Intersemillas ha celebrado por todo lo alto su aniversario número 40 durante la celebración de la feria hortofrutícola de Madrid, Fruit Attraction. Y es que aunque María Gómez, responsable del Departamento de Marketing de la compañía, confiesa que la efeméride se cumple en marzo de 2023, “hemos querido celebrarlo por primera vez en Fruit Attraction dada la cantidad de profesionales que acuden a esta feria y que se acercan a nuestro stand para conocer nuestro amplio catálogo de semillas”. Una cita, además, que han aprovechado para anunciar que finalmente han obtenido los permisos para construir un centro de investigación en la zona de San Isidro, en la localidad de Níjar, en Almería: “algo que le debemos a nuestro gerente, Santiago Pérez, alma mater de esta empresa y un emprendedor”, elogia Gómez, quien explica que este nuevo centro de investigación se suma al que ya tiene la compañía en Valencia, junto a sus oficinas centrales y las delegaciones existentes en Almería, Murcia, Andalucía Occidental, Valle del Ebro y Castilla La Mancha.
Durante su participación en Fruit Attraction, Intersemillas ha hecho hincapié en sus semillas hortofrutícolas, poniendo de relieve especialmente a Corcel, una semilla de melón piel de sapo “con la cual, tras varios ensayos, hemos concluido que funciona mejor en Almería en las fechas en las que está recomendado su cultivo, ya que se consigue el tamaño que se busca, porque también hemos hecho ensayos en Córdoba y La Mancha y crecen más de lo esperado”, comenta Gómez, y es que ésta es una semilla todoterreno con mucho sabor de forma oval alargada que da lugar a una planta muy sana apta tanto para invernadero como para su siembra al aire libre, y que en cultivos tempranos en Almería da lugar a frutos de entre 3 y 4 kg, mientas que en zonas como Córdoba, Sevilla, Murcia, Valencia y en cultivos tardíos en La Mancha, puede llegar a aumentar este peso. Además, cuenta con una excelente calidad organoléptica y es resistente al virus de las manchas necróticas del melón (MNSV), fusarium y al oídio.
Por otro lado, Intersemillas ha destacado Conquistador, un melón piel de sapo con forma oval, ligeramente alargada, que lo convierte en el típico “melón tradicional”. Esta semilla, que desarrolla una planta muy vigorosa, sana y altamente productiva, produce frutos con un equilibrio entre azúcar y carne crujiente y consistente unido a su “tamaño medio”, alrededor de 3,2 kg, lo hacen muy apetecible tanto para el mercado nacional como de exportación, que ofrece resultados excelentes en plantaciones tardías en Castilla La Mancha, algo que le llevó a ganar un premio el pasado agosto en la feria Ferimel, en Membrilla, Ciudad Real.
No obstante, la responsable de Marketing de Intersemillas aclara que en todas las variedades, pero especialmente en melón piel de sapo, “vamos muy de la mano de los productores y también de los gustos del consumidor: es algo que tenemos muy en cuenta”.
Además, dentro de sus semillas para cultivo ecológico, cuyo catálogo va ampliando progresivamente, la compañía ha destacado la sandía Menina, una novedad dentro de las sandías con microsemillas que, como comenta María Gómez, “es un polinizador diploide que sirve para polinizar sandías triploides, pero esta sandía tiene un doble uso, porque también está funcionando muy bien como monocultivo, y tenemos varios agricultores que la están cultivando en ecológico, especialmente en la zona de Almería, donde los agricultores están más abiertos a los cultivos ecológicos”.
Pero Intersemillas también se preocupa por la sostenibilidad y la aplicación de especies que minimicen el uso de químicos, y plantas que atraigan a polinizadores y enemigos naturales de las plagas. “En Intersemillas, hemos recogido en nuestro catálogo de semillas, especies a las que llamamos cubiertas vegetales bajo el concepto de agroecología, y las soluciones que nosotros presentamos para un ecosistema sostenible son plantas biocidas, un cultivo que se introduce para alternar entre un cultivo y otro y que sirve para eliminar nematodos y hongos nocivos para el cultivo. Por ejemplo, en campos donde siempre se cultiva tomate, hay hongos que se establecen. En cambio, este cultivo biocida, cuya especie dependerá de las necesidades existentes, está preparado para eliminar dichos organismos nocivos durante su desarrollo, y cuando estas plantas llegan a cierta altura, incorporan a dichos organismos e incluso se solarizan con un plástico. Pasado un tiempo con este cultivo en las tierras en barbecho, éstas pueden volver a ser cultivadas, reduciendo así al máximo la infección del cultivo por suelo, posibilitando la introducción de nutrientes”, y es que aunque Gómez confiesa que aunque aún existen agricultores reacios a poner en pausa sus tierras durante dos o tres meses para llevar a cabo esta práctica, cada vez está más extendida. “Tenemos una compañera en el Departamento Medioambiental que está dando charlas a agricultores, e incluso por videoconferencia, en las que les explica cómo funcionan las plantas biocidas y los abonos verdes. Los abonos verdes son plantas cultivadas de ciclo anual (teniendo en cuenta que las biocidas son temporales) que se incorporan al suelo con fin de hacer una mejora agronómica, fijando el nitrógeno atmosférico, bombeando nutrientes, aportando materia orgánica, controlando la erosión y luchando contra las adventicias, comúnmente llamadas ‘malas hierbas’”, explica la responsable de Marketing, quien además añade que algo que le está funcionando muy bien es la demanda de especies que plantar alrededor de los invernaderos, el diseño de setos vegetales como islas de biodiversidad permanentes para atraer a la fauna auxiliar que procure el equilibrio necesario en dicho ecosistema. “Nuestra compañera del Departamento Medioambiental informa a los agricultores de si necesitan una planta más arbustiva o más rastrera en función de qué insecto es el que va a cubrir esa planta, que es el que, por ejemplo, se va a comer el hongo que está atacando al cultivo de tomate”; islas de biodiversidad permanente que también pueden darse tanto en las bandas como entre los cultivos, como oasis de polinizadores formadas por especies florales que dependerán de la necesidad de obtener mayor néctar o polen.
Redacción Infoagro: Lydia Medero / Víctor Navarro