Durante la estación estival, momento en el que se cultiva tomate al aire libre, es muy común observar la caída de flores sin motivo aparente (plantas con buen estado fitosanitario) y por consiguiente, produciendo pérdidas de cosecha.
CAUSA principal en verano:
- DESHIDRATACIÓN debido al aire caliente y seco cuando las temperaturas son muy altas, superiores a 35ºC durante el día, y superiores a 25ºC durante la noche.
MEDIDAS CORRECTORAS:
- Reforzar el riego, para mantener un buen grado de humedad en el suelo, de manera que la planta no presente estrés hídrico en esta fase.
- Crear sombras sobre el cultivo, por medio de mallas de sombreo, evitando con ello que se alcancen excesivas temperaturas y al mismo tiempo evitar así las quemaduras de los frutos en desarrollo, coloquialmente llamado "asolanado", por incidencia directa del sol.
- Reforzar la nutrición de las plantas, dirigida a estimular la floración, por medio de abandono rico en Fósforo y microelmentos como Boro, Molibdeno, Zinc, Azufre, etc. Ya que de no hacerlo así, la planta concentra sus recursos en desarrollar los frutos y deja de lado la producción de nuevas flores.
Fuente: RAIF