En su último informe de alerta de plagas los enumeró en el siguiente orden:
1- Observar los brotes terminales de soja. Un ligero plegado de los mismos indica presencia de pequeñas larvas de bolillera en ellos.
2- Abrir brotes plegados y verificar la presencia de larvas. Tomar 10 plantas al azar (no contiguas) en 4 zonas del lote, y determinar el % de plantas con larvas.
3- Detectar presencia, o no, de huevos. Se ven a simple vista. Son blanquecinos, individuales y en brotes terminales de las plantas de soja. Con la ayuda de una lupa se distinguirán las estrías longitudinales características de los huevos de bolillera.
4- Si hay camada de huevos no apurarse a tomar decisiones de control. Siempre que no haya cortes de brotes y tallitos tiernos. Los tratamientos sobre huevos recién colocados es probable que requieran otra aplicación a los 8-15 días, debido a una nueva tanda de larvas producto de la eclosión de los mismos.
5- El control de larvas de bolillera no expuestas (ubicadas dentro de los folíolos) deberá basarse en el uso de insecticidas que tengan acción translaminar, o bien sistémica.
6- Si la soja está muy chica (V2-3), tener en cuenta que, independientemente del insecticida seleccionado, la residualidad será exigua, o mucho menor a la esperada.
7- Si la soja tiene un desarrollo mayor, posterior a V3, conviene usar insecticidas de largo poder residual y protectores de la fauna benéfica. Existen alternativas que además de cumplir con lo antedicho son muy eficientes en el control de bolillera y, a su vez, corresponden a productos de muy baja toxicidad, banda verde.
8- Hacer tratamientos con gotas chicas y protegidas. Los tratamientos contra bolillera tienen que caracterizarse por la buena aplicación del insecticida. En aplicaciones terrestres ello significa: “gotas chicas y protegidas”, mediante agregado de adyuvantes que permitan lograr buena cobertura así como minimizar evaporación de las gotas. Las gotas chicas, posibilitarán una mejor penetración o llegada del insecticida “adentro” de la masa vegetal (dentro de la canopia; es decir, buena llegada de gotas en la parte media e inferior de las plantas). Esto es básico para lograr una mayor eficiencia de control de bolillera, y la mayor deposición del producto activo en el vegetal que potenciará la residualidad del insecticida.