Obtener una línea de colorantes naturales a partir de extracto de malta y/o cebada —con distintas gamas de tonos—, como una alternativa que puede remplazar el colorante caramelo que se utiliza ampliamente en la industria de alimentos, es el objetivo de un proyecto que ejecuta la empresa Maltexco con cofinanciamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
Hoy en día, existe una clara tendencia a nivel mundial hacia el uso de colorantes naturales, ya que los consumidores rechazan cada vez más los alimentos que contienen aditivos e ingredientes artificiales. Esto por los resultados que han arrojado diversas investigaciones, que relacionan ciertas enfermedades o trastornos en la salud con el consumo de colorantes sintéticos.
Específicamente, el colorante caramelo está siendo cuestionado para su uso en alimentos, dado que existen investigaciones con animales que relacionan su consumo con efectos cancerígenos.
Si bien la Food and Drug Administration (FDA), de Estados Unidos, lo sigue reconociendo como producto GRAS (sustancia generalmente reconocida como segura), es un colorante que cada vez está siendo más discutido y algunos sectores de la industria de alimentos ya están disminuyendo o eliminando su uso. De hecho, en el estado de California ya está prohibido.
“A partir de esto, se ha presentado la problemática que prácticamente no tiene productos sustitutos, por lo que la industria alimentaria ya está demandando nuevas opciones para su reemplazo”, destaca el ejecutivo de innovación de FIA y supervisor de la iniciativa, Maurice Streit.
Esta situación es la que pretende aprovechar Maltexco, específicamente para la línea de extractos de malta, reconocida por su aporte de color, entre otras características. Sin embargo, para su uso como colorante se requiere ampliar el rango de tonos de colores, que hoy es bastante acotado y también eliminar el aporte de sabor y aroma para su aplicación en diversos tipos alimentos.
Mercado en crecimiento
Actualmente, la empresa se encuentra seleccionando materias primas y determinando parámetros de proceso, a nivel piloto, que permitirán obtener un amplio rango de tonos de color, sin aportar el sabor y aroma característicos. Los prototipos desarrollados serán evaluados física, química y técnicamente, mediante la inclusión de ellos en distintas matrices de alimentos. Además, se generarán muestras para su uso en prospección de potenciales clientes.
A partir de este desarrollo se podría ofrecer un producto natural, en formato líquido y en polvo, con un amplio espectro de aplicación en la industria de alimentos —como por ejemplo en productos de panificación, postres, helados, lácteos, conservas, licores, bebidas no alcohólicas, vinagre, cereales para el desayuno, sopas y salsas, entre otros— sin contraindicaciones para la salud.
“Específicamente se apunta a obtener tres tipos de extractos como colorantes: extracto de cebada tostada, de malta tostada y de malta caramelo, cada uno con distintas tonalidades de color que permitan su uso para las distintas necesidades de la industria”, explica el coordinador del proyecto, Rodrigo Sánchez.
Según Leatherhead Food Research, el mercado mundial de productos colorantes mueve cerca de US$1.500 millones al año, de esta cifra el 67% es para uso en alimentos, 28% para bebidas no alcohólicas y 5% para bebidas alcohólicas.
Europa representa el 36% del mercado mundial de colorantes, seguido por EE.UU. (28%), Japón (10%) y China (8%).
En Chile, en el 2011, se importaron cerca de 5.400 toneladas de estos productos, de los cuales el 95% correspondió a colorante caramelo, provenientes principalmente de Argentina, EE.UU., México y Alemania. Sólo el segmento de las bebidas cola consume 1/3 del total de colorante caramelo, correspondiente a cerca de 14.000 toneladas y equivalentes a US$1,8 millones.
Con respecto a los colorantes naturales, las estimaciones apuntan a que su crecimiento anual es de 10%.
“Por los pedidos que ya tenemos de clientes de América Latina y Asia, esperamos concretar, en el primer año, ventas por 500 toneladas”, proyecta Sánchez.