La Agromafia italiana condenada a 600 años de prisión

Palermo, Catania y Caltanissetta son las provincias italianas de Sicilia donde la presencia de mafias en el sector agroalimentario es más sangrante, pero no sólo es el sur: Génova y Verona, en el norte, también despuntan en este criminal ranking.

El mercado criminal de productos agrícolas no conoce fronteras en Italia, según revelaba el Informe Agromafie que se presentó en 2017 elaborado por Coldiretti, junto con Eurispes y el Observatorio de la delincuencia en la agricultura de Italia. 

Cinco años después, el resultado es la sentencia en primera instancia contra la "Mafia dei pascoli", a 91 miembros de esta organización y 600 años de prisión en total. El espectacular juicio del tribunal de Patti es solo la primera instancia. Aún quedan dos jurisdicciones más, antes de considerarlo definitivo, pero golpea a una mafia que el público en general descubre solo gradualmente, principalmente a través de este tipo de procesos. Se trata de una mafia moderna que no solo gana dinero con el tráfico de drogas y armas, con la extorsión y la prostitución, también con negocios aparentemente limpios y legales, por ejemplo con la agricultura y la alimentació: Mafia 2.0, dicen en Italia. 

Este tipo de actividad delictiva es más "blanca", hay menos asesinatos y los diferentes clanes mafiosos también trabajan juntos, algo inédito. Su red cuenta con personal "limpio que hace su trabajo": funcionarios en las oficinas, abogados, notarios, políticos e incluso la policía. 

Los clanes mafiosos amenazan a los agricultores: matan a su ganado y desvían ilegalmente los subsidios de la UE, e incluso, a veces, éstos llegan directamente de la Unión Europea a la cuenta bancaria, como demostró este proceso.

Los clanes sicilianos han desviado dinero del presupuesto agrícola europeo durante mucho tiempo. Millones de euros fluían cada año. Los subsidios estaban destinados a los agricultores y pastores, pero acaban en otras manos.

Sólo en Sicilia, unos 400 millones de euros han ido a parar a los bolsillos de la mafia agraria. El fraude ha estado ocurriendo durante décadas y es extremadamente rentable.

Primero, intimidan a los agricultores para conseguir sus tierras. Queman sus propiedades, sus tractores, matan al ganado, hasta que los medios de subsistencia de los agricultores quedan destruidos y se termina toda resistencia. Si es necesario, después de matar a los animales, también matan a los propietarios de fincas que se resisten. Hay una larga serie de asesinatos sin resolver en esta zona agrícola, la mayoría de los cuales probablemente fueron cometidos por la "Mafia dei pascoli".

Cuando las tierras arrendadas se ponen en alquiler o salen a subasta, a menudo tan sólo hay un postor que se adjudica el contrato y paga un a renta mínima. Cuanta más tierra arrendada, más dinero fluye del fondo agrícola a sus arcas.

En palabras de Michela Giuffrida, miembro de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo:  "Necesitamos un plan de acción europeo para combatir las agromafias. En concreto, en el mercado hortofrutícola, desde los cítricos hasta las frutas, pasando por las hortalizas de hoja, se han detectado infiltraciones mafiosas masivas, especialmente en el momento del transporte y distribución de productos, que provocan una fuerte subida de los precios. Robos de maquinaria agrícola y daños a cultivos, extorsión y usura ponen de rodillas a los propietarios de fincas. Las agromafias son un fenómeno transfronterizo que también explota los vacíos en los controles en nuestras fronteras”.

Siempre un poco más rápida que el Estado, en esta ocasión, algunos de sus miembros pasarán un tiempo entre rejas. La única pregunta es si eso será suficiente para acabar con los cárteles mafiosos a largo plazo.