Brandt celebró ayer en Murcia unas jornadas, a las que acudieron periodistas agroalimentarios y clientes de la compañía, en las que se desentrañó cómo pueden los productos de la compañía ayudar a los agricultores a combatir, en los cultivos, las consecuencias del cambio climático, y a aumentar, por tanto, la biorresiliencia de las plantas.
Por ello, José Yanez, director de Desarrollo de Especialidades Nutricionales de Brandt Europe, explicó que, el cambio climático está produciendo condiciones adversas como la falta de agua y a la pérdida de suelos productivos, que aumentan las enfermedades y los patógenos en las plantas en un contexto de población creciente a la que es necesario alimentar. Por ello, Yanez comentó que, desde el ámbito privado, hay una serie de estrategias productivas que buscan mitigar esas situaciones negativas, como la utilización de variedades más resistentes y productivas, con resistencia a enfermedades y patógenos, resistentes a diferentes tipos de estrés abiótico; así como es muy importante la eficiencia de los fertilizantes, que deben ser muy solubles, disponibles para la planta tanto a nivel foliar como a nivel radicular.
El director de Desarrollo de Especialidades Nutricionales de Brandt Europe, expuso que la propia planta cuenta con mecanismos que permiten su biorresiliencia, es decir, la capacidad de resistir al estrés y de recuperar y reactivar todas las funciones fisiológicas vitales después del estrés, pero matizó que en agricultura, para producir más, es necesario ayudarla a minimizar el gasto energético que supone su recuperación al estrés para que produzca en función de lo deseado: “Hay plantas con tolerancia al estrés, con respuesta antioxidante, vegetación, reparación de tejidos, plasticidad fenotípica –la capacidad de cambiar el tamaño de las hojas, la longitud de un tallo, tener más o menos raíces, etc., es decir, de adaptarse fenotípicamente a las circunstancias negativas por las que está pasando. Se trata de mecanismos bioquímicos que van a permitir a la planta superar ese estrés, ya sea biótico, creado por plagas o herbívoros, o abiótico, por sequía, lluvia, altas temperaturas, fuertes vientos, etc. a través de la emisión de compuestos antioxidantes como pueden ser el glutatión, barredor de radicales libres, o el ascorbato; así como va a sintetizar y a acumular osmolitos: azúcares-alcoholes que van a osmorregular la planta para que no haya pérdidas de humedad ante una falta de agua. Por eso, es muy importante activar esas rutas de mecanismos de recuperación para adaptarse y corregir el daño sufrido”, explicó Yanez, así como indicó que el calcio es muy importante, ya que forma parte de las paredes celulares y mantiene la estructura de las membranas celulares y sirve también para la regulación y el transporte de agua, la activación de proteínas y enzimas de defensa, así como ejerce como señalizador intracelular: un mensajero secundario que hace que cuando la planta sufra un daño, va a movilizar iones de calcio que generarán una serie de hormonas que combatirán el estrés. Además, señaló, el calcio también tiene una influencia muy importante sobre la botrytis, ya que una planta bien nutrida de calcio, va a dificultar la instalación del hongo. En ese sentido, el especialista destacó que “cuando pensamos en nutrición, hay que pensar en la función que tienen los elementos que se aplican en la defensa de la planta”, como también ocurre con otros nutrientes que actúan contra los hongos y bacterias, como el potasio o el nitrógeno en la síntesis de proteínas o el manganeso en la fotosíntesis y la promoción de compuestos de defensa.
En ese sentido, Yanez explicó que, ante un cambio climático que trae falta de agua, aumento de enfermedades y patógenos, hay herramientas muy cercanas en nutrición que permiten ayudar a combatir esas situaciones, por lo que, desde Brandt, aportan foliarmente la tecnología de Manni-Plex, que permite una gran absorción del producto, así como bioestimulantes, que contribuyen al desarrollo vegetativo de la planta en cualquier situación de estrés, como es el caso de InVigo.
