Biofertilizantes microencapsulados de avanzada tecnología para el cultivo del lupino amarillo súperproteico, que evitarán realizar labores de fertilización química nitrogenada, reduciendo gastos y efectos sobre el medio ambiente, es lo que espera desarrollar el Centro de Genómica Nutricional Agroacuícola, CGNA.
El Proyecto en el que se enmarca esta iniciativa fue presentado hoy (miércoles 30 de enero) en Temuco a agricultores, empresas y autoridades del agro encabezadas por el Seremi de Agricultura de La Araucanía, Jorge Ratgheb.
Con financiamiento del Fundación para la Innovación Agraria (FIA) este proyecto denominado “Generación de un biofertilizante mediante el uso de genómica y microencapsulación para contribuir al desarrollo competitivo y sustentable del cultivo de lupino de alto rendimiento proteico en la agricultura familiar campesina del sur de Chile”, cuenta con la participación del Núcleo Científico Tecnológico de Biorecursos –BIOREN- de la Universidad de La Frontera y CAMPOCOOP, y es liderado por el CGNA bajo la coordinación de la Dra. Véronique Amiard.
La investigadora indicó que se espera aplicar toda la tecnología disponible para lograr en menos de tres años (que dura el proyecto) tener un producto innovador a partir de bacterias fijadoras de nitrógeno las cuales serán microencapsuladas, para ser aplicadas junto a la semilla en el momento de la siembra y así evitar la fertilización química nitrogenada.
Es así como este biofertilizante permitirá una liberación controlada de bacterias que ayudarán a fijar nitrógeno atmosférico en el momento en que la planta más lo requiera, convirtiéndose en una alternativa a la fertilización nitrogenada tradicional, sin que ello signifique pérdida de rendimiento ni de proteína por hectáreas, con el consiguiente efecto positivo en costos productivos e impacto para el medio ambiente.
CIENCIA AL SERVICIO DEL SECTOR PRODUCTIVO
Claudio Soler, representante de FIA en la Región de La Araucanía, señaló que “en este proyecto se puede ver cómo la ciencia es una fuente de soluciones para el sector productivo y también lo necesario que es formar redes para realizar innovaciones en el agro”.
El proyecto tiene una duración de tres años. Al inicio se trabajará en genómica y microbiología para identificar cepas de bacterias de acuerdo a su genoma y capacidad de fijar nitrógeno atmosférico, como a su vez se desarrollará un microencapsulado ideal que permita el almacenamiento eficiente del biofertilizante y una liberación de las bacterias en forma controlada y oportuna en campo. Seleccionadas las cepas y el microencapsulado, se realizarán pruebas de campo para comprobar en las condiciones de los agricultores su efectividad como una alternativa a la fertilización química nitrogenada, en esta etapa será crucial la participación de pequeños agricultores ya que se trabajará en sus predios y bajo sus condiciones de producción en la prueba de este producto. Finalmente, se desarrollará el producto para que sea escalable comercialmente y se gestionará un emprendimiento que desarrolle el producto para que sus beneficios lleguen a los productores.
Con respecto a este punto el Presidente de CAMPOCOOP, Daniel Rebolledo, destacó el trabajo conjunto del centro de investigación con los pequeños productores “las expectativas que se tienen de este proyecto son muy grandes y creemos que estamos avanzando con esta inclusión de la ciencia y el conocimiento en el mejoramiento de la productividad de nuestros campesinos, creo que esta experiencia va a ser un gran ejemplo a seguir”.
El Seremi de Agricultura de La Araucanía señaló que “es una muy buena iniciativa que se pueda hacer una fertilización que no sea atentatoria contra el medio ambiente, que permita que en la parte económica el agricultor no tenga que invertir grandes recursos para tener productividad y llevar adelante una agricultura que le podemos llamar ‘del futuro’. Estoy muy feliz y esperanzado de que sea la posibilidad de apoyar a la agricultura familiar campesina que tanto lo requiere”.
Además de la presentación de la iniciativa en la jornada también quedó conformado el directorio del proyecto compuesto por los representantes de las instituciones asociadas, FIA y el CGNA.
“El uso de este biofertilizante en el cultivo del lupino amarillo permitirá un ahorro importante en los costos de producción para los pequeños agricultores y, por ende, incrementar sus ingresos. Además, el proyecto realizará un aporte medioambiental al disminuir y/o eliminar la fertilización nitrogenada”, resaltó el ejecutivo de innovación de FIA y supervisor del proyecto, Fernando Arancibia.
En tanto el Director de I&D del CGNA, Dr. Haroldo Salvo Garrido, agradeció el apoyo de FIA a este proyecto señalando que espera que una vez finalizado los agricultores se beneficien con este innovador producto desarrollado por el centro de investigación.
El CGNA con 7 años de trabajo tiene como objetivo agregar valor a los cultivos convencionales, utilizando la biotecnología y bioprocesos, con el fin de ser incorporados desde La Araucanía a la industria de los alimentos. Está ubicado en Temuco y fue fundado por INIA y la U. de La Frontera, con financiamiento base del Programa Regional de CONICYT y el Gobierno Regional de La Araucanía.