Si las lluvias no aparecen en las próximas dos semanas, unas 2.739 hectáreas de arroz dejarían de sembrarse en la zona de secano de la región Chorotega, donde ya hay sembradas unas 1.375 hectáreas, correspondiente a la cosecha 2014-2015.
El Ing. Róger Madriz, director de Investigaciones de la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz), comentó que funcionarios y técnicos de diferentes sectores productivos y del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), se reúnen este miércoles en Liberia, conjuntamente con productores, para brindar un informe del estado en que se encuentran las áreas de producción al Ministro de Agricultura con el propósito de evaluar una eventual declaratoria de emergencia.
“La siembra de más de 2 mil hectáreas dependerá de las lluvias. Sí no llueve en las próximas dos semanas ya no habrá tiempo de sembrarlas al vencer el 20 de julio próximo, la fecha de siembra”, dijo el Ing. Madriz.
Agregó que, con respecto a las 1.375 hectáreas sembradas, la sobrevivencia de las plantas dependerá del agua de lluvia que caiga en la zona secano de la región Chorotega, principalmente en la península de Nicoya.
Para mitigar los efectos del Niño, Conarroz recomendó a los productores la construcción de Taipas para retener el agua de lluvia, que pueda caer en los próximos días. Las taipas son curvas de nivel que permiten mantener la humedad en los suelos. Además desarrolló una campaña de capacitación en las regiones arroceras sobre los efectos del fenómeno del Niño.
Según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), el fenómeno del Niño se extendería al primer trimestre del 2015 y hay grandes posibilidades de que éste no sea un evento intenso como el de 1982 ó 1997. Sin embargo el Niño mantendrá su influencia en las condiciones climáticas durante el segundo semestre, particularmente en Guanacaste en donde se anticipan déficit de hasta 60% de la estación lluviosa.
Agrega que a la insuficiencia de agua para los cultivos se sumaría un aumento de 0.5 a 1 grados centígrados en la temperatura, provocado por la temperatura del aire y la radicación solar. Las canículas de julio y agosto en el Pacífico, serán más secas y prolongadas que las de los últimos dos años. Caso contrario a ello, en la Vertiente del Caribe, habrá un aumento gradual de las precipitaciones, con un máximo en julio, lo cual aliviaría en cierta medida -y temporalmente- la sequía, que venía afectando a esta vertiente. No se descarta que las condiciones lluviosas estimadas para julio y agosto se deban a temporales o crecidas.
Fuente: costaricaon