Manni-Plex tiene azúcares-alcoholes que son complejantes con el boro, el calcio, el potasio, el zinc y el manganeso, entre otros, “pero hemos visto que los azúcares-alcoholes no sólo son complejantes, sino que, en clave de biorresiliencia, son osmoprotectores y osmorreguladores. Nosotros lo hemos comprobado en múltiples ocasiones en diferentes cultivos: que ahí donde aplicamos azúcares-alcoholes, vamos a tener una planta mucho más regulada a nivel osmótico: no va a perder tanta humedad” - sentenció el especialista de Brandt, quien continuó diciendo que “por tanto, los azúcares-alcoholes nos ayudan a tolerar la sequía, a resistir la salinidad que viene como consecuencia de la falta de agua al subir el nivel de sales; a tolerar el estrés térmico, y a la recuperación post-estrés, ya sea biótico o abiótico”.
En el caso de InVigo, José Yanez indicó que empezaron trabajando con él pensando en situaciones de estrés de donde los podía sacar gracias a que lleva prolina + AATC (precursor de la prolina, además de tecnología Manni-Plex junto con Zn, Mn, y Fe: “Sabemos que cuando una planta sufre una situación de estrés, el aminoácido antiestrés por antonomasia es la prolina, y aunque tiene tendencia a oxidarse, si se aporta AATC, al ser precursor de ésta, podemos ayudar a producir más prolina y que la planta pueda salir adelante. Además, contiene un paquete de microelementos complejados de Manni-Plex que hacen al producto incluso más rápido foliarmente, por lo que no es sólo un bioestimulante, sino que también se puede usar en momentos de cuajado y floración o cuando se busca un determinado tamaño de fruta”, concluyó.
La agricultura desde distintos puntos de vista
Junto con la estrategia de Brandt sobe el manejo de los cultivos, durante su jornada se ofrecieron una serie de enriquecedoras ponencias, que mostraron a los asistentes distintos puntos de vista de la agricultura.
Por su parte, el periodista Óscar Gómez acercó a los asistentes el mundo vegetal a la forma de ser y relacionarse de la especie humana, con el fin de dar a conocer las similitudes entre ambos mundos, a priori, tan diferentes, de forma que los agricultores y técnicos presentes pudieran entender mejor el comportamiento de las plantas. De esta forma, Gómez comenzó afirmando que “las plantas son más inteligentes que nosotros, teniendo en cuenta que inteligencia, es la capacidad para resolver problemas” y puso un ejemplo en el que se veía cómo la presencia o ausencia de vegetación ante un terremoto en la isla La Española en la misma frontera entre República Dominicana y Haití, marcó la diferencia entre un país y otro en lo que a consecuencias catastróficas se refiere, exponiendo que hubo más destrozos en Haití, donde la vegetación estaba ausente, que en la República Dominicana, siendo la misma isla, por lo que destacó la importancia de la vegetación para generar suelo y explicó que las plantas son “increíblemente sensitivas: sienten las amenazas mucho antes que los animales porque no tienen capacidad para salir corriendo” y es que, según comentó el periodista, “las plantas tienen un cerebro primario que se parece tremendamente a nuestro cerebro primario” e hizo alusión al libro ‘El código de la persuasión’, en el que se explica que las neuronas del cerebro responden en una fracción de segundo, desencadenando respuestas emocionales antes incluso de que la mente consciente procese la información. Asimismo, expuso que las plantas, no sólo tienen los mismos sentidos que los humanos, sino que tienen 15 otras maneras de sentir y relacionarse, y que, de un compuesto específico, son capaces de detectar incluso un pequeño grupo de moléculas: algo que no puede hacer ningún otro ser vivo, sólo pueden hacer algunas plantas; así como también pueden detectar campos electromagnéticos a través de la magnetita, que también está en nuestro cerebro, y de los criptocromos, que en el ser humano se encuentran en el nervio óptico. De esta forma, Óscar Gómez desentrañó que “las especies vegetales son capaces de competir por el territorio y tienen sentido de la familia a través de las micorrizas, suministrando nutrientes a través de las raíces, así como tienen sicarios y alianzas perversas a través de proteínas indigeribles (veneno) para los insectos que las atacan, y moléculas volátiles con las que atraen a otros insectos beneficiosos procedentes de cientos de kilómetros de distancia”. Una capacidad de sentir y relacionarse a través de un sistema nervioso