La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) alerta de que la decisión adoptada por el Gobierno el año pasado de recortar en torno al 50% las subvenciones destinadas a fomentar el uso del seguro agrario ha tenido efectos catastróficos sobre los volúmenes de contratación de esta herramienta fundamental para los agricultores, tal como se desprende de manera inequívoca de los últimos datos oficiales a los que ha tenido acceso esta organización agraria.
En efecto, el balance de este primer ejercicio de la campaña de seguros agrarios tras el drástico recorte de las ayudas no puede ser más negativo para las principales líneas de cobertura, hasta el punto de poner en jaque la propia estabilidad del sistema de seguros en España. En la Comunitat Valenciana el desplome del valor económico global de las primas contratadas ha sido brutal, con caídas que se han cebado, además, en las producciones agrarias más importantes y que son, por eso mismo, las que hacen viable al entramado financiero sobre el que se sustenta el sistema español de seguros.
El descenso más escandaloso se ha registrado en la uva para vino, con un hundimiento de la contratación por parte de los agricultores valencianos del 60,51% respecto al ejercicio anterior, mientras que en el conjunto de España la caída del valor de las primas se concretó en un no menos preocupante 44,47%. Tampoco han ido mucho mejor las cosas en la citricultura valenciana, donde la bajada de los contratos para asegurar la cosecha fue del 30,91% en relación a la última campaña, lo que supone cuatro puntos por encima de la disminución media registrada en España dentro de este mismo apartado. Además, y de acuerdo con la información que maneja AVA-ASAJA, la cosecha citrícola valenciana que esta campaña se quedará sin la protección del seguro crece entre un 16% y un 17% respecto al curso anterior. Las caídas en los niveles de contratación en otras actividades agropecuarias de la Comunitat Valenciana resultan igualmente alarmantes, tal como puede apreciarse en el cuadro comparativo que acompaña este comunicado.
“Los recortes del Gobierno no salen gratis”, lamenta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado. “Desde que el Ejecutivo optó por reducir su apoyo al seguro agrario –agrega– los agricultores han visto como los seguros se encarecían una media de 60%, y en algunos casos hasta un 100%, lo cual, como ha quedado demostrado, resulta inasumible para sus bolsillos a pesar del esfuerzo que hay que reconocerle a la Conselleria de Agricultura a la hora de mantener las ayudas que destina a fomentar el uso del seguro.”
Sin embargo, y aun siendo muy grave el notable aumento del nivel de desprotección de las cosechas ante accidentes climáticos al que se ven abocados este año los productores, las características de los tipos de póliza que más han descendido añade un nuevo motivo de inquietud para la ya referida estabilidad del sistema. Así, el 72% de las pólizas que no se han renovado son precisamente aquellas que arrojan menores índices de siniestralidad –las llamadas “bonificadas” – y acarrean, por tanto, menor desembolso para la estructura financiera sobre la que se cimenta el seguro. Justo lo contrario sucede con las pólizas denominadas “recargadas” –es decir, aquellas que entrañan más riesgos y provocan más gastos en el sistema– ya que dentro de la caída global sólo el 5% pertenece a esta última categoría.
“La evolución de las cifras del seguro agrario resulta muy alarmante en todos los frentes –sostiene Cristóbal Aguado– y quiero apelar al sentido de la responsabilidad del Gobierno para que recapacite y no ponga en riesgo un sistema que ha venido funcionando de forma modélica y ejemplar desde hace treinta años. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, comentó hace poco en Valencia que tenía previsto restituir las ayudas en el plazo de dos años pero visto lo visto es preciso poner remedio al problema con la máxima celeridad”.