El alcance sigue siendo testimonial, no presentando la dispersión que sufre en el cultivo de calabacín. Se aprecia en la mayoría de las parcelas dedicadas a este cultivo, detectándose en 1 de cada 1000 plantas aproximadamente. En aquellas parcelas que si se han detectado plantas afectadas, se puede observar un mosaico en hoja, una suave decoloración internervial con abarquillamiento hacia abajo de la hoja.
Lo más importante a destacar, es que no está afectando a la calidad de los frutos y mínimamente en la producción.
Control y medidas de contención
1. Medidas de carácter fitosanitario.
a) Controlar las poblaciones de mosca blanca de manera que se minimice en todo momento la presencia del insecto, bien mediante un control biológico continuo eficaz, bien mediante tratamientos químicos, conjuntamente con el uso de todas aquellas practicas culturales que ayuden a reducir el vector (trampas cromotrópicas....). En caso de tratamientos químicos, alternar las aplicaciones con productos de distintos grupos químicos.
b) Utilización masiva de trampas cromotrópicas para seguimiento y captura de insectos vectores, previo incluso, al momento de la plantación.
c) Material vegetal procedente de semillero, sano y libre del vector, con su correspondiente pasaporte fitosanitario.
2. Medidas de carácter estructural.
a) La estructura del invernadero deberá mantener una hermeticidad completa que impida el paso de insectos vectores.
b) Colocación de malla en las bandas y cumbreras del invernadero de una densidad mínima de impida la entrada del insecto vector.
c) Colocación de doble puerta o puerta y malla en las entradas del invernadero.
d) Colocación de manta térmica sobre el cultivo libre del vector, desde el inicio hasta que agronómicamente sea recomendable retirarlas (previo inicio recolección).