Una fertilización adecuada y equilibrada es clave para el desarrollo de la planta, especialmente para los cítricos, donde es necesario aportar los nutrientes que demanda el cultivo para que éste mantenga un crecimiento saludable y una producción óptima.
Sin embargo, el buen desarrollo y la sostenibilidad del cultivo dependen también de la salud y diversidad que encontramos en el suelo y es aquí donde los avances biológicos, como el uso de microorganismos del suelo, desempeñan un papel crucial en la productividad del cultivo al contribuir a una mejor nutrición de la planta y la mejora de la calidad de dicho suelo.
Corteva Agriscience ha querido contribuir al desarrollo de nuevas estrategias de fertilización para los citricultores con el diseño de SullicaB, un producto creado para optimizar los rendimientos de los cultivos vegetales, seleccionando cepas bacterianas del género Bacillus más activas en el suelo en base a su capacidad solubilizadora de fósforo y potasio, fijación de nitrógeno y producción de fitohormonas.
Como continuación del trabajo que se ha realizado en el cultivo de los cítricos durante los últimos años desde su introducción en el mercado, durante la campaña 2023, se realizaron numerosas aplicaciones comerciales de SullicaB con posterior seguimiento técnico en las zonas de Valencia, Castellón y Tarragona.
El objetivo y resultado de estos seguimientos reafirma el compromiso de Corteva Agriscience para proveer al agricultor con una herramienta sostenible que mejora la eficiencia en el uso de los nutrientes aportados vía fertilización, desbloquea otros nutrientes necesarios inaccesibles para el cultivo e incrementa la tolerancia en situaciones de estrés.
De las 18 fincas estudiadas en la región mencionada en 2023, la mayoría pertenecen a la variedad Clemenules y Oronules. Pese a que muchas de las fincas ya llevan usando el producto varias campañas, el año 2023 fue sin duda un año ideal para consolidar las propiedades del producto comercial SullicaB, ya que la combinación de elevadas temperaturas primaverales y ausencia de lluvia que hubo hasta mediados de mayo, la elevada humedad por las lluvias de mayo-junio y el debilitamiento que arrastraban los árboles desde la campaña 2022, incidió muy negativamente en el cultivo, visualmente, como consecuencia de los mecanismos de protección de las plantas: el color de las hojas adquirió una tonalidad amarillenta, y a nivel productivo, decreció el cuajado de la fruta. Además, las olas de calor en estadios posteriores generaron una situación de estrés continuado durante dos ciclos de cultivo, afectando eventualmente a la cantidad y calidad de frutos.
Figura 1. A la izquierda, árboles no tratados con SullicaB. A la derecha, árboles tratados con SullicaB, mostrando una mayor exposición y menor abarquillamiento tanto al sol como a la sombra, un claro indicador visual del menor grado de estrés que está sufriendo el cultivo.
A pesar del abarquillamiento y del color claro y amarillento de las hojas, que suele asociarse a una clorosis originada por una deficiencia en nutrientes, las mediciones del índice NDVI, un indicador que nos da una referencia del vigor del cultivo y su salud vegetal, deja claro que se trata de un mecanismo de protección y no de una deficiencia nutricional. En todos los casos, tanto el aspecto
(figura 1), fruto de la reacción de del cultivo al impacto de la luz y la temperatura; como el índice NDVI, que presentó valores más elevados en las parcelas tratadas con SullicaB con respecto a los testigos
(figura 2), indicaban un mejor estado del cultivo después de la aplicación del producto de Corteva Agriscience.
Otros indicadores fisiológicos como la fluorescencia, los niveles de clorofila y pigmentos como lo carotenoides se ven incrementados con el uso de SullicaB, lo que quiere decir que la aplicación de este producto, aumentó el potencial fotosintético de la planta, que se tradujo en un mayor aporte de carbohidratos destinados a protección y producción del cultivo.
Una mayor cobertura foliar en las plantas tratadas tiene un impacto claro sobre el contenido de macronutrientes (NPK), calculados en base al peso seco de las hojas en cada rama. En todos los casos estudiados en la campaña pasada, el contenido de nutrientes fue claramente mayor gracias al tratamiento con SullicaB, incluso en aquellas parcelas donde los tratamientos iniciados hace más de una campaña incluyen una reducción parcial de abonado convencional.
Cuando se analizaron los frutos procedentes de parcelas tratadas con SullicaB y se compararon con los testigos, las notables diferencias a favor de SullicaB, a nivel fisiológico, tuvieron consecuencias positivas en la producción, como era de esperar, tanto en el número de frutos por árbol, como por el peso de éstos en las dos variedades estudiadas, Clemenules y Oronules, (figura 3) llegando en algunos casos a doblar la producción por metro cuadrado de copa (figura 4). Además, con una cantidad de zumo superior en casi todas las parcelas tratadas con SullicaB (figura 5).
Figura 4. Peso/m2
Figura 5. Contenido de zumo
Todo esto, pone de manifiesto que un manejo integrado del cultivo, partiendo de un conocimiento detallado de los recursos naturales disponibles, sobre todo en el suelo, y entendiendo el impacto de las potenciales eventualidades durante la campaña, usando una fertilización equilibrada; resulta clave para un correcto desarrollo del cultivo. La combinación estratégica de herramientas avanzadas como SullicaB, que fortalece las defensas de los cultivos ante el estrés fisiológico; con el monitoreo constante a través de tecnología digital de vanguardia, como son las imágenes satelitales de alta definición proporcionadas por Granular Link de Corteva; resulta en una mejora significativa del rendimiento incluso bajo condiciones desfavorables. Esta práctica no sólo impulsa la rentabilidad para el agricultor, sino que también contribuye a la sostenibilidad agrícola, al asegurar el futuro de los recursos y preservar el medio ambiente, adoptando una estrategia que promete ser excepcionalmente fructífera para el sector citrícola.
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