que, a pesar de la evolución, preserva el ser humano. En este sentido, el ponente explicó que, de las plantas, podemos seguir aprendiendo que el cerebro va a tomar decisiones en función del miedo ante una determinada situación, por lo que quien ha tenido que competir por sobrevivir, será un buen aliado, ya que tiene su cerebro primario entrenado. Un cerebro primario que es el que más se parece al de las plantas, que controla las emociones y la atención por debajo del nivel de consciencia y que continuamente calcula el beneficio de sus decisiones. También de las plantas estableció la similitud con el ser humano en el sentido de que no somos máquinas de pensar con la capacidad de sentir, sino al contrario: “aunque no pensáramos, igualmente nos relacionaríamos con nuestro entorno, como las plantas”, indicó, y continuó indicando que “nuestro cerebro también se desconecta ante algo que les resulta útil y se bloquea ante demasiadas opciones, a la vez que tiende a buscar rutinas”. Una interesante ponencia que concluyó indicando que “la inteligencia emocional humana es la asociada al cerebro primario, el mismo que compartimos con las plantas y tiene que ver con la inteligencia social, con la que nos relacionamos: es lo que hemos aprendido en cientos de millones de años de evolución, que al final, funcionamos igual que las plantas”.
Otra de las ponencias que tuvieron lugar durante la jornada de Brandt en Murcia fue la ofrecida por el también periodista José Antonio Arcos, quien mostró una visión de conjunto en clave de biorresiliencia, fruto de sus visitas a distintas zonas agrícolas españolas. “La biorresiliencia es un concepto que está de moda”, comenzaba, refiriéndose a resiliencia humana aplicada a la agricultura, es decir, la resistencia de las especies vegetales al cambio climático y a la resistencia del agricultor al cambio normativo. Por un lado, comentó que en sus viajes por el campo andaluz y del Levante español, había observado que los cultivos al aire libre están más amenazados con respecto al cambio climático que los de invernadero, donde sí se puede tener un control climático y que la solución a esto es la búsqueda de variedades más resilientes. De hecho, asimiló el concepto de rusticidad al de biorresiliencia en el sentido de que, en el ámbito de la mejora vegetal actual, todas las casas de semillas están centradas en obtener variedades más rústicas, capaces de adaptarse a diferentes zonas y condiciones de cultivo. Asimismo, expuso que en cultivo de cítricos se estaban dando problemas de amarre de frutos debido a problemas de estrés ambiental, por lo que ofreció los conceptos de resiliencia y resistencia como binomio como solución, prefiriendo cultivos más resilientes/resistentes a bacterias, virus y plagas. Por otro lado, se refirió a la capacidad de adaptarse de los agricultores y empresarios agrícolas al nuevo escenario normativo: “soy almeriense, ejidense, hijo de agricultor, y recuerdo a mi padre hace muchos años decir que el campo era un desastre. Sin embargo, el campo almeriense sigue produciendo, y eso es porque ha sabido adaptarse. De hecho, es donde más jóvenes agricultores hay”, expuso.
En la jornada de Brandt también hubo lugar para hablar de normativa, y en ese caso fue José Luis Virosta, consultor especializado en el sector agroquímico y de fertilizantes, quien desentrañó las obligaciones para los agricultores que entraña la aplicación del Real Decreto 1051/2022, ya vigente, por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios. El objetivo de esta norma crea un marco general básico, de aplicación en toda España, para conseguir, regulando un aporte sostenible de nutrientes en los suelos agrarios, reducir las emisiones de efecto invernadero y otros gases contaminantes, especialmente el amoniaco; evitar la contaminación de las aguas, tanto superficiales como subterráneas; preservar y mejorar las propiedades biológicas de los suelos agrarios, potenciando su manejo como “suelos vivos“; evitar la acumulación de metales pesados y otros contaminantes en los suelos agrarios; y preservar la biodiversidad ligada a los mismos. De esta forma, el ponente expuso las consecuencias que tendrá esta regulación sobre las explotaciones agrarias y los trámites burocráticos que implica para los productores, así como las fechas clave que establece la norma para llevar a cabo ciertos hitos dentro de las explotaciones, de forma que se encuentren conforme a lo establecido en la normativa.
