La podagraria es una de las malas hierbas más frecuentes y su persistencia resulta desesperante para muchos jardineros. Esta problemática hierba se reproduce de dos formas: por semillas y mediante retoños subterráneos de crecimiento excesivo. De esta forma, la podagraria puede extenderse por el jardín muy rápidamente.
Para mantener a raya la podagraria, debe empezar a combatirla a tiempo y desde la raíz. Es más fácil de lo que parece. Con las medidas apropiadas, podrá eliminar eficazmente esta molesta planta invasora
Los métodos para combatir la podagraria
La podagraria pertenece a la familia de las apiaceae y su altura alcanza de 30 a 100 cm. La forma y disposición de sus hojas aserradas recuerdan una pata de cabra. De ahí su nombre científico, aegopodium podagraria, del griego aigós (cabra) y pódion (piececito).
Si pretende acabar de forma permanente con la molesta podagraria, debe eliminarla desde la raíz. Si se quedara la raíz en la tierra, aunque sean partes muy pequeñas, la podagraria rebrotaría en poco tiempo.
En superficies no cultivadas o bajo plantas leñosas más grandes, puede desterrar la podagraria de su jardín desenterrando completamente todas las raíces. Para evitar que la planta se extienda rápidamente, debe hacerlo antes de que la planta forme las semillas. Nunca composte plantas con semillas, ya que se extenderían por todo el jardín.
Otra opción para combatir la podagraria es cubrir el suelo. Para ello basta con poner un cartón o una tela para las malas hierbas sobre la superficie afectada y cubrirlo con una capa de acolchado de 10 cm de espesor. Sin embargo, para combatirla así hace falta una gran dosis de paciencia: Las raíces principales de la podagraria tardan aprox. 2 años en morir por falta de luz y oxígeno. Además, deberá seguir controlando la superficie tratada, puesto que las semillas mantienen su capacidad de germinar durante muchos años y pueden volver a brotar una vez destapadas.
En las superficies cultivadas, combatirlas mecánicamente implica un gran esfuerzo y exige mucha disciplina. En este caso, no solo debe eliminar las raíces de la podagraria del suelo, sino también de las plantas de los arriates. Para ello, debe sacar las plantas cultivadas, eliminar del cepellón las raíces ajenas y plantarlas de nuevo. No obstante, si tiene muchas plantas cultivadas y el suelo está muy lleno de raíces, resulta muy difícil dejar el arriate completamente limpio.
