Una reciente investigación llevada a cabo por investigadores italianos, y que ha sido publicada en la revista científica Entomologia Generalis, ha revelado que la plaga de Tuta absoluta que asola el cultivo de tomate en la cuenca mediterránea, es capaz de transmitir el virus rugoso del tomate.
El tomate es uno de los cultivos hortícolas más importantes del mundo, con más de 5 millones de hectáreas y una producción total, según datos de la FAO en 2022, de más de 186 millones de toneladas, siendo Italia uno de los principales productores europeos, acogiendo un 38% de la producción europea. Un cultivo que se ve amenazado constantemente por numerosas plagas de artrópodos como la Tuta absoluta u oxiuro del tomate sudamericano, entre otras como las moscas blancas, los pulgones y los trips, relevantes por su capacidad de transmitir patógenos vegetales.
En este contexto, desde 2014, cuando fue notificado su hallazgo por varios países de la cuenca mediterránea, el virus rugoso del tomate (ToBRFV) representa una de las amenazas más importantes para el cultivo de tomate en todo el mundo, estando actualmente ampliamente distribuido con brotes en Europa, Asia y América. Su transmisión ocurre principalmente a través del contacto entre plantas y superficies infectadas, y solo se había descrito un caso de transmisión mecánica por artrópodos, como es el caso de los abejorros en el momento de la polinización. Asimismo, el virus, además de a los cultivos de tomate, pimiento y otras solanáceas, infecta a algunas gramíneas, por lo que las malezas pueden suponer un reservorio del virus a lo largo de los ciclos de crecimiento del tomate.
Siendo un virus extremadamente infeccioso, el ToBRFV se propaga muy rápidamente en los campos y viveros y se clasifica como un virus transmitido por semillas. No obstante, su transmisión se produce por contacto directo entre plantas, incluido el material de propagación, a través de pequeñas heridas existentes en las plántulas de trasplante, mediante la savia infectada que contamina diferentes superficies. En este sentido, hasta el momento de iniciar la investigación, no existía evidencia científica de la transmisión del virus rugoso del tomate por artrópodos, a excepción de los abejorros, por lo que los investigadores quisieron comprobar si una plaga clave como la Tuta absoluta en el cultivo de tomate, puede transmitir el virus, ya que su área de hospedaje incluye principalmente especies solanáceas y depositar sus huevos en una amplia gama de plantas silvestres y cultivadas de otras familias.
Para ello, en el entorno del Centro de Investigación para la Protección y Certificación de Plantas (CREA), de Italia, sometieron a plantas de tomate sanas obtenidas a partir de semillas libres de tomabovirus cultivadas en jaulas aisladas para evitar infecciones e infestaciones accidentales, a la inoculación mecánica de ToBRFV procedente del aislado siciliano (del primer hallazgo del virus en Italia, datado en 2018), y una vez confirmado el positivo de la infección del virus, se liberaron cien adultos de Tuta absoluta recién emergidos de la pupa sin determinar el sexo, dejando que las polillas pusieran huevos durante 72 horas, para luego retirarlas.
Las pruebas de laboratorio demostraron la presencia de ToBRFV en las polillas adultas obtenidas de las larvas desarrolladas en las plantas infectadas con el virus rugoso del tomate, a la vez que fueron capaces de infectar plantas de tomate sanas.
Por ello, los investigadores evaluaron si la presencia del ToBRFV en adultos era interna o externa a las pupas, derivado de su alimentación en el estado larvario en las plantas infectadas, para lo cual, analizaron adultos obtenidos tanto de pupas desinfectadas como de otras no desinfectadas, y todos dieron positivo al virus, lo que sugiere que la presencia del virus se haya en la superficie interna de la cubierta de la pupa (exuvia), y la contaminación de los ejemplares durante su emergencia de la misma, ya que, analizada la hemolinfa de los adultos (lo equivalente a la sangre en los invertebrados), no se halló rastro del virus, con lo que la presencia del virus en dichos ejemplares no era interna, sino externa.
Por tanto, concluyeron que la transmisión del ToBRFV de estos adultos a plantas sanas puede deberse al contacto de estos individuos infectados con heridas presentes en la planta, preexistentes o infligidas por la propia plaga. Lo cual, teniendo en cuenta la alta movilidad de esta plaga, junto con los diferentes y eficientes modos de transmisión del virus, sugiere que la Tuta absoluta podría ser responsable de la propagación del virus entre cultivos y su persistencia a lo largo de los distintos ciclos de cultivo.
Algo que lleva a los investigadores a advertir de que, en sistemas de cultivo de tomate como el protegido, ampliamente desarrollado en el área mediterránea, donde el movimiento de artrópodos y enfermedades ocurre no sólo en las áreas interna y externa de los invernaderos, sino también entre los propios invernaderos, y donde el manejo de la plaga de la Tuta absoluta se realiza principalmente a través del manejo integrado de plagas basado en el control biológico, y teniendo en cuenta que este sistema de biocontrol no ha demostrado eficiencia en el control de los virus, debería evaluarse si los enemigos naturales de esta plaga podrían estar también involucrados en la propagación del virus, sobre todo de planta a planta, especialmente en aquellos omnívoros, como es el caso de los chinches míridos, y adaptar las estrategias de manejo integrado de plagas para el control de la Tuta absoluta a la presencia simultánea del virus.
Redacción Infoagro: Lydia Medero
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