Asimismo, se expusieron varios casos reales de biorresiliencia, así como se llevó a cabo una mesa redonda en torno al concepto estrella de la jornada.
Patrulla Águila: tomar el control
El lema de Brandt es mantener el control, “porque si hay algo que en la agricultura no se puede controlar es la climatología y las situaciones adversas, y desde Brandt queremos, con nuestros productos, ayudar a mantener bajo control esas situaciones que afectan al cultivo: manteniendo la planta fuerte y bien nutrida”, advierten desde la compañía, por lo que, en ese sentido, “quién mejor que la Patrulla Águila para demostrar ese control sobre los aviones con las piruetas que hacen. Salvando las distancias, en Brandt intentamos parecernos a ellos en el terreno en el que nos movemos, gracias a la aplicación de nutrientes para reforzar la planta”.
Es por ello que Brandt patrocina a la Patrulla Águila y por lo que los asistentes a las jornadas pudieron disfrutar de una visita a la Academia General del Aire, situada en San Javier, Murcia, y de una exhibición privada del control con que cuentan sobre los aviones los pilotos de la Patrulla Águila.
Brandt
Brandt es una empresa familiar nacida en 1953 en Estados Unidos, de la mano de los hermanos Glen y Evelyn Brandt, que comenzaron con infiltraciones de nitrógeno en los campos de Illinois (EEUU). Desde dichas infiltraciones hasta el día de hoy, que cuenta con formulaciones especiales, Brandt se encuentra hoy en día presente en 65 países, encontrándose la central en Springfield (EEUU). Cuenta con cuatro fábricas distribuidas entre EEUU, Brasil y España (ésta última situada en Carmona, Sevilla).
Engloba cinco líneas de negocio: una parte de servicios agronómicos, de servicios técnicos a los agricultores; el modelo de distribución; una parte de formulaciones especiales; investigación y desarrollo que se hace principalmente en EEUU, pero que también se está llevando a cabo en su sede de Sevilla para la creación de nuevos productos; y la línea a través de la que se gestionan todos aquellos países en los que no existe fábrica.
Brandt cuenta con una línea de productos para agricultura; una línea especializada para golf y césped; otra de pequeña jardinería, presente sólo en EEUU; y una línea para el tratamiento de aguas.
Brandt es el desarrollador y fabricante de todos sus productos, y además cuenta con un campo experimental para probar todos sus productos antes de su comercialización en el mercado, situado en Springfield (EEUU), donde se realizan ensayos para asegurar que las formulaciones y las dosis son de calidad y dan buenos resultados, antes de que lleguen al mercado.
Brandt patrocina una escudería de coches en EEUU, y mantiene otro patrocinio de una escudería de Porsche en Brasil, que corre en dicho país, además del patrocinio a la Patrulla Águila en España: herramientas de marketing que ayudan a la compañía a visibilizar su marca, y que además sirven como premio para los clientes en los países en los que se desarrolla.
Brandt, que incluyendo sus compañías subsidiarias, factura aproximadamente mil millones de dólares al año, plantea su futuro manteniéndose en el negocio de la agricultura, incrementando su distribución y aumentando su gama de productos para ser uno de los líderes en el mercado, creciendo gracias a su reputación, cuyo eje fundamental es la transparencia y la honestidad de esta empresa familiar.
La sede de Brandt en España, Brandt Europe, se planteó para vender en Europa, de ahí su nombre, y concretamente en España, pero a día de hoy ya comercializa sus productos en África, Medio Oriente, y este año también ha comenzado a operar en Oceanía.
Redacción Infoagro: Lydia Medero
Fotos: Cristina Fornieles