"En la mayoría de las zonas las medidas que se han tomado hasta el momento han resultado claramente insuficientes para reducir la sobrepoblación de conejos híbridos y se requieren medidas excepcionales. Este animal se puede reproducir todo el año. Cada hembra puede tener 7 camadas al año, con una media de 6 crías, que en los casos más prolíficos pueden llegar a 13-14”. Así de tajante se muestra Pedro Gomáriz, responsable del Área de Fauna Salvaje de COAG y agricultor afectado por los daños de conejos en su explotación de limones ecológicos en Molina de Segura (Murcia).
El municipio murciano es uno de los 1.436 municipios en los que se ha declarado la emergencia cinegética por plaga de conejos. La plaga se ha ido extendiendo por toda España y ya afectada a 10 Comunidades Autónomas (Aragón, Andalucía, Castilla La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, La Rioja, Navarra, Región de Murcia). Más de un millón de hectáreas han sufrido algún tipo de daño, en la mayoría de los casos en cultivos de cereal, viñedo, leguminosas, olivar, frutales, almendros y hortícolas al aire libre y las pérdidas se elevan por encima de los 800 millones de euros. “No sólo producen daños en la producción, si no que en el caso de leñosos los daños son tan profundos que obligan a tener que sacar los árboles y replantar, con los gastos y pérdidas que eso conlleva. Hasta los 5-6 años no se empieza a tener una cosecha normal. A ello hay que sumar el aumento de costes en la lucha contra los mismos, como la colocación de vallados perimetrales o protectores para leñosos”, ha afirmado Osvald Esteve, responsable de Fruta Dulce de COAG y productor en Lleida.
La situación es crítica y desesperante. “Nos enfrentamos a una inédita plaga de conejos híbridos nunca antes vista. Es una mezcla de conejo de monte con doméstico. Más grande, más voraz y con mayor capacidad para procrear. Ha habido irresponsabilidad por parte de los ciudadanos (que abandonan conejos domésticos cuando se cansan de ellos como mascota y los echan al campo) y de las mismas administraciones, que han intentado moldear de forma artificial el mundo natural, permitiendo la proliferación de conejos sin control para alimentar a especies en peligro de extinción como el lince. La situación se les ha ido de las manos y ahora los que estamos pagando las consecuencias somos los agricultores y ganaderos”, ha subrayado Javier Fatás, responsable de Medio Ambiente y Fauna Salvaje de la Ejecutiva de COAG y productor de cereales en Zaragoza.
Además, la sequía y el verano agravarán el problema. Los conejos arrasan la flora salvaje y se adentran en las zonas de cultivo en busca de más comida. Las altas temperaturas serán caldo de cultivo para que proliferen otro tipo de plagas y enfermedades ligadas a la sobre población de conejos, derivando en una problemática de sanidad animal y humana. “Es el caso de las garrapatas. Las aves migratorias provenientes de África las traen y los conejos se infectan de las mismas en los humedales. A partir de ahí, alojadas en sus orejas, las distribuyen a lo largo y ancho del campo español. Ya ha habido casos de agricultores y senderistas hospitalizaciones por picaduras de las mismas”, ha afirmado Pedro Gomáriz.
Ante la gravedad de la situación, COAG ha pedido una reunión con el Ministerio de Agricultura y reclama a Gobierno y Comunidades Autónomas que pongan sobre la mesa de manera urgente medidas contundentes y eficaces. Entre las mismas, serían necesarias: Control poblacional de los conejos: campaña de esterilización y eliminación de madrigueras, e indemnizaciones para los profesionales agrarios cuyas explotaciones se vean afectadas por la presencia de conejos.
“El seguro agrario no está siendo una herramienta funcional para indemnizar las pérdidas de producción. Cuando un parte de siniestro es recurrente la subida de las franquicias y la bajada de los rendimientos (kilos de producción) que aplica Agroseguro impiden que los agricultores puedan contratar esa póliza. Por lo tanto, desde COAG reivindicamos otra fórmula para indemnizar esos daños, como el pago de una indemnizaciones, hasta que no haya un control poblacional efectivo que reduzca la densidad de ejemplares por km2”, ha apuntado el responsable de COAG, Javier Fatás.