En fechas recientes ha tenido lugar la sectorial de Vino en la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en la que participaron técnicos de UPA y el responsable de Vino de la organización a nivel estatal, Alejandro García-Gasco Alcalde. En esta reunión de trabajo, se expusieron una serie de circunstancias que afectan al sector a nivel nacional, y se aportaron datos sobre la campaña 2023/2024 que tuvo una producción de 32 millones de hectolitros de vino y mosto, un 21% menos que la campaña anterior. Mientras que la previsión es un 25 % inferior que el promedio de las últimas cinco campañas, debido a que producción se ha visto afectada por el largo periodo de sequía que ha sufrido el campo español, una tendencia que se nota más en provincias como Albacete.
Desde UPA se recordaba, no hace mucho, la necesidad de adoptar medidas de adaptación no solo al cambio climático, sino a las circunstancias de consumo y comerciales a nivel europeo y mundial. De ahí que esta sectorial haya tenido más relevancia. El responsable de UPA a nivel estatal recordaba, a la vista de los datos presentados por el Ministerio, que existe una alta preocupación por ser una de las campañas más bajas del siglo y con precios bajos, lo que aumentará la falta de rentabilidad de las explotaciones familiares.
Para la campaña de 2024, en términos generales, el viñedo está descansado y con las lluvias primaverales, salvo el caso de la provincia de Albacete, donde la sequía se está cebando con este y otros cultivos, se puede hablar de una previsión de una campaña normal, “pero con los precios que tenemos y la situación de mercado puedo provocar una pérdida importante de rentabilidad”, han indicado desde UPA. Las existencias se encuentran en el entorno de 180 millones de hectolitros en la Unión Europea, mientras que determinadas comunidades autónomas como La Rioja. País Vasco, Galicia y Navarra tienen más, aunque en el caso de Castilla-La Mancha dispone de menos existencias que en años pasados: es un problema de mercado. No estamos hablando de un problema de excedente, sino de un problema de mercado, que necesita medidas estructurales, como ha solicitado UPA en muchas ocasiones.
Algunas de las propuestas que se hablaron en el grupo de Diálogo Civil de Vino de la UE se anunció la creación de un grupo de análisis a nivel europeo para analizar diferentes cuestiones que afectan al sector, como el consumo (vino sin alcohol, o parcialmente desalcoholizado, entre otros) y que las medidas de promoción sean más efectivas. Por otro lado, en el debate en el grupo de Diálogo Civil se debatió al respecto de la restructuración, pero la Comisión tiene dudas sobre la reestructuración en diferido por la decisión que podría tener el viticultor al finalizar ese periodo.
Por otro lado, en la sectorial de Vino del Ministerio, la organización agraria propuso, de cara a la próxima campaña, que las comunidades autónomas controlen los rendimientos en variedades blancas y tintas, así como que los consejos reguladores controlen sus pliegos de condiciones. En definitiva, los rendimientos que tienen asignados en sus zonas; y que esto repercuta en el precio de la uva. Porque cabe recordar que el olivar ha superado al viñedo en potencial de superficie. Al igual que también trasladamos el que se recoja en el Real Decreto el porcentaje máximo de vinificación por kilo de uva que sea del 0,74 %, que conllevaría el control y la adaptación de la oferta a la demanda. Eso siempre acompañado de precios justos y dignos para la uva.