un reconocimiento hay que tener en cuenta dos cosas, por un lado, que existe un equipo de trabajo que está detrás de todo y, por otro, que sin la labor previa que otros han realizado antes que nosotros no podríamos estar obteniendo los resultados que tenemos en este momento”, concluye Palatnik al referirse al premio recibido.