La semana se presentó con precipitaciones dispares. Los mayores acumulados de lluvia se observaron sobre el norte de Buenos Aires y en la provincia de Santa Fe con un promedio entre los 10 y 15 mm. La zona de Córdoba sigue rezagada con las lluvias. Sólo recibió entre 1 y 5 mm.
Con las precipitaciones se incrementaron los controles de enfermedades en los lotes de trigo. Según afirma el análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario, las fumigadoras están en acción con los tratamientos para roya anaranjada y mancha amarilla. En algunas localidades también se observa una leve presencia de virosis y bacteriosis. También los lotes de cebada se están controlando por enfermedad de mancha en red. Se enciende la alerta por la aparición de chinches de los cuernos y pulgones.
“Cada día la valla de los costos a saltar es más alta” grafica bien un productor ante los nuevos controles que se vienen para proteger el cultivo. El trigo se encuentra en un 50% en encañazón, pero los estadios van desde pleno macollaje a espigazón. Si bien, la condición se reparte en buena y muy buena, aumentó la calificación de lotes en regular estado. Se empieza a revelar de a poco el efecto los cambios bruscos de temperatura de este invierno. Muerte de macollos por heladas y bajas tasas de macollaje por la falta de frío podrían haber afectado el potencial del cultivo en la región.
La siembra de maíz se está realizando con normalidad. Lleva el 50% sembrado de los lotes destinados al cereal de primera. Se ha sembrado con adecuadas condiciones de humedad y presenta muy buena implantación, germinación y la tanda de las primeras siembras están emergidos. Lo que sí llama la atención es que pese a las condiciones excelentes de siembra, se percibe una muy baja cantidad de lotes que se están destinando a maíz.
En esta campaña hay especial preocupación los niveles que ha alcanzado la napa freática. Si bien varía mucho la altura a la que se la encuentra en función del relieve de la zona, napas que solían encontrarse a 4 y 5 metros de profundidad hoy se encuentran entre 2 y 2,5 metros, incluso hay zonas donde la napa está entre 50 y 70 centímetros. Si bien en años secos actúa benéficamente proveyendo a las plantas, este año puede tener un efecto perjudicial.
Hay muchos técnicos que están advirtiendo esta situación donde grandes áreas tienen excesos en el primer metro de profundidad. Hay un riesgo hídrico muy alto en este año y sería muy difícil afrontar una primavera con lluvias por encima de lo normal.