La fiebre del oro verde

Este domingo, el desde hace 26 años, director general de Trops, Enrique Colilles, dejará la empresa para embarcarse en el mundo de los frutos secos, como director general de la compañía portuguesa Treemond. Pero, ¿qué es Treemond y qué ha hecho que Colilles deje una una de las empresas más importantes de la comercialización de frutas tropicales cuando acaba de ser nombrado presidente de la interprofesional del aguacate y del mango?

Treemond es una empresa con sede en Lisboa, creada en 2019 por Alexandre Pierron Darbonne, ex presidente de Planasa, a través de su fondo de inversión Label Investments; por los hermanos Juan María y Francisco Riberas, dueños de la multinacional de la automoción Gestamp e incluidos en la lista Forbes de los 100 más ricos de España y que también cuentan con experiencia en el agro por la explotación de una finca familiar; y por la familia cordobesa Cano, fundadora del grupo de Eurosemillas, con el asesoramiento del banco GBS Finance y con el ex presidente de Grupo Sovena (mayor grupo aceitero del mundo) y Elaia (empresa de explotación de olivares propios o alquilados con inversiones en cítricos y otros cultivos), así como ex director del Banco Santander para Europa, Antonio Simões, dentro del equipo directivo. En definitiva, un conglomerado de pesos pesados que han unido sus capitales y experiencia en la realización de inversiones, donde no pasa inadvertido precisamente localizar la empresa en Portugal, que goza de unas condiciones fiscales mucho más favorables que las de España, para dedicarse a la plantación a gran escala, tanto en fincas propias como alquiladas, de frutos secos en régimen de intensivo, como almendros y sobre todo de pistachos, el nuevo oro verde de la agricultura ibérica. Para ello, desde su creación en 2019, Treemond, a través de los brazos que la forman, comenzó en 2020 comprando en España a Osborne mil hectáreas de tierra donde antes se cultivaba uva de vinificación en Castilla La Mancha, hasta completar en 2022 un total de 4.000 hectáreas de tierras previamente dedicadas al viñedo, cereales u olivos de secano, entre Portugal, Extremadura y Castilla La Mancha, con una previsión de llegar a las 6.000 hectáreas en los próximos años.

Así, Eurosemillas pone a disposición de Treemond sus variedades de pistacho desarrolladas por la Universidad de California, Golden Hills y Lost Hills, que gozan de un demostrado liderazgo mundial en cuanto a rendimiento (con más de dos toneladas por hectárea en EEUU) y rentabilidad (acumulando más de un 30% de la cuota de mercado), y de las que Eurosemillas es licenciataria en Europa, mientras Label Investments consigue nuevas tierras de cultivo, sin perder de vista la experiencia económica e influencia de Simões al haber sido director general de Elaia, empresa que actualmente también está invirtiendo en la plantación de pistachos con la variedad Sirora, con un rendimiento de 1200 kg de pistacho seco por hectárea, fruto del acuerdo entre su dueño, el grupo empresarial Atitlan, y Agnbro Capital, del empresario José Tomás Pérez, y que cuenta con un proyecto para crear la mayor procesadora de pistachos de la Península ibérica junto con otros productores.

Pero, ¿qué hace al pistacho tan valioso?

El pistacho es el segundo fruto seco, tras la almendra, más consumido en el mundo. El consumo de pistachos crece cada año: solo en la campaña 2021/2022, se consumieron más de 871.000 toneladas de pistachos, de las cuales, el 30% se consumió en la Unión Europea. Una demanda que se corresponde en España con el aumento del consumo hasta el doble en los últimos años. Unos pistachos en su mayoría importados desde Estados Unidos, líder mundial, con el 63% de la producción en la campaña 2023/2024, según datos de la USDA, seguido de Turquía, con el 15%, Irán (14%), Siria (5%), quedando la UE a la cola del ránking de la producción mundial con un 3%, lo que supone un gran nicho de mercado.

El objetivo es abastecer a esa demanda de pistachos en constante crecimiento, ofreciendo una rentabilidad demostrada por las cantidades extraídas de las principales variedades que están siendo utilizadas en las nuevas plantaciones, en unas tierras cuyos rendimientos estaban en declive. Esto es lo que está atrayendo a grandes empresarios y fondos de inversión hacia el cultivo del pistacho. Tanto es así, que de 903 hectáreas que había en España en 2009, año en que empezó a crecer la producción de este cultivo, se experimentó un crecimiento medio interanual del 20% en superficie hasta 2016, cuando se ralentizó su aumento hasta 2020, en el que se paralizó, para volver a crecer al ritmo inicial en los últimos tres años, hasta llegar, según la ESYRCE provisional de 2023, hasta las 78.495 hectáreas, de las cuales el 44% son en regadío, con Castilla La Mancha claramente en cabeza, con 60.279 hectáreas, seguida muy por detrás por Andalucía, con 7.264; de Extremadura, con 3.710 hectáreas; de Castilla y León, con 2.186; y de Murcia, que cuenta con 1.603 hectáreas. Un liderazgo el de Castilla La Mancha que en la campaña 2022/2023 produjo más de 11.000 toneladas de pistachos.

Y es que las condiciones climatológicas de nuestro país, así como el precio medio de las tierras agrícolas en las que se cultivan, son idóneos para la producción de este cultivo que asegura la rentabilidad que otros cultivos tradicionales adolecen. Una rentabilidad que atrae a aquellos acostumbrados a hacer oro de todo lo que tocan.

Redacción Infoagro: Lydia Medero